2.11.22

Barbarian, por qué es una de las mejores películas de terror de 2022

Opinión de la película Barbarian, ya en Disney+. 

Mi crítica sin spoilers

De Zach Cregger, director de la comedia Miss marzo y actor por ejemplo de la serie Superperdidos, me esperaba una peli de terror que tuviera algo de sátira al menos. Y así es. Barbarian, que tiene un título ya de por sí intimidante, es una muy buena película de terror porque está muy bien dirigida. Y como todo filme de género que se precie cuanto menos sepas de la trama, mejor. Me recuerda en eso a Tú eres el siguiente. Si contabas de qué iba, realmente la destrozabas porque en sus personajes y en sus giros estaba la gracia. Y también en las elecciones de su protagonista.

Barbarian (que me he visto un par de veces) arranca como un thriller de un admirador de David Fincher, con una magnífica dosis de suspense, que te mantiene con los cinco sentidos a tope. Una joven negra (Georgina Campbell, Sospechosos) llega a su coqueta casita de AirBNB (ojo que Barbarian incluye casi todas sus letras) y se encuentra con que dentro hay un joven blanco que dice haber reservado también la misma casa. Fuera diluvia, el barrio está poco iluminado y la chica opta por compartir techo con el desconocido. Y aquí empieza la movida, pues como espectador (sobre todo si eres mujer) te preguntas qué coño hace que se queda con un extraño (que encima tiene el careto de Bill Skarsgard, que nos recuerda a Pennywise, obvio, hecho aposta seguro). 

Y esta es una de las claves de Barbarian, un tema que de hecho comentan ellos dos con una copa de vino poco después. ¿Debemos vivir con el miedo acechando siempre, sentir que sobrevivimos constantemente, doblegarnos al miedo… al miedo? Y aquí tienes que entrar en el juego que propone Cregger, también guionista del filme. Porque luego todo se vuelve mucho más retorcido y macabro. Del thriller que nos mantiene en tensión durante buena parte de la mitad de la película, pasamos al terror puro y duro al estilo Sam Raimi o cualquiera de las pelis de cabaña en medio del bosque. Y cuando crees que la historia se acaba, comienza otra, con un nuevo protagonista (Justin Long), que entra en el juego también como propietario de la casita. Un joven blanco metido en un problema muy gordo que acaba en uno aun peor. 

Un actor clásico de las pelis de terror, Richard Brake (3 del infierno), hace su aparición en un magnífico flashback que sin ser explícito te da toda la información que necesitas (insisto en la buena dirección de Cregger). Y con estos mimbres (sin soltar spoilers), se saca de la manga un filme que da miedo, que te mantiene en vilo, con el que darle al coco, que te hace soltar incluso una sonrisa y que hasta el mismísimo final no sabes por dónde va a tirar. Barbarian reinventa algunos clichés del género, y lo hace sin reírse de ello pero sí con cierta pátina de sátira, homenajeando algunas escenas reconocibles e intentando racionalizar qué mueve a los personajes de estas películas a hacer ciertas cosas (casi siempre mal). Tiene algunos defectos, sobre todo de guion, pero creo que los solventa con una puesta en escena excepcional. 

Ahora con spoilers, que aquí hay tela que cortar (no leer si no viste Barbarian) 

La historia es un sinsentido. Lo pienso muchas veces a lo largo de la película. Pero una vez que lo pienso, me olvido, y sigo enganchada a esas imágenes perturbadoras. Para empezar, una chica sola no se queda en un piso con un desconocido. Pero el chico es tan encantador que cuela. Y eso que tarda en enseñarle su reserva, que creemos que la puede drogar con el té y el vino. Ella le hace una foto al DNI (un macguffin que no lleva a nada). Y todo es demasiada coincidencia. Ella, Tess, va a trabajar con una documentalista, hablan de un grupo de música, él, Keith, pertenece al grupo, qué casualidad. Todo huele mal, porque como quiere hacernos entender el director, la mayoría de las pelis de terror lo han mostrado así. ¿Los habrá unido alguien poderoso y retorcido dueño de la casa; es el chico el villano de la historia? Dudamos. 

Ella se despierta en medio de la noche y le escucha a él sufriendo una pesadilla. Pero hay aún más mal rollo pues alguien ha abierto la puerta de la habitación de Tess. Y no ha sido Keith. Entonces, ¿quién ha sido? Se supone que alguien está en la casa con ellos. ¿Un fantasma? No, aunque lo parezca porque una puerta se cierra sola y porque momentos antes Keith parecía un espectro cuando se pone por encima el edredón (un guiño subliminal). Luego nos enteramos que ha sido La Madre, el monstruo que se parece en todo a REC (hasta en las tetas), pero se supone que no puede salir de su escondrijo en el sótano, pues hay puertas que lo impiden. Pero el vagabundo negro comenta que sale por las noches, suponemos que a cazar, aunque no queda claro. Podemos decir que sabe cómo salir, vale, lo acepto. Pero, en cualquier caso, si La Madre ha subido, ¿por qué no los mata cuando duermen en vez de dejar que bajen? ¿No es tan mala y le enternece verlos durmiendo como bebés? Seguimos. 

Tess decide quedarse una noche más, cuando lo más sensato hubiera sido aceptar el consejo de su futura jefa e irse de ese barrio que al parecer es bastante chungo. Y no hace falta que te lo diga nadie pues a la luz del día la única casa en buen estado es la de alquiler, la suya. El resto del barrio da miedo. Ahí no te quedas ni gratis. Pero Tess se queda (al parecer hay una convención y no hay hoteles libres), baja al sótano, que no hay casa en EE UU que no tenga un sótano cochambroso. Y allí se esconde el horror puro pues encuentra una especie de puerta secreta (¡que ningún inquilino anterior ha encontrado, ni el dueño, ni los de la limpieza!) que lleva a unas catacumbas alucinantes, con sus jaulas, y una habitación con un colchón y una cámara.

Tess no baja una vez, ni dos, sino que insiste unas cuantas veces. Lo que nos quiere dejar claro el director es que Tess es buena persona, que tiene conciencia, y, claro está, luego le servirá para que el karma se la devuelva con creces. Luego Keith es el que baja y se queda encerrado. Y después de algunos momentos de tensión cojonudos, que no sabes aun si Keith está metido en el ajo, aparece de entre las sombras a cuatro patas. Aquí, medio respingo que no me lo esperaba. Porque Tess baja a ayudarle y en medio del follón, La Madre ataca y le revienta la cabeza a Keith contra la pared. Aplausos porque nunca imaginas que un actor tan conocido la palme ya. Hasta ese preciso segundo en el que le ves morir no te había quedado claro que fuera buena gente. Ole. Pero Tess sí lo es, e intenta escapar de nuevo y ya es tarde. No sabes lo que le ha pasado. Y salta a una nueva secuencia luminosa. Un tal AJ, el dueño de la casa alquilada, decide ir a verla para ponerla a la venta, pues le acaban de demandar por violación y le cancelan directamente quedándose sin un pavo. 

Como Justin Long va de buena persona y simpático te preguntas hasta qué punto te pueden hundir la vida sin un juicio de por medio. Pero volvemos al tema: Tess tenía miedo de Keith, pero confía en él y se queda. La demandante no tenía miedo de AJ y se supone que él abusó de ella. Con esa duda no podemos empatizar con AJ, pero el tipo es lo más sensato que ha pasado hasta este momento por la película. No entiende muchas de las cosas que no hemos comprendido como espectadores. ¿Nadie ha echado de menos a Tess y Keith? Pues no, esto no lo explican. Sus maletas siguen en la casa, sus móviles, todo. AJ llama a los de la limpieza porque no han ido y la respuesta resulta convincente: nadie ha vuelto a alquilar el piso y como es un airBNB que recoges la llave y ahí la dejas, nadie sabe si entras o sales. ¿Y si hubieran destrozado mi casa? dice AJ. Desde el otro lado le cuelgan el teléfono. Si no hay respuesta a la duda, esta se obvia (trampositos). 

AJ descubre entonces el sótano y no tiene miedo gracias a la avaricia, ya que ve más posibilidades para la venta por el extra de metros cuadrados. Esto tiene bastante gracia pues se lía a medir el suelo hasta que se topa sin darse cuenta con Tess que está encerrada por La Madre. Asco total (muy Bad Taste) cómo La Madre les da biberón con pelos pegados en la tetilla (ag) y cómo AJ ya demuestra que no va a entrar por el aro. Aunque Tess le insiste en que chupe del biberón para dejarla contenta, se niega y La Madre se lo lleva, momento en el que Tess huye. Pero… obviamente es buena persona y acude a la policía. ¿Y qué hacen? Nada. Piensan que es una yonqui y no la creen. Una crítica que hemos visto hace poco en el caso de Dahmer, el serial killer. 

Ya no hay miramientos que valgan, Tess rompe la ventana, coge las llaves de su coche, pero sigue sin irse. El vagabundo negro sabe lo que pasa, pero nadie hace nada. Es la única forma de comprender que una criatura como La Madre haya sobrevivido. Y de pronto un flashback alucinante ambientado en los 80 en el que sin mostrarnos mucho nos da a conocer a Frank (Richard Brake), secuestrador de mujeres. Frank vivía en esa casa cuando el barrio molaba pero el resto de vecinos ya adelantaban que se irían pues Detroit ya no es lo que era por la delincuencia. Frank dice que él se queda. Luego reaparecerá en una secuencia siniestra que mezcla un montón de cosas. Según adelanta el vagabundo hay algo peor que La Madre. Cuando AJ logra escapar de su teta (otro momento asqueroso), recorre un cable que sujeta una campana y que acaba ante una puerta que no habíamos visto antes. Alguien llama con esa campana a La Madre, pero cuando La Madre llega ante la puerta se echa para atrás y se va. Piensas que hay algo que le da miedo, pero dentro solo vemos a Frank, anciano, en una cama. 

AJ actúa con él de forma protectora, pensando que está ahí en contra de su voluntad. Y es cuando descubrimos la barbarie, el causante de todo esto, pues grabó numerosas violaciones a mujeres en cintas VHS. Dicen que en 40 años logró mezclar bebés y salió La Madre. Es muy poco tiempo para hacer realidad una idea tan enfermiza, pero bueno, es lo que hay. Frank señala algo que no es otra cosa que la mesilla, donde guarda un revólver con el que se suicida. Tenemos pues a un hijoputa menos, pero resulta que AJ también lo es. Lo veremos en la escena final por si quedaba alguna duda. AJ huye de allí horrorizado, dispara a Tess por accidente (sí, Tess vuelve una vez más a socorrerle tras atropellar a La Madre que huye de la casa). Malherida, salen corriendo los dos hasta donde vive el vagabundo. Pero La Madre los sigue. Mata al pobre homeless (que estaba convencido de que no le iba a atacar porque nunca lo había hecho antes) y AJ sale por patas sin ayudar a Tess. Suben al depósito de agua y en un momento glorioso visualmente, AJ empuja al vacío a Tess para que La Madre caiga también al intentar socorrerla. Solo quieres que Tess se salve y que AJ muera. Y efectivamente, nuestros sueños se cumplen. La Madre le saca los ojos con las uñas, nada menos. Pero no mata a Tess. Básicamente La Madre, como ha hecho Frank antes, se deja morir. Tess dispara y fundido a negro. Luego ya en los títulos de crédito vemos a Tess caminar alejándose de aquel lugar putrefacto. Ahora sí que podrá enfrentarse a cualquiera de sus miedos.

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