Netflix apuesta por otra serie de terror, la italiana Curon que se estrena el 10 de junio.
En la serie, 17 años después de un trágico suceso, una mujer regresa a su casa en Curon con sus hijos gemelos. Pronto descubren que la ciudad está maldita. "Cuando escuchas las campanas de la vieja torre de la iglesia, los sentimientos reprimidos vuelven a la superficie".
Desde la plataforma venden Curon como una serie lovecraftiana pues la trama nos lleva a una ciudad maldita plagada de misteriosos horrores. También existe la sugerencia de que los lugareños pueden estar al tanto de lo que esté sucediendo en la ciudad, y hay referencias a visiones de pesadilla, secretos oscuros e incluso un lago que ha "despertado".
"La maldición destruirá todo", advierte uno de los personajes.
Tráiler de Curon
Opinión de la serie Curón (Curon)
Su originalidad radica en la forma de proponer el misterio. El espectador llega a Curon como los dos hermanos de la serie, sin saber nada de ese lago que ha cubierto parte del pueblo, incluida su iglesia, cuyo campanario asoma. Normal no es, pero mucho menos que la madre de los chavales no les prevenga. Es decir, hay truco. La mujer no recuerda bien lo que le ocurrió cuando tenía la edad de sus hijos, solo que su madre (la abuela) murió y a ella la mandaron muy lejos de allí. Esto tendría gracia sino fuera que como espectadores sabemos lo que ocurrió. La abuela no se suicidó, la abuela fue asesinada de un tiro por su propia hija, bueno, por una doble "maligna" de su hija. Porque en Curon como ocurría en Les Revenants, ese lago solo trae desgracias. El doppelganger que mata mientras el original intenta frenarle los pies no es nuevo, pero tiene algo Curon que engancha. El abuelo, muy juvenil él con su pelazo y su botella en la mano, parece un robot. Está indignado con que su hija haya regresado, pero no se sienta con ellos y les cuenta. Él sí sabe la verdad. Tiene enjaulado a un lobo, lo cual me flipa porque puede que incluso Curon tenga que ver con licántropos. Luego se queda como hipnotizado con otro de estos animales en una cueva e incluso la doble maligna de la madre (que sigue por ahí) le habla al lobo, que la teme. Esta es mi mayor decepción: no hay nada enigmático en esos licántropos. Los hermanos, obviamente, querrán saber, cuanto más peligro más se verán atraidos. A medida que avanza la trama pienso cada vez más en la película Nosotros, aquella en la que los humanos, según Jordan Peele, conviven con su clon por un fallido experimento del gobierno. Aquí el tema está en el agua, aunque tampoco ese es el centro de la trama. Lo que te lleva de la mano del thriller es la desaparición de la madre, por qué sigue viva su clon maligno (que me lo expliquen), quiénes son buenos y malos en esta historia y alguna que otra chulería de los protas (tanto adultos como los chavales) que matan el tiempo en el aburrido Curon metiéndose en líos. Te gustará si te la tomas un poco a coña: el abuelo parece borracho siempre, o, al menos, robótico; algunos actores poseen rostros peculiares (como el guardabosques o el colega del abuelo); y los malos son bastante canallas.
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