2.5.20

Se ha escrito un crimen 3x5, esta agencia de publicidad es más machista que la de Mad Men

En estos tiempos de confinamiento sigo reservándome tiempo para ponerme al día con series clásicas, como Se ha escrito un crimen, de la que he comentado en el blog sus cameos de famosos y otras curiosidades (como su visión de la tecnología del futuro). En el episodio 3x5, Conservas y asesinato (Corned Beef and Carnage) Jessica visita Kinkaid Advertising, la agencia de publicidad donde trabaja su sobrina Victoria, que además de verse envuelta en un crimen es tratada como un trozo de carne por uno de los clientes y su propio colega.


Eran los años 80, y son muchas las tramas en Se ha escrito un crimen en la que hay algún tipo maltratador, machista o gallito asqueroso. Jessica suele mediar siempre en los conflictos, pero no deja de ser la ancianita perspicaz (aunque Angela Lansbury no tuviera más que 60 años). En casi todos los episodios hay mujeres despampanantes y hombres que se aprovechan de ellas. En el episodio 3x5, Conservas y asesinato (Corned Beef and Carnage) la cosa va a más. Y flipábamos con Don Draper en Mad Men. No ayuda además el doblaje al español, más explícito que en su versión original.

Victoria y su colega Larry dan con un cliente no satisfecho con su última campaña. Grover es un cliente viejuno que quiere algo nuevo y Larry se lo promete o sino le perderá como cliente, algo que arruinaría a la empresa. Al final de la reunión, deciden quedar a comer Grover y Larry para presentar la nueva campaña. Grover se acerca entonces a Victoria y tocándola el brazo le dice: "Lleva una blusa preciosa, le sienta muy bien y hace juego con su personalidad". Es la peculiar manera que tiene Grover de insinuarle a Larry que invite a Victoria a la comida. Cuando Grover se va, Larry le dice a Victoria que se siente al lado de Grover en la comida.


Jessica y Howard, el marido de Victoria, un actor en paro interpretado por Jeff Conaway (Grease), visitan a Victoria en la agencia. Hablan de Françoise, un restaurante que sale en el New Yorker (como lo más en aquel momento, vaya). Algo que él no se puede permitir.


Y comentan que los publicitarios de la avenida Madison (como los de Mad Men en su momento) suelen cerrar los tratos comiendo. De Mad Men a los años 80 poco ha cambiado.


"Tres Martinis, una ensalada y un anuncio de postre", comenta Howard. Guiño Cócteles fuera de serie.


Al final de la comida, la mujer de Grover va al baño y Larry le hace un ademán a Victoria para que la acompañe. Cuando Grover y Larry se quedan solos en la mesa, Grover le dice, echándose el coñac de su mujer en su copa (se lo bebe todo), que su mujer se va a casa de su hermana, a la que él odia, y que prefiere "compartir un chateaubriand con Victoria". Larry le escucha con total normalidad cuando Grover le dice: "Hay algo en ella que despierta al semental en este viejo caballo". Un doblaje al español del inglés: "Esa jovencita tiene algo que me hace recuperar el deseo". Es más heavy en español, pero para el caso es lo mismo. Si quiere salvar a la empresa, ella debe hacerle algún favor sexual.




Mientras, Howard y Jessica comen perritos calientes en un banco, ya que Howard no tiene un duro (hasta la Coca Cola no es Coca Cola, son botes blancos en los que se lee Coke). Y se compadece de su mala suerte. Le dice a Jessica, como si fuera algo posible: "Le pedirá a Victoria que use su cuerpo por un cliente". A lo que Jessica le dice que Victoria no lo hará porque es una mujer inteligente.



[Inciso] Myron, el hermano de Larry, me sorprende porque físicamente parece sacado de una película de Willy Wilder, como uno de esos ejecutivos que solo hablan de dinero.


Victoria ha quedado a cenar con su marido y Jessica. Cuando Larry le dice que debe quedar con Grover ella se niega. Larry entonces, le dice: "Estás en la campaña porque Grover está loco por ti". Hay que ser hijoputa, cuando Victoria ha demostrado tener mejores ideas que él. En inglés esta frase es aún más chunga. "Estás en la cuenta porque pones cachondo a Grover".


Larry le obliga a ir a cenar. Y ella le dice que aunque sea el dueño de la agencia, él no es su dueño. Victoria dimite. Y todos aplaudimos. Me gusta porque el look de Victoria con su camisa con lazada es muy propio de la propia Jessica.



En otra trama del episodio una rubia despampanante vestida de morado llamativo entra en el despacho de Larry dispuesto a seducirle. De hecho, ponen música de romance. Christine le dice que es una mujer "muy excitable", y Larry le ofrece trabajo. Y queda con ella en cenar la semana que viene. Esto viene a demostrar que existe también este tipo de mujer que quiere trepar como sea, que usa su físico y que nada tiene que ver con chicas como Victoria.


Al final el fiambre es Larry y aquí hay que averiguar quién le ha matado. Pero esa es otra historia. La pena es que no se cargasen también al tal Grover y a todos los de su misma calaña.

Aquí Grover con su señora esposa y su look con estola de piel incluida bastante hortera.

El detective del caso al que Jessica, cómo no, ayuda, también tiene su frase memorable al usar un estereotipo sobre las mujeres guapas y rubias: "¿Por qué creo que los bellezones rubios me mienten?".


A lo que le responde Jessica: "Un trauma adolescente". Me parto.



Se ha escrito un crimen en Yonomeaburro

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