17.1.14

Crítica El lobo de Wall Street, el desmadre de Scorsese con DiCaprio a lo loco

Primero vi American Hustle (La gran estafa americana), un despliegue de actores, sobreactuando, marcándose un pulso interpretativo, en la que David O. Russell nos narra cómo se gesta una gran estafa real con imágenes visualmente excesivas, alocadas, frenéticas. No me gustó, sinceramente (en el link de arriba explico por qué). Lo que no me esperaba es que Martin Scorsese se soltara la melena igualmente con otra estafa real, dejando a sus actores desmadrarse sin ningún problema, inyectándole a cada secuencia detalles surrealistas, diálogos alucinógenos y personajes que se salen de sí mismos. La historia del llamado lobo de Wall Street no es nueva. Hacía poco había visto El informador (Boiler Room) con Giovani Ribisi interpretando el papel de Leonardo DiCaprio. Evidentemente no hay color (en aquélla recordarás a Ben Affleck haciendo de 'malo' unos minutos). La peli de Scorsese, de tres horazas, recorre toda la trayectoría de este ladrón de altura, y se hace más entretenida (más, lo digo ya, que La gran estafa americana), no sólo porque parezca increíble lo que te está contando, si no porque DiCaprio se desnuda como nunca antes lo ha hecho, arriesgándose con escenas de todo tipo. Y Scorsese, que no es tonto y conoce las limitaciones de su cachorro (DiCaprio no es McConaughey, por decirlo rápido y mal, a ver en los Oscar), le rodea de secundarios poderosos, tanto Jonah Hill (como loser, otro actor que parece que lo que hace es facilísimo), como el propio McConaughey, su mentor (que los 10 minutos que sale, con sus Martinis de Absolut y sus golpes en el pecho, te dan ganas de ponerte de pie y aplaudir), e incluso esa guapísima desconocida, Margot Robbie, su despampanante mujer, con desnudo integral incluido. Hay escenas que no se olvidan como la rutina con las drogas prohibidas y sus efectos: DiCaprio amnésico en el avión; DiCaprio conduciendo su coche hortera como si sufriera la parálisis de Gilbert Grape. La irrealidad vence a la realidad en El lobo de Wall Street, hay que creérselo, por inverosímil que parezca (algo parecido me ocurrió –y me gustó más– con Dolor y dinero). DiCaprio es el centro absoluto de la trama, contando la historia con voz en off, vestido a lo Don Johnson en Miami Vice. Escuchamos música rap vacilona (Cypress Hill, Naughty by Nature), cuando el mundo se jactaba de lucir colgantes de oro, porque en la autobiografía de ese jeta listo que fue Jordan Belfort cabe de todo. Los brokers son para Scorsese los nuevos mafiosos, la misma corrupción en su querida Nueva York. De ahí que haya echado mano del guionista Terence Winter (Boardwalk Empire, de la que Scorsese es productor). El resacón constante acaba agotanto, pero no puedes bajarte de ese caballo loco, no puedes dejar de imaginarte a DiCaprio en alguna nueva situación descacharrante.  
Kyle Chandler (el agente de FBI), Rob Reiner (padre de DiCaprio), Jean Dujardin (testaferro en Suiza, llena la pantalla con su sonrisa), Jon Favreau (pasaba por aquí), Ethan Suplee (amigo) y Spike Jonze ("te la chupo si ganas pasta para mí") pululan por ahí aún haciendo más chocante la peli. Y ojo a los fans de Cómo conocí a vuestra madre, la madre, Cristin Milioti, es la primera mujer de DiCaprio (wtf). Hasta conocemos los chanchullos que se trajo el diseñador de zapatos Steve Madden. Y hay un actor (PJ Byrne) que es clavado a Carlos Areces, con peluquín. Scorsese parece haber echado toda la carne en el asador para construir una peli que bebe de su filmografía. La duquesa es la rubia de Casino vestida de Versace; el Travis de Taxi Driver con la cara de Jon Bernthal (The Walking Dead); el amor a primera vista de New York New York; hacer realidad tu sueño y que éste se convierta en tu pesadilla como en Toro salvaje; un Jó, qué noche a lo bestia; el DiCaprio de El aviador aún más pasado de rosca; Belfort ayudó al FBI como en Infiltrados; la paranoia llevada al límite como en Shutter Island... y hasta Goodfellas, cuando hablan en la oficina de los enanos y gritan uniendo sus manos: ¡Uno de los nuestros, uno de los nuestros! Me gusta este Scorsese chiflado, pero a mí me hubiera flipado más esta película si no la hubiera alargado tanto.  

Margot Robbie se parece a la Charlize Theron de Dos días en el valle.

5 comentarios:

Zarzamora dijo...

¿Hemos visto la misma película? Es una porquería infumable. Aguanté dos horas y cuarto y me largué, harta de tanto culo, drogas y tetas. No sé cómo la pueden alabar tanto. Yo también la he comentado en mi blog, desdemiventanilla.blogspot.com, por si te quieres pasar.
Un abrazo.

Mariló García dijo...

Esa sensación la tuve yo viendo Spring Breakers! Supongo que aquélla ya me puso el listón alto.

Anónimo dijo...

A mí me cansó tanto incidir en la degradación del protagonista y sus amigos. Me sobró una hora de peli tranquilamente. Y creo incluso que hubiera preferido que fuera un corto con la secuencia de la parálisis provocada por los lemon gran reserva.
http://mamaisproud.com/

Aída dijo...

Yo fui a verla con 3 amigos y llegué a la conclusión de que es una película para tíos: ellos encantados, y yo turrada...

Unknown dijo...

Entretenida al punto que se te van volando las horas, tres casi. El personaje de Thomas Middleditch fue pequeño pero interesante, pudo haber explotado más.