Un papelón que sorprende, por su tono de voz, sus amaneramientos, su exposición (Douglas sale casi desnudo), su atrevimiento (esos besos con Matt Damon). Y no sólo eso. Michael Douglas lo es TODO en esta dramedia en la que se narra la relación entre el millonario y extravagante Liberace con uno de esos pueblerinos guapos y jóvenes enamorados del mito gay. Sin Douglas, la tvmovie hubiese sido un mero invento desmadrado en la línea surrealista de Grey Gardens pero mucho peor hecha. Porque lo que le falla a Behind the Candelabra es el guión, la historia no es que tenga mucha chicha y cuando hay donde morder pasan por encima de puntillas. No tenemos por qué conocer la historia de Liberace, eso que está “detrás del candelabro” que siempre ponía sobre el piano. Basada en el libro de Scott Torson, el personaje interpretado por Matt Damon, se quedan sin contarnos muchas cosas, y la mayoría son previsibles (aunque la historia sea real podrían haber creado más momentos de sorpresa). Hay una escena en la que Liberace cree que se va a morir. Es inevitable no pensar en Michael Douglas, en que esa misma sensación la debería de haber vivido muy poco antes.
El actor parece entregarse al 200 por cien en esta película. Como si fuera la última. Pero no le compensa el esfuerzo con el resultado final. Es cierto que se te escapará la risa tonta en más de una ocasión (¿de qué va el personaje de Rob Lowe?), porque no deja de mostrar el lado más maricón del asunto. Michael Douglas te parecerá Andrés Pajares con ese perfil y esa sonrisa o una especie de Glenn Close en masculino. Pero hay que reconocerle al actor que su interpretación del personaje es perfecta: logra que nos guste y al mismo tiempo que dudemos de él, para llegarle a despreciar un poquito. Matt Damon está también sensacional, aunque me recuerde al Mark Walhberg (en fino y gay) de Boogie Nights. No sé, cosas mías. Una vida vivida a todo trapo, a mil por hora, que les pasó factura (a unos más que a otros), una ignorancia en general la de una época en la que la gente quería seguir viendo estas performances naif, creyendo que sus protagonistas no eran gays. De haber sido una miniserie seguramente les hubiera salido un producto mucho mejor. Al final de la película meten el acelerón y llega el final, así sin más. Cuando la termines, te darán ganas de buscar las fotos del Liberace real. Hazlo: es lo más hortera y kitsch que verás nunca. Por cierto, siempre mantuvo confusa su sexualidad, como se cuenta en la peli, pero lo que no se dice es que fue Betty White, gran amiga, la que confirmó su homosexualidad. Tampoco que el tal Scott Thorson luego ha confesado también que mantuvo relaciones con Michael Jackson.
Liberace (1919-1987) y su novio, Scott Thorson. |
1 comentario:
Se nota que es una película hecha para tv no muy jugada en cuanto a la historia pero si en la actuación de M.Douglas y un correcto M Damon.
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