Este post es un resumen del jueves y viernes pasado, que para eso me meten caña Ana G. y Norca, las dos protagonistas de estas secuencias. El jueves fuí con Ana G. a la presentación de las nuevas colecciones de Tommy Hilfiger en el hotel Santo Mauro (Zurbano, 36). Dos salas en las que se exhibían los últimos trapitos para el próximo invierno, lo que daba mucho calor la verdad. Los cuadros escoceses y el corte super paij (nuevo sinónimo chanante para pijo) me recordaron a Burberry. Todo está inventado Tommy, hasta el Hilfiger.
Este tipo de sarao, además de para entrar en el Santo Mauro, beber mojitos y sentirse como una Queen por no pagar, sirven para conocer gente. Además de saludar a Charo y Jesús de Finally, mi personita de hoy fue una colaboradora de la revista iSport, que da el diario As el primer viernes del mes. Me hizo gracia (y también me emocionó, la verdad) que le hiciera ilusión conocerme. Aunque en este blog nunca lo he mencionado, he hecho los bazares de zapas en los dos primeros números de iSport, pero no tengo contacto con colaboradores como ella. Jesús nos presentó y ahí acaba la historia de este encuentro. Luego nos fuimos Ana G. y yo a Huertas. Tapeamos un poco (cuánto guiri hay en Madrid, dios) y nos bebimos con la tontería unas tres copas, sentadas, charloteando sobre amores, desamores, cosas que nunca haremos, sueños, deseos y demás bla, bla, bla que emergen con el alcoholismo. Todo Top Secret, claro.
El viernes, el supercool Instituto Europeo de Diseño (Flor Alta) se convirtió en el punto de encuentro para celebrar el segundo aniversario de Future Shorts, el posiblemente mejor festival de cortos del mundo. Tres salas donde emitían los cortos seleccionados con vasos con palomitas y una barra con cocktails como mojitos, caipirinhas y caipiroskas. Me hizo un ilusión tremenda tomar una caipiroska, porque, a excepción de un bar en Huertas, no la había vuelto a probar desde mi viaje a Brasil (¡hace 13 años!). La caipiroska es como la caipirinha pero con vodka. En la imagen de arriba son los vasos preparados con trozos de fresa.
Además de los cortos y el alcohol, tocaba Pepo Márquez al frente de Secret Society. A Pepo le conozco de cuando trabajaba en Rolling Stone. Su concierto, según me comentó, se atrasó porque se fue la luz. Así que pinchó antes un dj y Pepo tocó más tarde. También le habrás escuchado al frente de Grande Marlasca. Pepo es un personaje, inquieto. Me manda emails, como a medio planeta, para avisarme de todo lo que hace. Si fuera a todas sus citas no sé de dónde sacaría el tiempo.
El puntazo de la noche fue encontrarme a Luis, ex modelo, ex futbolero (jugaba con mi hermano en partidillos hace años) y ahora periodista de Mundo.tv. Luis ya no es modelo ni juega al fútbol pero sigue siendo el mismo. Está haciendo un seguimiento de Future Shorts y hablamos durante un rato de cómo ha pasado el tiempo y de nuestros respectivos curros. Luis no tiene ni 30 años, así que flipo en colores.
Norca me lleva a un restaurante japonés al que suele ir. Ya sabeis que me flipan los japos, y que hasta que no coma en todos los que hay en Madrid no voy a parar. Se llama Mashita (La Bola, 12), cerca del Samurai de Santo Domingo. Es un pequeño local regentado por un matrimonio que apenas habla español, no admite tarjeta de crédito (tuve que ir a sacar pasta a Gran Vía) y te hace cada plato en el momento, así que si vas te lo tienes que tomar con calma. Puedes pedir comida para llevar, pero Norca me aconseja llamar por teléfono e ir al local pasado un tiempo. Tardan, pero lo hacen con cariño, ¿qué no? Lo de arriba es una ensalada de algas con gambas (no está el precio en la carta, preguntamos y cuesta 5 euros). Si te gusta la cerveza, pide una Asahi. Tienen ésta y Mahou.
En todo japo hay que pedir maki y sushi. Arriba, el rollo de maki que hace la señora delante de nuestras narices (diez piezas sólo por 7 euros). Mezclado con la soja está bastante bueno. Y debajo, 10 piezas de sushi, lo mínimo. Marcaba 15 euros, pero nos cobraron 8, no sé por qué. El señor nos regala las fresas y unos palitos con sabor a gamba picante que no recomendamos probar.
Tras los cocktails del Instituto Europeo de Diseño y el japo, nos vamos a bailotear a El Juglar, en la calle Lavapiés. Hacía siglos que no pisaba este garito. Vamos inducidas por el señor Rubén Romero y su compinche, Luis Argeo (que en esos momentos están en la expo de la hermana de éste último). Y, la verdad, es que aunque luego no aparecen (o no los vemos), nos lo pasamos como niñatas. Nos hacen fotos, nos entran y tenemos que decir ¡basta! Lo mejor, la música, rap, rap, rap. Hacía que no bailaba en un garito así años...
Este es el dj de la noche, disfrazado de Elvis ¿o era Chikilicuatre? El tío sube y baja del escenario, porque hay una fiesta de cumpleaños con gorros y matasuegras, y debe de ser colega, y el tío pincha hasta ¡Cypress Hill! mi grupo favorito. Una gran noche... Habrá que repetirla.
2 comentarios:
Estupendo restaurante el mashita. Eso si, aunque hay platos japoneses, la comida es coreana y el matrimonio dueño del restaurante es coreano :)
eso iba a decir. No es japonés, es coreano ^^
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