Stephen Levinson, el creador de Ballers, confía de nuevo en la idea de compadreo y aspirantes al estrellato de
Entourage (El séquito) para esta nueva serie de HBO que también produce
Mark Wahlberg.
Es ideal a efectos publicitarios que el estreno de Ballers coincida con
el estreno de la película de El séquito y la peli de acción
San Andrés
con La Roca. Ambas, con malas críticas, por cierto.
Dwayne Johnson, mazacote de tío, inexpresivo, es un ex jugador de fútbol americano que, a lo Ari Gold, intentará reconducir las carreras de esas jóvenes promesas que se creen los reyes del mambo hasta que meten la pata y se quedan fuera de juego. Tener ese
anillaco que se ve en el póster supone pertenecer a otra liga y, como mujer, me veo fuera de esa onda completamente. La mayoría de actores que aparecen en el piloto son negros que escuchan
música rap, están casados pero tienen amantes, se lo montan en lavabos con groupies a las que llaman zorras, aman el dinero y la fama por encima de cualquier cosa, o tienen a su cargo (como le ocurría a Vince en El séquito) a toda una tropa de familiares y amigos que ni siquiera conocen. Al inicio de
Ray Donovan, Ray se ocupaba de asuntos casposos de estos jugadores macarritas, La Roca me ha recordado a ese primer Ray Donovan, trajeado e impertérrito, que solucionaba los problemas a los demás, mientras su vida se iba a la mierda. Spencer Strassmore, su personaje, se busca la vida con las miserias de estos chavales, lo da todo porque en realidad no tiene nada. Él es el primero que sabe lo que es quedarse en el banquillo, desaparecer. Ballers está muy bien rodada, con exteriores soleados, fiestas nocturnas, cochazos, tías en bikini, lo típico que atraerá a ese público masculino que quiera creerse que ese estilo de vida mola todo, porque a pesar de mostrar el lado oscuro, Ballers es una oda a esos deportistas de élite que son tratados como reyes en EE UU. Demasiada testosterona para mi gusto, excesivo maltrato verbal hacia las mujeres (esto ya huele) y la sensación de que Ballers es una serie que podría haberse estrenado hace 10 años, huele a retro. el piloto lo dirige
Peter Berg, que físicamente se parece a Kevin Dillon (Drama en El séquito) y que se reserva un cameo como entrenador de los Dolphins de
Miami.
Ballers acaba en la quinta temporada (2019).
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