7.12.23

A propósito de Schmidt: Jack Nicholson en la bañera a lo La muerte de Marat

Volviendo a ver A propósito de Schmidt (2002) hay un curioso guiño al cuadro de Jacques-Louis David La muerte de Marat.


Vuelvo al cine de Alexander Payne porque veo Los que se quedan (The Holdovers, que se convierte en una de mis películas favoritas de 2023). Repite con Paul Giamatti tras Entre copas (2004). No rodaba desde 2017, con Una vida a lo grande. Los que se quedan me recuerda a Nebraska, mi peli favorita de Payne, por la relación padre-hijo que se muestra aquí entre un profesor solitario y su alumno con padres ausentes en Navidad. Con George Clooney también rodó la magnífica Los descendientes.  

En la película A propósito de Schmidt (rodada tras la no menos magnífica Election, 1999) me ha llamado mucho la atención este detalle del director, pues dura un segundo pero se ha tomado a molestia de rodarla. Jack Nicholson, el protagonista, es un recién jubilado al que se le muere la mujer y vive distanciado de su única hija, que intenta reconducir su vida. Pero hasta entonces digamos que no sabe qué hacer y se deja llevar. Uno de esos momentos es este, en el que su personaje, Schmidt, escribe a un chaval africano al que ha apadrinado y se duerme dentro de la bañera. Emula al líder de la Revolución Francesa Jean-Paul Marat. Fue apuñalado en 1793 mientras trabajaba en la bañera (Agatha Christie también escribía así, según contaba ella misma). En otro momento memorable de la película, Schmidt está metido en un jacuzzi. La dueña es Kathy Bates, personaje algo hippie, que no duda en meterse en pelotas en el agua (la cara de Nicholson es un poema, vaya ovarios la Bates, también te digo). A propósito de Schmidt cuenta con un personaje perdido (como le gusta a Payne), que se sale de su zona de confort y se va encontrando a personajes pintorescos en su camino (como ocurre en Nebraska o en Los que se quedan).

La muerte de Marat, de Jacques-Louis David.

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