4.1.23

Opinión. Happy Valley 3x1, las claves del regreso de una de las mejores series británicas (capitulazo)

Happy Valley (por fin) ha vuelto. Opinión y claves del primer episodio de la tercera (y última) temporada que se puede ver en Movistar Plus+. Con spoilers obviamente.


CATHERINE FRENTE A ROYCE

Cada vez que Royce se ha encontrado con Catherine ha habido una tensión brutal no resuelta. En la primera temporada, con Royce libre, ella era quien le amenazaba. A su nieto ni tocarlo. Y a punto estuvo de matarlo cuando vio a su nieto vulnerable tras rociarle con gasolina. En la segunda, el asesinato de su madre sacó de sus casillas a Royce (ya entre rejas) que intentó atacar a Catherine en medio del velatorio. Una de las grandes incógnitas de esta última entrega es saber qué pasará con estos dos cuando se vuelvan a ver. ¿Estará Royce en la calle, dónde sucederá su último cara a cara? Y lo que es más interesante, ¿podría Catherine tomarse la justicia por su mano para acabar con este hijoputa de una vez por todas? En el primer episodio, Royce sigue entre rejas, con el pelo largo y la cara partida. Parece más tranquilo, en estos siete años algo habrá aprendido. Lo que une a estos dos de nuevo es un esqueleto que encuentra Catherine (que no puede ser más Jessica Fletcher cuando les detalla las pistas a sus compañeros panolis). Royce admite que se vio envuelto en el asesinato así que (seis meses después, hay otro salto en el tiempo) habrá juicio. ¿Será allí donde se vean?

POLIS MALOS O BUENOS 
Sally Wainwright, la creadora, ya ha insinuado que, tal vez, sus policías han sido demasiado “buenos” en la serie. Otras grandes apuestas de 2022, como The Responder o la misma Line of Duty, demuestran que los polis también se saltan la ley. Ya lo vimos en la segunda entrega de Happy Valley con el policía asesino. Con un hombre. Pero no con las mujeres policía. Según cuenta en Variety Wainwright las mujeres policía son diferentes a los hombres, para ella sí son heroínas. Así que no creo que manche las manos de sangre de la policía a pocos meses de su jubilación. Catherine, que presume de arrogancia y autoestima, cuenta con su hermana para ponerle los pies en la tierra, para darle sentido a las dudas que le atormentan. En este primer episodio va muy de sobrada, se ríe del yoga y cambia el té por una copa de vino. De hecho, se ha comprado un jeep y lo que anhela es largarse al Himalaya que es como decir lo más lejos posible. “Voy a convertirme en la persona que quiero ser”. Luego está su joven compañera policía, a la que secuestró y violó Royce en la primera temporada, ahora casada con el hijo de Catherine. A saber si esta mujer, siempre tan tranquila, no estalla de alguna forma. 


EL ADOLESCENTE RYAN 
Más allá de Catherine está el (ahora) adolescente Ryan, el nieto. Wainwright ha confirmado que ha esperado tanto tiempo para que el chaval pudiera dar el estirón. Así que la trama padre-hijo se reforzará esta vez, tiene que ser uno de los ejes primordiales de la trama. También te digo que espero que no tome la dirección del revival de Dexter. No haré spoilers, pero acordaros de cómo acabó el tema. A Ryan nos lo muestran ahora un poco gamberro, más independiente, y ya tiene la suficiente edad como para decidir por sí mismo si quiere acercarse o no a su padre. ¿Qué recordará de cuando era niño? ¿Tendrá presente que casi le mata y también a su abuela o seguirá erre que erre con la posibilidad del perdón? Creo que otros de los grandes momentos será cuando Ryan descubra que su madre se suicidó y que él es fruto de una violación. Habrá que ver cuál será su reacción. No sé si esto se destapará durante el juicio si se hace mediático, aunque lo lógico, con el internet y todo, es que este chico tuviera ya toda la información de quién es realmente su padre. Su 16 cumpleaños reúne a toda la familia. 

EL ENTRENADOR Y LA DROGA 
El cumpleaños del chaval nos aclara que la familia se lleva bien. Todos están allí, vuelven los de siempre. “Todo parece más fácil”, se oye. Aunque sabemos que si es Happy Valley pronto dejará de serlo. Se juntan tras un partido de fútbol (Ryan es un portero bastante malo, por cierto), y será con el entrenador con el que Catherine tenga mandanga. A la poli no le gusta un pelo que el entrenador de Ryan llame “mierdecilla” a su nieto, así que hace lo posible por encargarse del caso cuando el entrenador les llama para denunciar a su propia mujer (a la que le dice: “No vales una mierda”, siguiendo con su elocuencia), que ya hay que ser cabrón. Catherine aún no lo sabe (en Happy Valley siempre vamos por delante), pero la mujer es adicta a medicamentos con receta que se los pasa de estrangis su vecino farmacéutico. El entrenador es un marido abusador y a Catherine se le atraganta desde el principio. También a nosotros. Esta visita se la cuenta Catherine a su hermana y resulta narrativamente perfecta porque vale para que descubramos los detalles en los que Catherine se fija, como que él viste de marca y la pobre mujer del Primark. Catherine sabe que esa mujer sufre malos tratos, que su marido la ha infantilizado, la ha aislado, pero se mosquea porque ella no le denuncie o al menos no le cuente nada de lo sucedido en privado. 

TODO ESTÁ CONECTADO 
Tengo la sensación de deja vu viendo el primer episodio de la tercera temporada. El asesinato por el que Royce irá a juicio tiene que ver con la primera entrega. Vuelve el tráfico de drogas, esta vez con la adicción a los medicamentos con receta que, se escucha en la serie, es ya mayor que la heroína. Aparecen el pringado de turno (siempre hay uno en cada temporada) que es en este caso el farmacéutico. Y los mafiosos que chantajean con secuestrar a sus hijas y: “No quieres que las tratemos como a unas zorras”. También el sexo como moneda de cambio, con la mujer del entrenador acostándose con el farmacéutico por las pastillas. Y la infidelidad, obviamente. La hermana de Catherine y su colega Joyce le sirven para bajarle los humos (Joyce le recuerda que cae mal a la gente). Y regresa, cómo no, la Maldad, cuando el jefe de Catherine le revela que Ryan ha visitado a su padre en la cárcel. Ryan iba con un hombre y una mujer a las visitas, pero no nos dicen quiénes son. Un buen cliffhanger. 

La tercera temporada de Happy Valley está protagonizada por Sarah Lancashire, James Norton y Rhys Connah. Junto a ellos, Siobhan Finneran como Clare; Con O’Neill, como Neil, su pareja; Charlie Murphy, como la joven policía Ann. Con los nuevos fichajes de Amit Shah, como el farmacéutico Faisal Bhatti; Mark Stanley, como Rob Hepworth, el entrenador, y Mollie Winnard, como su mujer, Joanna.


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