8.6.20

En casa (HBO), cinco historias sobre el confinamiento (bastante paranoicas)

Opinión de los cinco episodios de En casa, propuesta de cinco directores con historias sobre el confinamiento provocado por el covid-19. Se pueden ver en HBO.


Episodios de mejor a peor

1. Una situación extraordinaria, de Rodrigo Sorogoyen 
El director analiza la relación de una pareja (el propio Sorogoyen y Marta Nieto) cuando ella no parece ser la misma. Simboliza los cambios de esta mujer imaginando una historia de ciencia-ficción paranoica: ¿es ella la misma persona que sale de casa y regresa? Algunos guiños relacionados con el encierro coinciden con otros episodios como ver a Pedro Sánchez en las imágenes de un proyector, desnudos en la ducha, una videollamada, lavarse los dientes como parte de la cotidianidad, hacer la comida, dormir la siesta, leer, trabajar, aburrirse… Y ese balcón desde el que se sale a aplaudir y una pequeña azotea. El episodio encierra todo lo que espero: está bien dirigido, tiene suspense, juega con las cuatro paredes de la casa y cuenta con un final que remata muy bien la pregunta principal. Ante una situación extraordinaria, ¿querrías a esa persona aún con sus continuos cambios? Uno de los puntos es ver el interior de las viviendas de estos creadores (descubro que Sorogoyen tiene mi misma lavadora y armarios en la cocina).

3. Mi jaula, de Leticia Dolera
Hay un momento del episodio de Sorogoyen en el que la pareja se enfada y ella le acusa de manipularla. Leticia Dolera va más allá y centra su episodio en un novio machista y tóxico que, a pesar del encierro, es capaz de seguir amenazándola en la distancia. La actriz, absoluta protagonista, usa el simbólico encierro, ese balcón que "anuncia" al vecindario que vives sola, para hablar de esas mujeres que estando en libertad viven con miedo. Al ser solo una persona se vive más en positivo la relación con esas amigas con las que se comunica por videollamada y en negativo la soledad impuesta (lo que le lleva a experimentar una auténtica paranoia). Dolera usa una de las noticias del encierro que hablaba de cómo los animales salvajes estaban adueñándose de las ciudades vacías para recrearse en la fuerza de las mujeres como leopardos libres y dueños de sí mismos. Muy chula la casa de la actriz, por cierto.

5. Así de fácil, de Paula Ortiz
La tercera historia va sobre dos amigas confinadas. Celia Freijeiro, que está tan a gusto en su casa, acoge a Julia de Castro, con la que su novio acaba de romper (también en este episodio encontramos la idea del hombre que no conviene pues le llaman gordo de forma despectiva y a ellas, diosas, que no le necesitan). Es un acierto que los pasos para superar una ruptura amorosa vayan en consonancia con las etapas del encierro (ya sabéis, negación, ira, etc), y que pensar en la soledad unida al encierro le pueda volver paranoica a una. A diferencia de los otros episodios, se usa más el humor porque estas dos amigas no viven realmente juntas hasta que no les queda otra, lo que conlleva encontronazos, pero sobre todo momentos de gran revelación. La terraza hace mucho a la hora de darle oxígeno al encierro, el copeo, la música, que para eso De Castro es cantante. También hay la oportuna videollamada, los aplausos y el lavarse los dientes de forma mecánica. Pero otra diferencia es que, además, tienen un perro, vemos desnudos e imaginativos juegos sexuales. Me hace gracia todo excepto el final, que veo forzado, pero que sorprende en definitiva.

2. Mira este vídeo de gatitos, de Carlos Marquet-Marcet 
Si Paula Ortiz cuenta con un perro, en este episodio son los gatos parte del suspense, pues conviven con un grupo de amigos que se han quedado encerrados en una nave industrial. La pandilla comienza de buen rollo, bebiendo, compartiendo vivencias, risas. Poco a poco, las tiranteces aparecen, incluyendo una trama con los pobres gatos un tanto paranoica. No me parece que esté bien aprovechada la trama, con tantos personajes a los que se les podría haber sacado más chicha. Ya que te pones un tanto perverso haberlo hecho hasta las últimas consecuencias y con alguna de las personas. Creo que la posibilidad de tener a tanta gente confinada habría dado juego para un asesinato o algo así. Me aburre un poco y no le pillo la gracia. Los gatos parecen tener una conexión en un momento dado con el episodio de Leticia Dolera (felinos) y con el de Paula Ortiz que en un momento dado se disfruta también de una bañera.

4. Viaje alrededor de mi piso, de Elena Martín 
Nada me funciona en este episodio. No entiendo las imágenes del exterior de antes del confinamiento, pues no se juega con las mismas cartas aunque estén rodadas con móvil. La voz en off acaba por rematar una historia que se hace larga y a veces soporífera, cuando se pone a describir como si fuera un diccionario lo que significa tal o cual cosa. No pasa nada en ese soliloquio existencial que me interese. Aquí tiene presencia un limonero y un sofá vacío. El episodio da un bajón de nivel sin alimentar nada la espera.

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