19.5.19

Better Things 3x12 Shake the Cocktail (final)

Esta entrada es un recap del episodio Shake the Cocktail de Better Things con spoilers.




La tercera temporada de Better Things comenzó con Sam viendo a su padre en forma de fantasma, brindando con un cóctel desde el asiento de un avión. Shake the Cocktail se llama el final de temporada, aludiendo, primero, a la frase del amigo anciano del episodio 3x3 que le dijo: "Si te atascas, agita el cóctel", y también a los cambios que ha sufrido Sam en esta entrega, desde aquella alucinación extraña, compartida con su hija Duke, al hecho de cumplir 50 años y sentirse mala madre por culpa de Frankie, que se ha ido de casa.

Si el episodio 3x1 acababa con Sam ayudando a Frankie con un texto, tumbadas las dos en la cama, el episodio 3x12 comienza con Sam despertando en la cama vacía de Frankie. Mientras, Duke lleva un globo rojo a la cama de su madre y una felicitación. El fantasma del padre (el pasado) se despide, así como el recuerdo del ex marido, gracias a la ayuda del terapeuta (Matthew Broderick) –nadie como él para imitar a John Lithgow– una relación que no ha hecho más que empezar y que puede que cambie a Sam en la siguiente temporada. El futuro (Duke) ya está aquí.

Con el malhumor propio de una madre que no sabe qué hacer para atraer a su hija de nuevo al redil, Sam la toma con su mejor amigo, aunque finalmente hace las paces, y entiende que a Frankie le debe dejar espacio, que volverá cuando se sienta con ganas de hacerlo. Cuando crees que la niña es una pesada que ojalá no vuelva, regresa, y con toda la cara le dice a Sam que se va a volver a ir, pero mientras se come su comida (Sam está muy cocinillas en este episodio) y se queda en la casa a dormir. Una carta de arrepentimiento es su forma de decirle a Sam que ella es así de gilipollas, que la comprenda, y Sam acepta esa disculpa extraña firmada el año de su nacimiento (7 de junio de 1969), aunque por dentro esté confundida. Frankie mantiene también una conversación con un vagabundo: éste le habla de otro tiroteo en un instituto, Frankie, de un profesor que metió su semen en unas galletas que dio a sus alumnos. Un mundo de locos.



Hay dos momentazos en este episodio de remate de temporada. La tarta de cumpleaños casera que le hacen sus hijas (nada que ver con celebrarlo entre amigas, como vimos con el cumple de otra de ellas en el episodio 3x5) y, especialmente, cuando Sam cocina mientras ve un episodio de Phineas y Ferb, sube el volumen y comienza a cantar la sintonía junto a Duke, Max y las amigas de ésta, en bragas. Es una escena que parece que no viene a cuento (Pamela Adlon y Diedrich Bader han aparecido en esta serie de dibujos animados), pero que simbólicamente es muy potente. Son niñas que cantan dibujos animados que se están convirtiendo en mujeres, por no hablar de la libertad que muestra la secuencia, con ellas mostrando su vulnerabilidad, pero sin ningún complejo, felices, riendo, sin problemas.





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