3.6.15
El pequeño Quinquin, ENORME serie hecha película
Una vaca… vuela. Transportada por un helicóptero como si de la cruz de La dolce vita se tratara. Una vaca que no es sagrada, pero que alimenta la imaginación del espectador al inicio de El pequeño Quinquin. ¿Por qué ese animal, muerto, contiene en su interior un cuerpo desmembrado? ¿Cómo ha podido acabar la res en un antiguo búnker olvidado? Ahí comienza la que será una investigación policial de lo más bizarra, en un pequeño pueblo costero de Boulonnais que esconde más de un secreto y con unos hilarantes personajes de la Francia más rural. Por un lado, el chaval del título, Quinquin, que observa lo que acontece, tan asombrado e interesado como el espectador. Por otro, el capitán Van der Weyden, interpretado por Bernard Pruvost, un tipo tan impredecible como esos sorprendentes tics que sufre en la cara. Ambos se cruzan, se enfrentan, nos sorprenden. El director Bruno Dumont consigue una atmósfera paródica, en un cruce entre la excentricidad de Twin Peaks y el absurdo de Fargo. Y gracias al formato miniserie –esta película se estrenó en Francia en televisión– se detiene en ciertos rituales que interesan incluso más que la investigación en sí misma. El pequeño Quinquin dura tres horas y media, sí, pero no le sobra ninguno de sus minutos. Original y divertidísima, encuentra en sus protagonistas su principal gancho, así como en su dirección, magistral y llena de detalles surrealistas. 200 minutos llenos de suspense, humor, drama… y tics faciales [Crítica publicada en Cinemanía mayo] El pequeño Quinquin se estrena en cines en España el 12 de junio. Desde ese día también estarán en Movistar Series los cuatro episodios.
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