Episodio de huídas, que para eso se llama The Runaways. El episodio 7x5 de Mad Men mezcla los dibujos naif del rudo Lou Avery con el creepy pezón rebanado de Michael, que cree que el ordenador los está dominando, transformándolos en homosexuales. Mientras Lou se venga haciéndoles trabajar duro (y dejando a Don en tierra sin poder ir a California), Peggy debe afrontar el estado mental de Michael (supongo que el actor comenzó a rodar A to Z y le fue incompatible ambas filmaciones). La única interrelación entre Don y Peggy se produce en el ascensor, ella dominando, mostrando su posición. "¡Huye mientras puedas!", le grita Michael a Peggy, en una especie de premonición (espero que Peggy huya, de verdad).
Sterling no se creería esto. |
Megan va sin sujetador y faldas muy cortas, algo que reprobaría Betty (acordaros de la escena del granero con su hijo). Megan vive la vida, pintándose las uñas con su amiga, de prefiesta. Megan hace su vida y está cansada de las apariciones sorpresa de Don. Ella sigue siendo flexible y siempre pregunta a Don, pero en el fondo son dos mundos completamente opuestos. También en la realidad dos mundos se pisan: la música hippie de la fiesta que pisa la música del disco, la preestablecida; los trajes de Don con el tío vestido con vaqueros y chaqueta vaquera que baila con Megan, jamás veremos así a Don. El bailecito de Megan no está a la altura del memorable cante que se dio, pero vuelve a poner en imágenes la situación un tanto loca que se vive en Los Angeles. Don tiene la suerte de que Harry se presente en la fiesta, cruzándose así lo personal con lo profesional. Don usa la información de Harry (la agencia va a contratar a Philip Morris, Don se tendrá que marchar) para posicionarse y atacar antes de que lo hagan ellos. Don domina esta situación, actúa; en la cama se deja llevar. Don mira extrañado a Megan, no lo puede creer, pero no dice que no. No sé si Megan le echará en cara alguna vez que Don se podría haber opuesto. Las reglas en esta relación han cambiado. A la mañana siguiente, Don está tan campante y es la desinhibida Amy la que, sin embargo huye, un tanto avergonzada. Las apariencias engañan, y las drogas, más.
Pero el gran momentazo se lo gana Sally Draper, con la nariz partida. A Betty le llueven los palos. Es buena anfitriona, preparando la comida, pero cuando se trata de hablar de Vietnam (ella, a favor de la guerra), Henry la desautoriza. La mujer florero opina y eso a Henry le molesta. Pero a quién no, si hasta Nixon quiere acabar con la guerra. Que Sally se líe a palos con un palo de golf o que su hermano tenga dolor de tripa crónico sólo se explica porque en esa casa esos niños no son felices. ¿Hace cuánto que no ven a su padre? Sally tampoco respeta a su madre. Cuando ésta le dice que Sally sería capaz de arreglarse la nariz en un granero, ella replica: "Es una rinoplastia, no un aborto". Sally los conoce muy bien –"son el Dúo Dinámico"– tampoco a los niños les es fácil escapar. No dudo que en cuanto pueda, Sally se irá de casa y será una Don con faldas. ¿Qué va a dejar Sally Draper para cuando sea mayor?
+Curiosidades de la temporada
7x4
7x3
7x2/7x1
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