Estos chavales ruedan en la calle, en el portal de casa. Por un momento me he sentido vecina de Belén Esteban. ¿Quién coño vive aquí para que den así la brasa por el telefonillo? Pero no, están rodando ¿un corto? supongo. Una vez escribí y dirigí un corto que hasta se proyectó en un certamen de la Complutense. Lo hicimos con dos duros (literal) y con mucho ingenio (por ende). Quedó cutre, y yo intentaba esconderme debajo de una de las butacas durante la proyección. Pero no fue tan mal, y la gente aplaudió. Hacer un corto, y ya no te digo una peli, es algo monumental, un quebradero de cabeza, un desgaste. Pero si te gusta, engancha y compensa.
Pongo la oreja en el telefonillo para oir los diálogos. Escucho la voz de acento sudamericano de una mujer asustada. "Rosa, ábreme, Rosa". Esto es ficción y yo porque los he oído antes a través de un megáfono pidiendo silencio en la calle (jeje) si no me hubiera inquietado. Llevan una hora intentando rodar esta escena. Para fastidiar más el tema, una grúa se ha puesto enfrente y se está llevando un coche. Los niñatos con la gorra a un lado vacilan, gritándoles. Sólo faltaba que les lloviese... Lo último que he oido: "Por favor, seas quien seas, no contestes, estamos grabando". Creo que iban por la toma 16.
1 comentario:
Yo tengo varios cortos, pero este es el ultimo que hemos hecho, echale un vistazo ;)
http://www.youtube.com/watch?v=NyqnmjXqIUc
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