La clave de esta comedia inglesa es que es muy inglesa, al estilo de Cuatro bodas y un funeral, pero con menos gracia (es que Hugh Grant hace mucho), mezclado con Celebración (por la sorpresa que se sugiere) y dirigida por un americano, nada menos que Frank Oz. El entierro del padre del protagonista (aunque en realidad es una película coral, una de sus bazas) convoca a una serie de familiares y amigos, en una velada que lejos de ser triste y condescendiente, se vuelve una locura, en buena parte gracias a unos alucinógenos que se confunden de un bote de Valium.
Esto da pie a las mejores escenas de Un funeral de muerte, pero la cinta se resiente debido en parte a que estos son los únicos gags que funcionan. La historia de un enano, antiguo amante secreto del fallecido, y por supuesto, todo un escándalo, te deja indiferente, o el abuelo cascarrabias que necesita que le ayuden a cagar (la secuencia escatológica sobra) o el pesado que cree amar a una de las tias con las que sólo se acostó una noche, no resultan nada sorprendentes por sabidas. En el elenco, caras conocidas, pero ninguna gran estrella. Lo dicho, humor muy inglés, negrísimo, con varios puntazos pero nada original.
Un funeral de muerte se estrena el día 11 en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario