6.10.09

Piloto. The Good Wife, una de las series del año (a pesar de ser otra de abogados)

¿Otra de abogados? Uf. Craso error. The Good Wife me ha recordado a mis tiempos de Ally McBeal, cuando sin comerlo ni beberlo me enganché a una abogada algo patética, desenamorada de la vida, que debe empezar un nuevo recorrido existencial. La buena esposa del título es Julianna Margulies, una señora de su casa, ex abogada, con hijos, ya madurita pero de buen ver que tras un lío de faldas (que es lo que a ella le importa) ve cómo su marido, abogado del Estado, debe dimitir e ingresa en prisión. Que haya prevaricado o hecho chanchullos le importa una mierda. A ella le jode haberle aguantado para descubrir su falta de lealtad.

Seguidor@s de Sexo en Nueva York: el marido infiel es Chris Noth, que vuelve a ser un Mr Big en toda regla. Seis meses después la parienta se arremanga y vive una segunda oportunidad como abogada (hacía 13 años que no ejercía), puesto por el que tendrá que competir con otro aspirante, evidentemente más joven. Ésta es la putada: que el tren ha partido hace mucho tiempo y hay mucho recorrido por afrontar. Su jefa es Christine Baranski, en el mismo perfil que la madre del novio de Betty: una cabrona (la tía tiene un perro al que llama ¡Justicia!). Su compañero y apoyo (¿y futuro ligue?) es Josh Charles, que si bien es un actor que ni fu ni fa, creo que en la primera temporada de In treatment se sale (algunas de sus charlas al psicólogo Gabriel Byrne, como tío sencillo enamorado de una desequilibrada, me han hecho hasta llorar). Le ayuda en el fregado una chavala sexy, Archie Panjabi, que si bien ha hecho otras cosas yo la recuerdo como compi hindú de Keira Knightley en Quiero ser como Beckham.

Alicia, nuestra prota, como la Brenda Johnson de The Closer, tiene sus cositas. No come galletas por ansiedad pero lleva, por ejemplo, una melodía de móvil cantosa (cuando le llama su suegra, Mary Beth Peill (vista en Dawson crece) con la que en el fondo se lleva genial a pesar de todo, suena la música de una peli de terror). Seguidores de Perdidos: el enemigo de Jacob, Titus Welliver, es en la serie el nuevo abogado del Estado, vamos, el archienemigo de nuestra ama de casa desesperada. Producen los hermanos Ridley y Tony Scott. Y no hay que olvidar los casos que vayan apareciendo en cada epi (el del piloto, sin ser la bomba, me ha gustado). La seguiré viendo.

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