26.4.24

Opinión. Fallout: la Nuka Cola y los posters vintage culinarios (alerta cómo mola)

Alerta cómo mola. Los carteles de la serie Fallout (Prime Video) inspirada en el videojuego hacen un guiño al estilo de vida postapocalíptico con un toque de humor negro. ¿Cómo se comería en el futuro, dentro de 200 años? Atento. Además, incluyo mi opinión de esta especie de El mago de Oz con la sombra de la bomba atómica de fondo.

Los huevos diablo
Aprovechando la receta de los huevos rellenos, en este futuro existirán los huevos secos, fáciles de hacer, diablillos. Y una mano inquietante con uñas largas y negras.

Cram
Todo en conserva (it keeps), ya que puede que hoy no quieras comer pero mañana, sí. Se ve a dos niños con sus uniformes del subterráneo escalando trozos cortados de lo que parece paté.

Cucarachas
El más asqueroso y en realidad el más realista. Comer bichos, no hay más. Todo proteína. Una suculenta cucaracha trinchada en un tenedor.


Sin tener nada que ver con la comida, pero sí con la bebida, no salimos de la cocina porque otro cartel que mola mucho es el del personaje que muestra su felicidad subiendo el dedo hacía arriba, con eslogans como "no pierdas la cabeza" o "solo sé positivo". Los posters de Nuka Cola, la ficticia Coca Cola de Fallout, son muy molones, para ponerlos en la pared. Muchos los venden en eBay.


Opinión de Fallout
Por cierto, Fallout está bastante bien. No conozco el videojuego así que no puedo comparar, pero creo que el nivel de producción es bastante alto y cuenta con un poco de todo eso que al final unido funciona muy bien. En el futuro el mundo se va a la mierda (la bomba atómica, para ser más exactos), así que toca sobrevivir. Unos, los privilegiados, lo hacen en subterráneos, un poco al estilo de Snowpiercer, pero en vez de en un tren que no para, en unos módulos subterráneos donde el personal va uniformado. En el exterior, sobreviven unos pocos, que se tienen que enfrentar a la falta de agua o a peligros de todo tipo (incluidos osos radiactivos). Con saltos en el tiempo al pasado (para ver qué es lo que ocurrió), Fallout presenta a unos supervivientes, extraños entre sí, que acabarán uniéndose para conseguir descubrir la verdad (por que, cómo no, hay varios misterios de por medio). A veces, en este tipo de historias que juegan a crear un puzle con el pasado y el presente para que el espectador vaya encajando piezas, hay partes que interesan más que otras. Me ha pasado con Estación 11, en la que el desastre que ocurría en mi tiempo (en el ahora, en ese caso un virus letal) me atrapaba pero no lograba empatizar con ese futuro en el que había un grupo de obsesionados con Shakespeare (por mucho que la intención fuera buena: la cultura te salvará). En Fallout me interesa y entretiene todo, da igual que sean flashbacks o tramas futuristas. 


Y lo más de lo más son los protagonistas, una suerte de personajes de El mago de Oz (1939). Está Lucy, la chica de ojos grandes que parece inocente pero es muy valiente y se sabe defender, como una Dorothy que ha salido del subterráneo 33 (Kansas) para empezar una aventura alucinante. Le acompaña Maximus, un militar con su traje a lo Transformers plateado, que no puede ser otro que el hombre de hojalata. El más carismático es Cooper, una especie de Clint Eastwood zombie (¿o Gary Cooper?) que murió y ha regresado para encontrar a su familia (y de paso vengarse). Encajaría con la descripción del espantapájaros, el único inanimado como este muerto viviente. Algunas de sus escenas tienen unos encuadres muy John Ford. Faltaría el león miedoso que bien podría ser el personaje interpretado por Michael Emerson, que es capaz de superarse a sí mismo y sacrificarse. También hay un perro, aunque nada tiene que ver con el dulce Totó (Totó no hubiera sobrevivido en este mundo). Todos irán camino a una Ciudad Esmeralda en la que se esconde el hombre tras la cortina (en este caso, mujer). En el reparto, los dos protas Ella Purnell y Aaron Moten, el gran Walton Goggins como Cooper, la villana Sarita ChoudhuryKyle MacLachlan, como el padre de Lucy. Esperando ya la segunda temporada. Se ha convertido en un buen repuesto a The Boys, de la que me cansé pronto, tiene ese mismo cachondeo violento y surrealista.

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