3.9.23

Opinión. El glamur con Kim Cattrall: echando de menos Ugly Betty

Opinión de la serie El glamur (Glamorous) con Kim Cattrall. Creada por Jordon Nardino (guionista de algunos episodios de Mujeres desesperadas, Smash y 10 razones para odiarte, hay algún guiño a Star Trek que para eso fue productor de Discovery). CANCELADA.


En 2010 despedíamos una de esas series a las que nos enganchamos porque nos divertía sin tener muchas pretensiones. Ugly Betty (en España, simplemente Betty) fue el remake de Betty la fea y nos mostró cómo una patito feo pero inteligente (Betty) podía encontrar su identidad en una revista de moda donde lo que primaba era la belleza y la superficialidad. Pienso en Betty cuando veo El glamur. Se estrenó en junio y pasó sin pena ni gloria. De hecho fue un proyecto de CW que se quedó en un cajón y que Netflix rescató.

El gancho para mí era volver a ver a Kim Cattrall en su salsa, vestida fashion (de su amiga Pat Field que ya la vistió en Sexo en Nueva York y en su cameo en And Just Like That), como jefaza, esta vez en una empresa de maquillaje, a lo (yo qué sé) Lancome. Su personaje Madolyn fue una top model en los 80 y ahora se ha quedado estancada tanto ella como sus productos. Curiosamente la Cattrall que podría haberse excedido en el maquillaje apuesta por los tonos nude, casi invisibles.

Lógicamente, un personaje que nada tiene que ver con este mundillo pero que se siente atraído por él llegará a la empresa para darle un soplo de aire fresco. Ese personaje es realmente el protagonista, un chaval aspirante a influencer, con madre soltera, llamado Marco Mejía (otro hispano como Betty), que se maquilla y presume de tacones, ingenuo y optimista, pero que como él mismo reconoce no sabe quién es Cher. Marco está interpretado por Miss Benny. En American Horror Stories (tercer episodio) hace un papelón pero aquí resulta pesadísimo. 

Marco aquí parece Carrie con su Vogue cuando jura sobre la Biblia de la moda a lo Escarlata O'Hara.

A diferencia de Betty no estamos ante una comedia alocada. El único punto frívolo es el propio Marco y sus devaneos con la moda o ciertos comentarios poperos, sobre Glee, Anatomía de Grey o JK Rowling. No hay una gran villana, ni realmente personajes chusqueros de verdad (más allá de un ligue patético que se echa). Todo en esta empresa es chachi piruli, Marco parece un personaje de Disney (esos gestos con la cara) y a medida que avanza se va acercando más a una serie edulcorada como Emily en Paris. Me deja de interesar porque le falta mordida. Estamos ante una suerte de fábula en la que se puedan reflejar los espectadores más jóvenes que crean que con ilusión e iniciativa puedes llegar a ser alguien en una empresa de renombre (alguien como asistente de la jefa nada menos). No es El diablo viste de Prada (y eso que se menciona) y poco vemos de Nueva York (la serie está ambientada básicamente en interiores). 


Todo el peso cae en el reparto que rodea a la jefa y al chaval. El hijo de la jefa es un gay cachas. Su asistente es una negra lesbiana. La jefa de redes es la novia de esta y su compañero es gay y se enamora de Marco. Luego hay una rubia de redes pelín insoportable y su ayudante que siempre lleva gafas de sol y habla con voz grave. Ninguno me interesa, solo cuando interactúan Kim Cattrall y el chaval porque se acentúan las diferencias generacionales y esa búsqueda de la identidad que ambos parecen estar buscando. Ojalá el mundo fuera así de fluido y de buenrollista. El glamur es una serie para fans de Mr Wonderful si es que aún quedan. 

Con Ricardo Chavira (Mujeres desesperadas). 

Opinión con spoilers del final de temporada
Marco se juega su puesto varias veces por su torpeza. La más sonada tiene que ver con insultar a una diva en redes. Necesita hacerse perdonar porque en El glamur todos acaban perdonando cualquier malentendido. Los que fueron despedidos regresan y hasta Madolyn y su marido (al que no vemos) logran estar en la misma habitación sin matarse. El as en la manga entiendo que para una segunda temporada es la posible relación de Madolyn con el personaje de Ricardo Chavira (Mujeres desesperadas), aunque me da igual. Y lo más importante que Marco encuentra su identidad y se atreve por fin a cambiarse de sexo. 

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