13.5.23

Paul Newman, el gran bebedor de cerveza (y otros guiños de su propia vida en sus películas)

En el libro Paul Newman. La extraordinaria vida de un hombre corriente, es el propio actor el que habla de algunos detalles personales de su vida, de una forma algo dispersa, pues no reflexiona sobre ciertos temas que podrían atraer mayor atención y se para en detalles que a él le parecieron relevantes. Muchas de estas anécdotas se pueden reconocer en algunas de su películas. Esta entrada no es exhaustiva, simplemente reúno algunas curiosidades.

Paul Newman fue un gran bebedor de cerveza, el ídolo de Mario Vaquerizo. El culmen fue Veredicto final en la que interpreta a un abogado borrachín y fumador. Bebe cerveza en el bar cada mañana (además de comerse un huevo cocido a lo La leyenda del indomable) y en casa no faltan las latas de Budweiser. Newman era conocido por beber cerveza a todas horas, llevaba latas en el maletero y en concreto de la marca Budweiser. Conoció al directivo de esta empresa en un evento benéfico y le pidió dinero. En el libro explica cómo se lo argumentó diciendo que se había gastado una buena pasta durante su vida en Budweiser. Llegaba a estar tan pasado de cervezas que se quedaba dormido donde le pillase. En Veredicto final si se echa spray para quitar el olor del alcohol es porque es lo que hacía él en la vida real. Añado también un fotograma en el que Newman toma una Polaroid.

En Hud. El más salvaje entre mil. Hud es el irresponsable hijo de un ganadero, que puede recordar al propio hijo de Newman, con el que tuvo sus más y sus menos. Newman tuvo que soportar durante años llamadas de su díscolo hijos, siempre en problemas. La última de ellas fue para decirle que había muerto por sobredosis. Comparto esa imagen de Newman junto a un cuadro de un torero, lo más. Otra película más moderna que podría recordar esa turbulenta relación padre e hijo fue Harry e hijo, en la que salía también su mujer, Joanne Woodward.

Paul Newman nunca se sintió guapo de joven. Cuenta que no ligaba nada. Cuando supo cómo usar su sex appeal no hubo película en la que no apareciera como un seductor. Como en la cama con Faye Dunaway de El coloso en llamas. Con toalla a la cintura incluida.


Paul Newman odiaba a los paparazzi, así lo cuenta en su autobiografía. Él solo era un actor y nunca entró en el juego de las revistas del corazón. No le gustaba. En Cortina rasgada no tuvo que actuar mucho cuando huye junto a Julie Andrews de la horda de periodistas que quieren tomarles una foto.


El actor presumía de su amor por los coches. Su afición comenzó al interpretar en la ficción a un piloto de carreras en la película 500 millas, con su mujer Joanne Woodward, que hace de su mujer. Tenía casi 50 años. En muchas pelis se le ve conducir, como en esta (imagen de abajo) de Harper, investigador privado.


(continuará…)

No hay comentarios: