20.5.23

La huida (1972), con Steve McQueen, inspiración de Star Wars y otras curiosidades

Algunas curiosidades de La huida (The Getaway, 1972), de Sam Peckinpah, protagonizada por Steve McQueen y Ali MacGraw.

Como todas las pelis de Sam Peckinpah, hay violencia por un tubo, pero con cierto estilismo. En esta escena, hay un caído en medio de la calle a la luz del día y ver pasar cerca del cadáver a los niños le da un extraño punto perturbador.

Steve McQueen es Doc McCoy, sale de la cárcel tras haber pasado cuatro años por un robo fallido. Sam Peckinpah rodó las primeras escenas en la prisión de Huntsville, con McQueen rodeado de presos reales. En 1963, McQueen ya había estado entre rejas en La gran evasión.

Por fin, McCoy podrá comer bien, pero no. Cuando prepara lo que parecen unos huevos revueltos, aunque no sé lo que es, le echa un buen chorro de ketchup y tan contento. 

Doc McCoy sale porque llega a un trato con Beynon (Ben Johnson), miembro de la comisión que le otorga la libertad condicional. Beynon, que es otro jeta, le pide a cambio que robe un banco. La secuencia es original, pues ambos quedan en una especie de barca en la que comen y van navegando por un río (en San Antonio, Texas).


Ali MacGraw es Carol, la novia de McCoy y su cómplice en los atracos. Carol será el pegamento de estos dos. En la vida real, McQueen y MacGraw no se conocían. Cuando los presentaron se sintieron atraídos instantaneamente. McQueen se acababa de divorciar y ella tenía una turbulenta relación con Robert Evans, enfrascado en la producción de El Padrino (1972) (como narra la serie The Offer). McQueen y MacGraw acabaron casándose. Ali MacGraw lleva un brazalete en el que se lee "amor" (por Love Story, la película que le dio fama en 1970) que le había regalado Evans.

Cuando McCoy lleva el dinero del atraco a Beynon este le hace saber de forma cabrona que parte del trato para sacarle de la cárcel consistió en acostarse con Carol. Pero antes de que pueda regocijarse en ello, Carol aparece por detrás y le mata de varios disparos. En este fotograma, se ve al fondo a Carol y a McCoy señalándose ambos con sus pistolas, ya que McCoy está procesando lo que acaba de pasar, como si pensara que ella le ha traicionado, cosa absurda.

McCoy, que parece vestido como uno de los Reservoir Dogs de Tarantino, se lía a sopapos con Carol cuando asimila que ella se ha acostado con Beynon para sacarlo de la cárcel. A McCoy le cuesta ver que ha sido por amor, porque le quiere, algo que también tendrá que entender el propio espectador. Al fin y al cabo, La huida es una historia de amor. Estas bofetadas no estaban en el guion y la reacción de sorpresa de MacGraw es genuina.

A partir de entonces, deben huir, ya que les persigue uno de los esbirros de Beynon que les acompañó en el atraco al banco, llamado Rudy (Al Lettieri, que también apareció en El Padrino). Este tipo es sanguinario (aunque le dice a McCoy que no hay que ir en plan Dillinger) y se liga a una rubia (Sally Struthers, Las chicas Gilmore)  a la que obliga a quitarse el sujetador a punta de pistola aunque no se ve nada. La secuestra a ella y a otro tipo. Hay una secuencia delirante en un coche en el que comen costillas y se las acaban tirando entre ellos. Peckinpah en realidad había querido a Jack Palance para este personaje pero no llegaron a un acuerdo económico (de hecho, fue contratado y cuando le echaron Palance los demandó y ganó). El del volante acaba suicidándose porque no soporta a la pareja y está cansado de hacer de carabina.


Rudy persigue a McCoy y a Carol, también la policía, pero a ellos parece no importarles. Por eso, piden para comer en un autoservicio unas hamburguesas, un batido de chocolate (él) y café. Que los puedan reconocer es lo de menos.

Llevan el botín (un maletón negro con el dinero) a la estación de tren, pero un ladronzuelo le hace cambiazo con la llave a ella (siempre ella metiendo la pata). Este ladrón con sombrero de cowboy es Richard Bright que también apareció en El Padrino. Le pillan y McCoy le sigue hasta subirse al tren ya en marcha. Una vez más es el juego del gato y el ratón. McCoy le localiza, le apaliza y disimula leyendo el periódico con el tipo al lado. Lo que no te esperas es que aparezca un chico con una pistola, le apunte y finalmente le dispare agua. En la película no hay un ápice de comedia, pero sí estos momentos surrealistas.




Que el elegante protagonista de una película se vea sorprendido por un chorro de agua en la cara ya lo vimos con Cary Grant en la hitchcockiana Charada (1963), de Stanley Donen.



En este fotograma, se ve a un tipo esconderse durante al atraco y en el bolsillo del pantalón lleva un folleto en el que se lee "El sexo y los mayores de 50 años", de Robert Chartham. Me meo.

CONEXIÓN STAR WARS
Al final, la pareja consigue librarse de todos y se lleva el maletín con el dinero. Pero lo logran de la forma menos glamurosa. Se esconden en un cubo de la basura y acaban en un camión, aplastados por la mugre. El basurero no se da cuenta cuando se deshace de los restos en el estercolero, y ahí que salen disparados estos dos. Después de esta experiencia, ambos se prometen amor eterno. 


Esta secuencia inspiró a George Lucas para una escena similar en La guerra de las galaxias (1977), cuando los protagonistas se quedan atrapados en un contenedor de basura. También lo haría Papillon (1973) para el look de Indiana Jones (1981), de Steven Spielberg.

LOS CAMBIOS DE STEVE MCQUEEN (DIRECTOR, MÚSICA, GUION)
  • La huída iba a ser dirigida por Peter Bogdanovich y protagonizada por su novia Cybill Shepherd (Luz de luna). A Steve McQueen le había gustado La última película (1971) y le aceptó como director. Pero la Warner le pidió a Bogdanovich que dirigiese antes ¿Qué me pasa, doctor? (1972). Así que se iba a retrasar el comienzo de rodaje de La huída. McQueen se enfadó y fue cuando buscó a otro director. De ahí que la persecución de coches de ¿Qué me pasa, doctor? sea una parodia de la que hizo McQueen en  Bullit (1968). McQueen no eligió a Don Siegel (Harry el Sucio) porque habían acabado mal tras rodar juntos Comando. Prefirió a Sam Peckinpah con el que había rodado El rey del rodeo (leyendo cosas de Peckinpah no sabía que se casó cinco veces, tres de ellas con la misma mujer, la mexicana Begoña Palacios, con la que tuvo un hijo).
  • La banda sonora original fue compuesta por Jerry Fielding, colaborador de Sam Peckinpah, pero McQueen pidió sustituirla por la música más jazzística de Quincy Jones, poco antes del estreno. Como a Peckinpah no le gustó publicó un anuncio a toda página en el Daily Variety el 17 de noviembre de 1972, incluyendo una carta que había escrito a Fielding agradeciéndole su trabajo. De todas formas hay que decir que Quincy Jones sería nominado a los Globos de Oro por esta película.
  • También originalmente el guionista Jim Thompson fue contratado para adaptar su propia novela. Su guion incluía el final original de la novela, al borde del surrealismo, en el que aparece el reino de El Rey. Steve McQueen se opuso a este deprimente final y le sustituyó por Walter Hill (para Hill de la pelis que guionizó esta es su favorita). El final del libro muestra que McCoy y Carol se odian y acaban queriéndose matar el uno al otro.
Steve McQueen en La gran evasión.
Steve McQueen en Papillon.

No hay comentarios: