Hoy Jane Fonda cumple 85 años. Su última incursión en la tele ha sido con Stoner Cats, aunque fue con Grace y Frankie (2015-2022), junto a Lily Tomlin, con la que volvió a primera plana. En cine, fue Vivian en la comedia Book Club, sobre un grupo de amigas de toda la vida que cambian tras leer 50 sombras de Grey. En 2023 regresa con su secuela y con otra comedia: 80 for Brady.
Desde hace años, al lobo de la crisis climática le ha salido una Caperucita octogenaria que lucha con contagioso fervor por la sostenibilidad. Quién le iba a decir a Jane Fonda (Nueva York, 21 de diciembre de 1937) que un abrigo rojo haría más por el medioambiente que cualquier campaña publicitaria. “Es la última prenda que voy a comprar”, prometía la concienciada actriz a las puertas del Capitolio. Cada viernes de 2020, ahí estaba ella atacando el consumismo, dándole cera a Donald Trump, contribuyendo con sus arrestos televisados a hacer de este mundo un lugar mejor. Como siempre. Porque si de algo puede presumir Jane Fonda es de haberse convertido en una gurú del compromiso político para varias generaciones. Ya no se comprará más ropa como tampoco se acostará con más hombres. Su boicot al shopping se une a su promesa de celibato. Lo comentó en 2017 cuando cortó con su última pareja conocida, el productor musical Richard Perry. "He cerrado la tienda ahí abajo. No voy a salir con nadie más, estas cosas acaban cuando tú lo decides".
Convertida en icono erótico en Barbarella gracias a su primer marido, el director Roger Vadim –con el que tuvo una hija–, la actriz se casó dos veces más. Con el activista Tom Hayden cambió el idealizado Hollywood de los 60 por la lucha contra la guerra de Vietnam (mítica es su imagen de arresto con el puño en alto). Fueron años en los que batalló también contra la anorexia, tuvo a su segundo hijo y logró implantar sus ejercicios de aerobic: el fitness pasó a ser para millones de mujeres un aliado no un suplicio. Al igual que logró quitarse la losa de ser "la hija de Henry Fonda" –y de perdonarle que le hiciera creer que el suicidio de su madre, Frances Seymour, había sido un accidente– la alumna del Actor’s Studio también dejó de ser la "ingenua explosiva" (como en aquel western cómico que promocionó vestida con un jersey amarillo a rayas y mirada cándida).
Su personaje de prostituta en Klute le valió su primer Oscar. El regreso, con Vietnam de fondo, le daría el segundo. Luego, en los 90, llegaría el magnate conservador de la CNN, Ted Turner, con el que adoptaría a una niña afroamericana y por el que se retiraría del cine… hasta 2005. Una especie de extraño punto y aparte en su vida, pues 15 años después ha vuelto a las barricadas al tiempo que triunfa en televisión.
Hoy Jane Fonda cumple 85 años y coincide con el final de su propia serie, Grace y Frankie, junto a Lily Tomlin, gran amiga desde que rodaran la hilarante Cómo eliminar a su jefe, que visibilizaba la brecha salarial entre hombres y mujeres. Una resurrección televisiva –y con apariciones estelares en la alfombra roja– que vino acompañada por una campaña de Gucci, Off the Grid, una colección fabricada con materiales reciclados muy en consonancia con el mensaje sostenible de su embajadora, en un momento en el que la industria de la moda se replantea su futuro. A esto hay que añadir la publicación de un libro sobre su particular cruzada medioambiental (What Can I Do?) para dejar claro que todos podemos hacer algo y cuyas ganancias fueron a parar a Greenpeace. “Este es el último momento posible en la historia en que cambiar el rumbo puede significar salvar vidas y especies en una escala inimaginable. Es demasiado tarde para la moderación", dijo la actriz.
Atención, juntas: Jane Fonda, Lily Tomlin, Rita Moreno y Sally Field. Un grupo de amigas se propone como misión ir a la Super Bowl y conocer a la superestrella de la NFL Tom Brady. ¿Cómo te quedas? #80ForBrady
— Mariló García (@Yonomeaburro) December 10, 2022
Featurette: https://t.co/gaX6nhYAjO pic.twitter.com/03K7E1TefN
No hay comentarios:
Publicar un comentario