26.8.22

Con la muerte en los talones, cuando Cary Grant pudo ser el primer James Bond

Algunas curiosidades de Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959), de Alfred Hitchcock, estrenada entre Vértigo (1958) y Psicosis (1960).

Con la muerte en los talones reúne en su trama un rocambolesco error de identidad, un chantaje sexual, engaños dentro de engaños como una muñeca rusa, depravación política y un viaje por medio EE UU a un ritmo trepidante. Para muchos esta es "la primera película de James Bond".

Ernest Lehman sufrió escribiendo el guion (no quería hacerlo, fue una imposición), al que, curiosamente, había llamado Breathless (Sin aliento). Lo hizo con Cary Grant como protagonista en la cabeza. Aunque James Stewart quería el papel, Hitchcock le dio largas.


Empezamos en Nueva York, con viandantes de un lado a otro, saliendo de oficinas, entrando al metro, esto ya da una idea del ritmo que tendrá la película.


Cary Grant que es un publicista llamado Roger Thornhill aparece con su secretaria en medio de toda esta gente, un estilo a lo Don Draper en la futura Mad Men.


En taxi, el protagonista aprovecha para leer el periódico y su secretaria toma notas. Un tipo al que no le parece sobrar el tiempo. El traje gris que luce el actor es icónico en la historia del cine: el traje perfecto.


Cócteles para empezar el día con alegría. Hay uno que está teniente.


Por una confusión, unos espías toman al personaje de Cary Grant por un agente llamado George Kaplan y le hacen beber Campari como si no hubiera mañana. 


Con lo que le gusta a Hitchcock sacar a sus protas conduciendo, aquí Grant lo hace medio borracho. 


La arquitectura es otro de los platos fuertes de la película, como estas escenas (alguna vez usando maquetas). Hitchcock rodó en los exteriores de las Naciones Unidas (cuando Cary Grant entra en el edificio lo hizo con una cámara oculta), el hotel Plaza, en Grand Central y en Madison Avenue.



A Roger Thornhill le pillan con un cuchillo en la mano y se lía. Como la crítica le había echado en cara a Hitchcock que sus dos últimos filmes –Vértigo y Falso culpable– habían sido menos cómicos, le insufló más humor, algo que resulta que muchas escenas sean desternillantes y Cary Grant se pueda lucir a gusto. Este era el cuarto filme del actor con Hitchcock, tras Sospecha, Encadenados y Atrapa a un ladrón.


En todo el follón, Roger Thornhill conoce a una enigmática mujer. La MGM quería que el papel de Eva Marie Saint lo hiciera Cyd Charisse, pero Hitchcock se negó. Esta fue la única vez que Hitchcock trabajó con la MGM.


Thornhill pide un Gibson en el tren: ginebra, vermú y cebollita. Guiño Cócteles fuera de serie.


El vestuario que luce Eva Marie Saint fue elegido por el propio Hitchcock. Fueron juntos a Bergdorf Goodman y Hitchcock eligió modelos básicamente en negro. 


Fíjate que Cary Grant pensó que la película iba a ser una mierda, pues volvía a ser perseguido y a considerar su personaje como un falso culpable. Como comentaría después, se equivocó. Al menos la hizo.


Cary Grant usando un disfraz. Me recuerda a Con faldas y a lo loco, de Billy Wilder. Del mismo año, por cierto: 1959.


Una de las más famosas escenas del cine, en la que Cary Grant es perseguido por una avioneta en medio de la nada, se inspiró en La sombra del águila (1932) , con John Wayne. En Con la muerte en los talones hay todo tipo de transportes.





El vestido negro estampado con flores color vino para las escenas en las que ella engaña al personaje de Cary Grant. Dijo Hitchcock que se tomó mucho tiempo para que pareciera elegante y sofisticada. Y se comparó a James Stewart cuando le elige el vestuario a Kim Novak en Vértigo.


Cary Grant estaba elegante hasta en calzoncillos. Aquí descubre una dirección al darle con un lápiz a un bloc de notas. En El gran Lebowski se parodia esta escena en la que el Nota hace lo mismo para descubrir el dibujo de un pene.




Cary Grant se pasa toda la película huyendo hasta que llega al Monte Rushmore. Resulta que Hitchcock dibujó en una servilleta la secuencia que tenía pensada rodar en una entrevista con un periodista, este publicó el dibujo en el periódico y el Gobierno de EE UU le prohibió al director que los actores pisaran las caras de los presidentes, ni in si tu ni en set de rodaje. En estas secuencias, Cary Grant firmaba autógrafos por los que pedía 15 centavos, tenía fama de tacaño y así era.


En esta escena se puede ver al niño del fondo tapándose los oídos antes de que suene el disparo. Fail!


Cary Grant enseñando pecho palomo y moreno rayos UVA con su toalla a la cintura.


James Mason haciendo de malo malísimo con ayuda de un joven Martin Landau.



Tiene gracia hasta el último plano de la película, con la sugerente entrada del tren en el túnel. Una imagen vale más que mil palabras.


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