12.6.22

La influencia de Al final de la escapada (1960) en Uno de los nuestros (1990) y otras curiosidades

Hoy tocaba Al final de la escapada (A Bout de Souffle, 1960), de Jean-Luc Godard. Da la casualidad de que ayer vi de nuevo Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990), de Martin Scorsese, en mi Top10 de películas favoritas de todos los tiempos. No había caído en esta conexión hasta que no he visto las dos películas seguidas. Sabía que Scorsese se ha reconocido deudor de Al final de la escapada, pero no había entrado al detalle nunca. Aquí algunas conexiones entre ambas películas y curiosidades con spoilers.

  • Primera película de Godard, con guion compartido con François Truffaut y Claude Chabrol, nada menos. No busques los títulos de crédito porque no los tiene.
  • Coincidió el estreno en Francia en 1959 con Los cuatrocientos golpes, de Truffaut, e Hiroshima, mon amour, de Alain Resnais, de ahí que se hablara de la Nouvelle Vague (Nueva Ola) francesa.
  • A bout de souffle, en su título original, innovó en varios aspectos, como los saltos de plano (un montaje deliberadamente caótico), sin encuadres convencionales; un argumento sin ataduras (no sabes por dónde va a ir la historia ya que está llena de anécdotas y chistes pueriles) y un punto de vista moral que rompe esquemas (Michel es un sociópata pero aparece retratado de una forma narcisista y hay un pasotismo explícito hacía la autoridad). En una palabra: Godard quería hacer una peli anarquista y lo consiguió.
  • Jean-Paul Belmondo (que murió en septiembre de 2021, tenía aquí 27 años) es Michel, un caradura francés en Paris, roba coches, roba dinero a sus ex novias, atraca a desconocidos y fuma como un carretero. Descoloca cuando mata como si nada a un policía que le sigue. Hasta cuando muere tiroteado en medio de la calle por la policía sigue echando humo. No se despega de su sempiterno sombrero y aunque no se duche nunca viste bien. Suelta una gran frase: "Estoy tan jodido como enamorado". A veces utiliza el nombre de Laszlo Kovacs, un guiño a su personaje de la película Una doble vida (1959), de Chabrol.
  • Jean Seberg (que tenía 22 años, murió en 1979 a los 40 años de una sobredosis de barbitúricos) es Patricia, una norteamericana que vende el periódico Herald Tribune por la calle (la imagen más famosa de la película), que aspira a ser escritora y se enrolla con Michel (creyendo estar embarazada de él). Se pasa toda la película acercándose y huyendo de él. Entre ambos se suceden los diálogos más profundos, con citas literarias y guiños a la moda. A pesar de todo, es Patricia la que acaba denunciando a Michel para demostrarse que pasa de él, provocando su muerte. El momento en que él la mira, moribundo, por última vez y le dice: "Eres realmente asquerosa", me deja loca.
  • El cameo de Godard: al final de la película es el hombre con gafas de sol que reconoce a Michel y se acerca a los dos policías.


Me hace mucha gracia ver a Patricia quitándose las gafas de sol con incredulidad como luego haría Sam Neill en Parque Jurásico (por cierto, que es Laura Dern la que lo imita en homenaje a la saga en Jurassic Park Dominion). Sus modelitos en la película son punto y aparte. Michel hay un momento que le pregunta porqué no se pone nunca sujetador (cuando va con la camiseta del periódico). Ella luego quiere comprarse un vestido Dior y Michel le dice que en Dior no hay que ir a comprar sino que hay que llamar para comprarlo. No entiendo muy bien cómo ella puede pagarse un Dior en cualquier caso. Al final su vestido a rayas es de Prisunic, una cadena de moda económica.


Jean Seberg lleva un estilo único, con su pelo corto y sus gafas gatunas. Sin embargo, hay una escena rodada en la calle en la que le adelanta una chica que parece su doble. Godard rodó muchas veces con gente real, que pasaba en ese momento por la zona, con el operador de cámara (Raoul Coutard) sentado en una silla de ruedas.


En Al final de la escapada, Michel mira la cartelera de un cine y Godard ofrece un primer plano de Humphrey Bogart en Más dura será la caída (1956). El actor de El halcón maltés inspira al personaje de Michel.


Godard fue crítico de cine de la revista Cahiers Du Cinéma a la que se le hace un guiño. Una joven se acerca a Michel a venderle la revista en la calle. "¿No tiene nada en contra de la juventud?", le dice ella. A lo que responde Michel: "Sí, prefiero a los viejos". Hay otro diálogo entre Michel y Patricia sobre una cita de William Faulkner, que entre el dolor y la nada, elige el dolor. Michel tiene claro que elige la nada porque el dolor implica un compromiso. 


Hay muchos guiños al cine. La pareja entra en una sala, Patricia huye de un policía y se esconde también en un cine. En otro momento la cámara saca de refilón este cartel de Atila, rey de los hunos (1954), de Douglas Sirk, con Jack Palance y Jeff Chandler que parece un guiño al propio título original de la película, A bout de souffle (Sin respiro).

Un kiosco de prensa aparece con publicidad de Martini. 

Curiosamente, Michel hace el gesto de pasarse el dedo por el labio que luego haría famoso el chico Martini en sus anuncios (y una jovencísima Charlize Theron). Este gesto lo hace Humphrey Bogart. Y lo imita la propia Patricia al final de la película mirando a Michel muerto en la calle.


Al final de la escapada está basada muy libremente en la historia real de Michel Portali que mató a un policía en 1952 y se ayudó de una joven norteamericana. En Uno de los nuestros, la historia pivota alrededor del personaje de Ray Liotta, el gangster real Henry Hill, que pasó de ser el chico de los recados a convertirse en un miembro más de la Mafia para acabar trabajando para el FBI.


Antes de matar al policía, Michel rompe la cuarta pared y mirando a cámara manda a tomar por culo al espectador. Tal cual.

En Uno de los nuestros, Ray Liotta rompe la cuarta pared al final de la película, durante el juicio en el que incrimina a los que habían sido sus mentores en la Mafia. Que es como mandar a tomar por culo a los suyos para librarse él.


La última escena de Uno de los nuestros muestra a Henry Hill viviendo de incógnito en una urbanización. Sale a la puerta de su casa en albornoz a recoger el periódico. Vuelve a mirar a cámara y sonríe. En este momento es cuando su voz en off dice: "Soy un don nadie y tengo que vivir el resto de mi vida como un gilipollas". Curiosamente, al inicio de Al final de la escapada es Michel el que comenta algo parecido, al decir: "A fin de cuentas, soy gilipollas".


En Uno de los nuestros es famoso el travelling que recorre las tripas de El Copacabana donde va Henry con su futura esposa (Lorraine Bracco). En otro momento (el de la foto), Liotta está a la mesa con Joe Pesci y Robert De Niro, su voz en off cuenta cómo para ellos el resto de la gente que se mataba por trabajos de mierda y sueldos de miseria estaba muerta, eran unos gilipollas, sin agallas (así, sin embargo acaba Henry en el filme). Si querían algo, dice, lo cogían, como una simple rutina, ni siquiera lo pensaban. Esa forma sociópata de pensar es como la de Michel en Al final de la escapada y esta escena también encuentra ecos en El club de la lucha, de David Fincher. 




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