En uno viaja a Los Ángeles con la productora Lena Waithe (The Chi, Master of None) y en un momento dado este tipo presume de tomarse la mejor horchata antes de compartir unas tortitas y zamparse él una hamburguesa grasienta con queso, huevo y bacon para parar un tren y ella, una montaña de carne con dos huevos fritos encima. Este diálogo es memorable para una española pues para nosotros la horchata está hecha con chufa, la valenciana. El cocinero mete un largo trago a un vaso con demasiados hielos, dice, de horchata de almendra. Y que ya no es necesario ir a un restaurante mexicano para beberse una buena horchata. Qué pena que los españoles (hola, José Andrés) no hayan exportado la horchata genuina, la de chufa a EE UU. No saben lo que se pierden. Si este tal David Chang se comiese un farton seguro que lo enrollaba en bacon visto lo visto en su programa hipercalórico y poco saludable. Así, no.
11.3.20
Breakfast, Lunch & Dinner: esta horchata no es valenciana
La horchata de Breakfast, Lunch & Dinner (Netflix). Y nos reíamos de las paellas made in USA con chorizo.
Cada vez hay más programas sobre cocina. Y está muy bien que descubras nuevos sabores y recetas. Pero cuando los platos los elaboran cocineros de dudoso gusto yo ya no me fío. Me ha pasado con The Chef Show, con el director de cine Jon Favreau ayudado por el chef Roy Choi. Lo poco que he visto me ha repugnado, todo lleno de mantequilla y bocatas sin ningún atractivo, al menos para mí. Pero peor ha sido Breakfast, Lunch & Dinner con el cocinero David Chang (artífice también de Ugly Delicious) que cuenta con un famoso en cada episodio.
En uno viaja a Los Ángeles con la productora Lena Waithe (The Chi, Master of None) y en un momento dado este tipo presume de tomarse la mejor horchata antes de compartir unas tortitas y zamparse él una hamburguesa grasienta con queso, huevo y bacon para parar un tren y ella, una montaña de carne con dos huevos fritos encima. Este diálogo es memorable para una española pues para nosotros la horchata está hecha con chufa, la valenciana. El cocinero mete un largo trago a un vaso con demasiados hielos, dice, de horchata de almendra. Y que ya no es necesario ir a un restaurante mexicano para beberse una buena horchata. Qué pena que los españoles (hola, José Andrés) no hayan exportado la horchata genuina, la de chufa a EE UU. No saben lo que se pierden. Si este tal David Chang se comiese un farton seguro que lo enrollaba en bacon visto lo visto en su programa hipercalórico y poco saludable. Así, no.
En uno viaja a Los Ángeles con la productora Lena Waithe (The Chi, Master of None) y en un momento dado este tipo presume de tomarse la mejor horchata antes de compartir unas tortitas y zamparse él una hamburguesa grasienta con queso, huevo y bacon para parar un tren y ella, una montaña de carne con dos huevos fritos encima. Este diálogo es memorable para una española pues para nosotros la horchata está hecha con chufa, la valenciana. El cocinero mete un largo trago a un vaso con demasiados hielos, dice, de horchata de almendra. Y que ya no es necesario ir a un restaurante mexicano para beberse una buena horchata. Qué pena que los españoles (hola, José Andrés) no hayan exportado la horchata genuina, la de chufa a EE UU. No saben lo que se pierden. Si este tal David Chang se comiese un farton seguro que lo enrollaba en bacon visto lo visto en su programa hipercalórico y poco saludable. Así, no.
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