14.2.20

Ray Donovan 7x10, ¿ha sido un buen final?

Ray Donovan ha sido cancelada en su séptima temporada por Showtime. A pesar de que se confirmó con tiempo, tanto su creador como su protagonista Liev Schreiber han comentado en sus redes sociales y en entrevistas que este no puede ser el final de la serie, que les pilló desprevenidos, que más tarde o más temprano, Ray Donovan volverá. Hasta ese momento, la única realidad es que Ray Donovan ha acabado. ¿Ha sido un buen final? No. Es cierto que ha tapado los agujeros familiares de los Donovan, de su pasado, pero nos ha dejado con sus miembros cada uno a su bola, sin saber qué futuro les espera. Visto con perspectiva, hubiera sido mejor cerrar la serie en la sexta, cuando los Donovan decidían mudarse a Nueva York. Y que cada cual hubiese imaginado su peripecia vital. Pero así, no.


A partir de aquí con spoilers de Ray Donovan.


PRIMERO APARENTE TRANQUILIDAD
Después de la alocada sexta temporada, la más sanguinaria de la serie, con algunas escenas delirantes que ni en La matanza de Texas, parecía llegar la calma a la séptima. Hasta que Mickey escapa de la cárcel tras un accidente rocambolesco que no se cree nadie (pero, ¡qué más da!) y comienza de nuevo la locura. Ya sabemos que Mickey no puede estar entre rejas porque sino perderíamos a la gran némesis de Ray. Ray consigue mandarle lejos, aunque Mickey acaba en una playa rodeado de festivos gays. Mientras, el resto de personajes busca su propio consuelo como puede: Ray acude al psicólogo (Alan Alda vuelve); Terry se apunta a una comuna hippie para sobrellevar el parkinson; y Bunchy a una reunión de fascistas (aunque huye), tras disparar a un chaval que pretendía robar en el súper en el que trabaja.

LUEGO, LOS SULLIVAN
Se sacan de la manga a los Sullivan, una familia que influyó especialmente en Mickey y en un joven Ray, lo que da lugar a numerosos flashbacks (el séptimo episodio, dirigido por Kyra Sedwick, es canela fina). Mickey siempre pensó en hacerse rico por la vía fácil y creyó que con un jeta llamado Jim Sullivan lo conseguiría, pero Jim se la jugó. Fue también Jim quien impidió que Ray matase a su padre, cuando este pasó de su mujer moribunda y se centró en su recién nacido Daryll. Jim dio trabajo a Ray y fue con él cuando el futuro "arreglador" usó por primera vez un bate contra uno de sus morosos (Ep. 8). Vamos, que para Ray, Jim fue como el padre que nunca tuvo.

LAS MONEDAS DE ORO Y LAS CINTAS
En la actualidad, y en plan Succession, Jim habla con sus tres herederos: a Kevin lo chantajea Ray; otro (Declan) es un descerebrado y Molly acaba enrollándose con Ray (la hermana de Ray la cuidaba de pequeña). Sandy vuelve a ayudar a Mickey cuando roba una moneda de oro en la caja fuerte de Sullivan que le involucra en el famoso robo de juventud. Y aquí vuelven a ser los Bonie & Clyde de la sexta entrega, secuestrando, torturando y matando sin compasión a aquellos que tuvieron la culpa de su entrada en la cárcel. Unas cintas grabadas por el compinche de Jim como salvaguarda revelan mucha información de aquellos días, también lo que le ocurrió a la hermana: ella se suicidó estando embarazada de Jim.

MICKEY: CURIOSA SUPERSTICIÓN
El trébol con el que, según Mickey, escapa de la cárcel. Una nube con forma de delfín o el petirrojo en un árbol son guiños que cree le dan suerte. Sin embargo, en el último momento es cuando le pide perdón a Dios sentado en unas escaleras. Mickey, al que han dado por muerto y se cree invencible, sigue ansiando aquel dinero que cree que la vida le debe. Jim le dice que jode a sus seres queridos, que, al menos, los crueles van de frente. A pesar de que Daryll le ayuda (como ya hizo Bunchy en la sexta), le dejará, dice, el dinero a Terry. Ray, que le llama "veneno", no lo mata, se la juega, que es peor. Le da el maletín con las acciones, pero con un rastreador. Mickey acude al intercambio con Kevin, que pretende comprarle las acciones, pero acaba mal. El tío, aún así, sale ileso y con el maletín (será verdad que tiene siete vidas) y demuestra una vez más lo ruin que es cuando no auxilia a Smitty tras recibir un tiro. Seguirá siendo un fantasma, con la posibilidad, ahora que no está vivo Declan, de poder vender las acciones a Kevin.

BRIDGET Y SMITTY, UN IMPOSIBLE
A falta de Daryll, Mickey usa a Smitty, otro pobre desgraciado que, para que no incriminasen a Bridget, ha sido un soplón con el FBI (Ray no se lo tiene en cuenta porque él mismo lo fue en la sexta temporada). Smitty se comporta como Ray, le parte las piernas con un bate al amante de Bridget (ep. 5) e intenta jugar sus cartas con el FBI. Acaba reconciliándose con Bridget y, como se cree parte de la familia, ayuda al abuelo Mickey. Pero sin comerlo ni beberlo, cuando pensaba volver a Los Ángeles con su mujer, recibe por accidente un tiro durante el trapicheo de Mickey, este sale corriendo y se muere desangrado en la calle sin que nadie acuda en su ayuda. Bridget se queda viuda, como su padre. Nunca llega a ser una nueva Lena para él, como llegué a pensar. De hecho, en esta temporada solo es infiel a Smitty y poco más. Y de su hermano Conor nunca más se supo.

BUNCHY, HÉROE CAIDO
Nunca saben qué hacer con Bunchy. Le dejaron sin mujer, sin hija, y cuando se siente un héroe porque evita un robo en el súper se le cae el mundo encima cuando al chaval que disparó se muere. ¿Y qué hace Bunchy? Al menos no pide ayuda a Ray como el resto. Se pone unas máscaras (de Hitler, de Trump, de Nixon, lo mejor de cada casa) y roba en varios super para darle el dinero a la madre del atracador. Bunchy sigue poniéndose del lado del débil, de la minoría. Se va del súper y sí, acaba trabajando para Ray, haciendo un poco el papel de Lena. Acompaña a Daryll a recuperar el maletín de Mickey, pero no sale del coche. Evita que Daryll dispare a Mickey.

DARYLL, LA VENGANZA
Nunca fue un gran personaje, pero en esta temporada le han dado mucha cancha. Nunca se sintió querido por sus hermanos, y menos por Mickey, pero esta vez Mickey le pide ayuda. La cosa no sale como él esperaba y huye a un motel con las acciones. Creyendo que Declan se las iba a comprar, cierra un trato. Declan le engaña y mata a su novia, a la que lleva en el asiento del acompañante durante bastante tiempo mientras le puede la ira. Ray le ayuda, a pesar de que le pegó, evita que se suicide y Bunchy se lo lleva. Juntos rastrean las acciones. En el intercambio de Mickey, aparece Declan, que apunta con la pistola a su propio hermano para que le dé el dinero. Daryll sale del coche y mata a Declan (y lo remata en el suelo), pillando en medio a Smitty. Apunta a Mickey, al que culpa de lo ocurrido, pero Bunchy le grita que se vayan de allí. Daryll tendrá que huir pues le buscarán por esos asesinatos.

TERRY, EL SUICIDA
Ha ido a su bola toda la temporada. Primero, con los hippies, llega a ayudar a una señora a recuperar (junto a Bunchy) unas joyas que se quería quedar la secta aquella en donde experimentó por la droga alucinaciones de todo tipo. Luego, tiene un momento con Ray muy chulo en Coney Island (ep. 5) cuando se divierten en la montaña rusa (lo que le faltaba para lo suyo). Aunque cuando regresan atropellan a un ciervo, al que Ray remata. Curioso que Ray vea a otro ciervo y a su hermana en el bosque, ambos pueden ser fantasmas. Terry no llega a saber que el personaje de Alan Alda, al que conoce en una terapia en condiciones, es el terapeuta de Ray. Habla del suicidio de una mujer que se tiró del Empire State y tenía la cara serena. La última vez que le vemos es allí arriba, mirando la ciudad, pero con la imposibilidad de suicidarse.

Guiño Cócteles fuera de serie: Terry le dice al personaje de Alan Alda que prepara unos Martini horribles. "Los agito en vez de removerlos".

RAY ENTIERRA SU PASADO
Si algo mola de la serie es ver a Ray siendo Ray. Tras todo el lío de las monedas, Mickey logra escapar una vez más porque apunta con su pistola a Jim y Ray le deja ir (al fin y al cabo sale con su hija). Pero cuando Ray descubre que Jim fue aun peor que su padre lo mata de un disparo (el que se tenía que haber llevado antes), no sin antes cortar con Molly (todo un caballero). En otro momento, Daryll le da una paliza que lo deja tieso (Daryll ayuda a Mickey creyendo que le va a dar el dinero que saque de Jim), pero luego Ray es capaz de ayudar a Daryll, evitando que se suicide. Ray nunca deja ser su hermano, como le ocurre a Bunchy, que también le confiesa a Daryll que se emocionó al saber de su existencia. Ray se divierte en Coney Island con Terry, le da trabajo a Bunchy (como si fuera su nueva Lena), evita que Daryll se suicide. Ray siempre está ahí y ha tenido tiempo para engañar al alcalde y a un juez, para ayudar a la agente del FBI (que parece la de Barry) y a matar y enterrar a Jim en el bosque, una escena repartida en trozos a lo largo del último episodio, sin que sepamos hasta el último momento que se trata de Jim. Y así es como despedimos a Ray, enterrando a Jim en silencio, solo, algo que se puede tomar como un símbolo: Ray, por fin, entierra su pasado… Pero, ojalá que siga. ¡Queremos más Ray Donovan!



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