Altísima, rubísima, de ojos clarísísimos. Sophie Turner estuvo ayer en Madrid para ¿promocionar? Juego de tronos, ahora que ha acabado la sexta temporada. Vestida con una minifalda con la que estuvo algo incómoda durante la entrevista (demasiado corta, qué se le va a hacer), jersey de manga larga (con el calor que hacía) y unos botines de charol con taconazo, la Sansa Stark de la serie es una tía que, sin saber muy bien qué pasará en la séptima temporada, al menos, es capaz de dar su propia opinión y lanzar teorías, algo que no suelen hacer los actores protagonistas porque están más que aleccionados por HBO para que no suelten prenda. Para Sophie Turner lo principal es que Sansa no sea necia, no confíe en Meñique. Cree que tendrá sus roces con Jon Nieve, ahora que podría ser más manipuladora, una vez cerrado el trágico episodio con Ramsay. En la entrevista Leer más.
En efecto, simpatiquísima. Teníamos la charla a la 13.15 y nos la retrasaron a las 14h porque estaba comiendo. Seguro que ella no sabía nada de esto.
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