Venía con alguna mala/peor crítica de San Sebastián, pero el pase para prensa en Madrid estaba a tope. Alejandro Amenábar ha tardado seis años en rodar Regresión, desde Ágora, un filme seudoreligioso que no gustó a muchos (a mí, no, personalmente). Esperábamos un regreso del director español a sus primeros suspenses, esos que te dejan clavado en la butaca (Los otros, Abre los ojos, Tesis). Había expectación, en resumen. Regresión es un thriller ambientado en los 90, basado en una investigación real que involucra a un detective obsesionado con su trabajo (Ethan Hawke) y a una mujer (Emma Watson) que ha sufrido abusos, relacionados con algún rito satánico. Regresión vuelve a ser una lección de estilo, con una magnífica ambientación, pero tropieza con un truco de guión (como le gusta a Amenábar) que, en mi caso, pillé a la primera. He de decir que aplaudo que el director no introduzca pistas falsas, que no juegue con el espectador, lo hace de la forma más honrada posible, lo que no significa que, la trama, en ocasiones, parezca demasiado vacía, naíf, sin gancho. No es problema de los actores: Ethan Hawke intentando parecer un tipo normal, superado por las circunstancias, lo parece, no hace falta que se esfuerce (pero nada que ver con Sinister, ojo). Emma Watson intentando demostrar que ya es mayor, sollozando de continuo, se me atraviesa prácticamente en todas las secuencias. Pero los actores aquí hacen lo que pueden con las idas y venidas de sus personajes. Regresión es una película que comienza con ecos del cine negro, que evoca una época más inocentona, amplificando unos temores hacia el Mal con mayúsculas muy arraigados en la América profunda, para derivar en una investigación, por momentos, absurda, donde se entremezclan los miedos más infundados (al oir snuff movies me acordé de Tesis) y dan ganas de decirle a más de uno: en serio, Abre los ojos.
Regresión se estrena en España el 2 de octubre.
(opinión con spoilers)
¿Emma Watson interpretando a una chica que dice la verdad? Amenábar ha pecado de ingenuo. Nadie se puede creer lo que está contando. Creo que el primer fallo de la peli es comenzar con las típicas frases de las tvmovies de Antena 3 donde se decía que está basado en hechos reales en una época que bla bla y bla. Amenábar quiere ser el Fincher de Zodiac, pero el caso es tontorrón. Si al final, hubiese habido algún giro, aunque se hubiese saltado "la dichosa historia real" me habría valido. Pero no hay nada peor que ver Regresión y acordarse de Mark Strong y Taissa Farmiga en Mindscape (2013). En serio, Amenábar que las adolescentes son muy perras, aunque fueran los 90. Regresión es como la marca blanca de Expediente Warren: no pasa nada. Un detalle que es una pistaza, que, insisto, aplaudo, pero que me fastidia el suspense, es ver al padre quitarse la gorra que ocultaba una generosa calvicie. En ese momento (que es al principio de la peli) me digo: Este tío es un pringado. Y así es. Que Amenábar hable de la sugestión y de cómo nos creemos lo que queremos creer me parece muy bien, pero ¿no está muy visto la vieja desnuda follándose al detective en una pesadilla? No sé si es que ya lo he visto todo con American Horror Story, pero esto no me sorprende, como tampoco lo hace la supuesta marca de la cruz que lleva la niña. Una tía de la que han abusado está triste, se le ha caído el pelo y más si está el diablo por el medio, pero no tiene la lozanía de la Watson. Sí que me parece interesante cómo trata algunos objetos y el decorado como elementos subliminales. Fijaros porque hay cruces por todas partes, las de los barrotes de la celda son las más significativas. Y esa mochila del orgullo del hermano atontilado. Amenábar ha querido ser Copperfield pero el truco se ve muy de cerca.
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