Mientras seamos jóvenes es una película de ésas con las que los hipsters se harán pis encima. Viva e postureo y la madre que parió a Noah Baumbach. La peli está muy bien, debeís verla. Ben Stiller intentó reflexionar sobre la generación X y parió Reality Bites (Bocados de realidad) que fue un zambombazo. Nunca lo entendí porque Stiller va a cumplir los 50 y la generación X, como se representa en Mientras seamos jóvenes, debería rondar unos 40 años. Nos da igual, porque en la otra esquina del ring, Adam Driver, el novio de la prota de Girls, se supone que tiene 23 años, cuando en la vida real ronda los 30. Saltándonos esto, en Mientras seamos jóvenes, los que ya tenemos una edad, vemos a esta nueva generación llamada ZETA, como una panda de jetas, que van directamente a por lo que quieren, viven la vida que quieren vivir, no les preocupa el dinero, y si quieren algo lo cogen. Nacidos con Internet debajo del brazo (lo de la barra de pan ya no se estila), todo lo quieren rápido y, por consiguiente, de la forma más fácil. Tienen de bueno que a) hacen lo que les gusta y b) aunque no desesperan, no verán obstáculo alguno para conseguirlo. Lo malo: al no valorar el presente y el dinero y no querer formar parte del sistema, o a) se venden al sistema, con sus propias reglas o b) se comen un mojón. Creo que en Mientras seamos jóvenes, LO QUE SE NOS HA VENDIDO COMO GENERACIÓN Z se queda un pelín obsoleto, ya que los protagonistas más jóvenes (Driver y Amanda Seyfried) no son tan solidarios ni tan transparentes como se les supone a esta generación. No sé si es peor tener ahora 25 años o tener esos más de 40 y no saber quién eres. De eso trata la peli realmente, del ser humano, como fuente inagotable de insatisfacciones. Mientras seamos jóvenes se estrena en España el 4 de septiembre.
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