23.5.15

Poltergeist (1982): la habitación de un friki de Star Wars

Como estrenan el remake de Poltergeist, con Sam Rockwell (aquí mi opinión de esta versión innecesaria), me animo a volver a ver la de 1982, que produjo Spielberg y dirigió Tobe Hooper. Parece que no han pasado los años por ella, sigue entreteniéndome y dando esos sustos típicos de los 80, al estilo Indiana Jones, con lo que más que pasarlo mal te reías y te venías arriba. Me llama la atención varias escenas sexistas. Cómo la madre de 32 años va en camiseta ceñida y shorts vaqueros, o con una camiseta de fútbol americano por encima de las rodillas. Peor aún es cuando la hija menor de edad pasa por delante de los obreros de la casa, éstos le piropean y la madre, desde la ventana, se sonríe. Acojonante. Sin embargo, lo que me hace escribir esta entrada es el aluvión de alusiones que esconde la habitación que Caroline comparte con su hermano de Star Wars. La promoción es desconcertante. Hay muñecos, un póster, una cabeza de Darth Vader (donde se guardan los muñecos), las sábanas y almohada de la cama… Eso, si hablamos de objetos en los que la cámara no se detiene realmente. Pero, luego, ¡sorpresa! aún hay más.

El niño, que tiene miedo del payaso feo (como para no tenerlo) lanza su cazadora para taparlo. Cuando lo consigue vemos que en la espalda de la cazadora hay una imagen de Chewbacca.


Pero la mejor escena, donde la cámara se detiene de forma premonitoria, es cuando la madre abre la puerta del armario para que entre luz en la habitación, la famosa puerta en la que comenzará toda la odisea de esta familia, al ver cómo su hija es abducida por unas fuerzas extrañas y se comunica a través de la pantalla del televisor con nieve. Pues bien, la madre se da la vuelta y vemos el payaso en el lado izquierdo (luego será poseído, obviamente), pero a la derecha hay un enorme póster de Darth Vader, que personifica la maldada absoluta.

En Los Goldbergs, el abuelo lleva al niño al cine a ver Poltergeist.
Más Poltergeist en Yonomeaburro.

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