20.5.15

Crítica Poltergeist (2015), el remake innecesario

Se empeña Hollywood en fabricar remakes. Si son de películas de culto de los 80, mejor. El espectador nostálgico ya sabe a lo que se enfrenta. El sucedáneo no estará a la altura y seguirá aplaudiendo, siempre, la originalidad. Otra cosa es que la moderna versión, reimaginada para un público virgen, una nueva generación, se actualice, cobre vida propia y sea capaz de atraparnos por motivos diferentes. Spielberg produjo la historia original, aquélla que comenzaba con el himno nacional de EE UU, confirmando que la emisión televisiva había acabado por ese día. El aparato, un electrodoméstico en la cocina, siempre encendido para hacer compañía, una radio con imágenes, era un miembro más de la familia, aquél frente al que el matrimonio protagonista y sus dos hijos se quedaban dormidos, con el ruido de niebla de fondo. A la Poltergeist del siglo XXI le sobra el televisor –aunque sea un megapantallón high definition– lo que resulta paradójico. Juega con el iPhone de la hija como walkie talkie del más allá, pero poco más. Gil Kenan calca las escenas del original, añadiendo explicaciones a lo sobrenatural, como si una peli de terror las necesitara. Y el problema, tal vez, sea ése: que esta Poltergeist no da miedo (a lo James Wan), algo que hubiera atraído a los fans del género, y se queda como peli familiar que los padres no verán. A destacar: las alucinaciones de Sam Rockwell (eso no lo provocaba la marihuana ochentera) y ¡ese dron! que nos transporta al infierno tras la puerta. Poltergeist (2015) se estrena en España el 22 de mayo.

Poltergeist (1982).

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