Otro año más, el canal Paramount Channel en España propone un nuevo juego: elegir la mejor película en La batalla de las películas, aquélla que se enfrente en la final a El Padrino. Son filmes que el canal está emitiendo durante este mes.
El primer duelo es el que enfrenta a Crash y Una mente maravillosa. Me ha tocado defender Una mente maravillosa (A Beautiful Mind), el filme oscarizado de Ron Howard, con Russell Crowe como protagonista.
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Yonomeaburro defiende 'Una mente maravillosa' comos aspirante a ganar 'LA BATALLA DE LAS PELÍCULAS' que comienza este fin de semana en Paramount Channel:
Me ha tocado defender uno de los filmes con un genio como
protagonista, pero de ésos que no acaban cansando cuando se van a por
uvas y comienzan a dar la chapa. Una mente maravillosa (A Beautiful Mind) debería ganar la Batalla de las películas por muchos motivos, pero los resumo en estos cinco:
1. Por sus merecidos premios. No
sólo ganó el Oscar a mejor película por delante de, entre otras, Moulin
Rouge, también se alzaron con el premio el director Ron Howard (primer y
único Oscar junto al de película); la actriz de reparto Jennifer
Connelly (también su única estatuilla), el guión y el montaje. De ocho
nominaciones, consiguió la mitad, a pesar de que su protagonista,
Russell Crowe, se fuera de vacío a casa (se lo llevó Denzel Washington
por Training Day). El actor se resarció en el resto de las galas donde
Una mente maravillosa siguió convenciendo, ganando el premio a mejor
actor de 2012 en los Globos de Oro, los BAFTA, el del Sindicato de
Actores (Screen Actors Guild Awards) y los Critics’ Choice Awards. Hasta
fue nominado a los premios MTV, ¡eran otros tiempos! (menos juveniles,
sí).
2. Por el curioso personaje.
Premios aparte, Una mente maravillosa cuenta una gran historia, real, de
ésas que nos gusta descubrir. La de John Forbes Nash (1928),
interpretado por Russell Crowe, que llegó a obsesionarse con su mundo,
el de las matemáticas y los números, descubriendo teorías
revolucionarias mientras perdía la cabeza. El genio loco, una eminencia
cruzando el lado oscuro. Solitario y gran lector de pequeño, tuvo unos
padres intelectuales que le animaron a estudiar. A los 21 se doctoró y
pronto comenzó a trabajar en investigaciones relacionadas con el
Gobierno de EE UU.
3. Por el drama de la historia. Nash podría haber
sido un adelantado a su tiempo más, un visionario, si no fuera porque le
diagnosticaron una esquizofrenia en 1958 que conviviría con él durante
dos décadas. Hospitalizado en varias ocasiones, creía, entre otros
delirios, que agentes comunistas infiltrados le perseguían (de ahí que
llegara a pedir asilo político). Tras dejar la medicación, a pesar de
sus teorías conspiranoicas y su creencia en la existencia de mensajes
cifrados, pensando que se encontraba bien, comenzó a sufrir
alucinaciones. Su historia se recoge en la novela de Sylvia Nasar, Una
mente maravillosa (1999), que daría lugar a la película, aunque se
evitaron temas amarillistas como su bisexualidad, la boda con su segunda
mujer, la esquizofrenia de su hijo y la existencia de un hijo
ilegítimo.
4. Por su moraleja optimista. El
excéntrico matemático, con ayuda de su mujer (Jennifer Connelly),
decidió vencer a la enfermedad con sus propias armas. Sus alucinaciones
seguían ahí, pero ya no resultaban un problema. Recuperado finalmente
recibió el premio Nobel de Economía en 1994. Nash sigue vivo en la
actualidad a sus 86 años y sus teorías del juego han influido en la
economía, usándose también en pediatría. En una de sus visitas a España
aseguró que en su mundo, el de las matemáticas, hay personas que
necesitan tratamiento psiquiátrico, sobre todo las que se dedican a la
lógica matemática.
5. Debería ganar a El Padrino porque, a pesar de que
es la gran película insuperable de la Mafia, le falta algo con lo que
si cuenta Una mente maravillosa. Gracias al relato protagonizado por
Russell Crowe, la esquizofrenia dejó de ser un tema tabú,
disminuyendo el estigma de la enfermedad mental. Así descubrimos que
los pensamientos de un esquizofrénico pueden ser una vía de escape en
situaciones de estrés. Russell Crowe no es Marlon Brando, no, pero
prefiero antes a un genio que a un mafioso y que, por una vez, ganen los
buenos, ¿no?
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