Hace lo que parece un siglo ahora mismo, hablaba en el blog sobre una nueva serie que se llamaba Louie y daba mis 10 razones para no perdérsela. Luego, debí sufrir amnesia porque dejé de verla poco a poco hasta que me olvidé de ella. Ahora, en tiempos muertos, recupero episodios sueltos de la cuarta temporada (la última emitida en EE UU). Hubo un par de ellos con flashbacks del propio Louis CK que no me entusiasmaron especialmente. Prefiero al Louie cabizbajo, intentando camelar a Pamela pero agachando la cabeza a todas sus exigencias. No hace falta que me explique por qué es el hombre que es. Uno se lo supone. El cómico pelirrojo ha inventado el humor a cámara lenta. Es un mimo. Louie no necesita hablar para que sepamos lo que siente. Casi siempre está perdido, de pronto sonríe, o agacha la mirada avergonzado o es momentáneamente feliz. Pamela, la real Pamela Adlon, es el contrapunto al payaso triste. Casi le hace de risa enlatada. No podría imaginarme a Seinfeld o a Larry David o a Ricky Gervais (bueno, tal vez, sí) en pelotas para reivindicar que uno es lo que es, que la vida es un puto chiste, que después de quitarte la ropa sólo queda arrancarte la piel. En el último episodio de la cuarta temporada (el último de la serie emitido) Louie se desnuda delante de Pamela, mientras ella le espera en la bañera. No es la primera vez que Louie se baja los gayumbos, ya lo hizo delante de Ricky Gervais (ambos se admiran) cuando éste interpretó a un médico bastante cabroncete al que acudía Louie algo preocupado. Pamela es en esta escena una especie de Ricky Gervais, de risa fácil, observando fijamente el próximo desliz. Louie se baja los pantalones y nos muestra el culo, ella se mofa, como lo hacía Gervais. Es una broma, claro. Pero Louie, un tipo muy inteligente es, a la vez, el pelirrojo neoyorquino más sensible. Cuando se desviste por completo ante la mujer que ama, ella bromea con su sobrepeso. Del episodio 1x3 en el que se desnudaba delante de Gervais al episodio 4x14 han pasado muchas cosas, o tal vez, nada. Tal vez, Louie sólo ha engordado. Verle meterse en la bañera, mientras la actriz le sujeta con un gesto real de preocupación, subir una pierna y luego la otra, y cual cachalote desbordar el agua, que cae en cascada por el suelo del baño, mientras vacía media bañera es una escena que seguramente habrás protagonizado en tu propia vida, pero de la que, gracias a Louie, puedes tomar conciencia. No diré que seguiré viendo Louie, porque no sé por qué se me acaba olvidando que existe esta estupenda serie...
Y Louie se nos desnuda...
1 comentario:
Es que Louie, en el fondo, sólo es un cerdo de boquilla, un obseso sexual de salón. Su corazón -aunque él seguramente negaría este hecho- le puede más que los genitales. Y eso que es un dos contra uno. Louie sueña con hacer guarrerías, sí, pero siempre con la mujer amada, en este caso Pam, y eso le redime ante la audiencia. Yo, por lo menos, le entiendo muy bien. Los cuarenta y tantos, la barriga, la soledad...
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