No recordaba una entrevista con tan buen rollo desde la que le hice a Juanes para La Revista 40. Debe de ser el toque latino, porque también Ricky Martin es un tipo de risa fácil, que cae bien al instante, un currante de lo suyo, humilde y buena gente. La entrevista se hace por teléfono, para él las 10 de la mañana en Nueva York y a pesar del ataque mañanero, siento al cantante con mucha energía al otro lado del teléfono. Son 35 minutos llenos de pasión por la música, por sus hijos, por su estilo de vida, por la canción del Mundial... Agradece los piropos cuando me dice que no sale muy favorecido en la foto que acompaña a este artículo. "Pues si aquí sales mal no me quiero imaginar en las fotos en las que dices salir bien". Me sale espontáneo, eso es lo que Ricky Martin consigue, que se te pase el tiempo volando y que, cuando la gente de prensa de Sony me dice que se me acabaron los minutos, piense que podría seguir hablando con él un par de horas más. Aquí incluyo la entrevista original, ya que por falta de espacio hubo que meter tijera. Me llamó la atención que en la Wikipedia se afirmara que tiene una abuela española y residencia en Madrid y que a raiz de este comentario me confesara que le gustaría vivir en España (tiene pasaporte español), que lo está sopesando por sus mellizos, tal vez, Andalucía, por el clima. Vendrá en verano a pasar unos días. Ricky Martin no es muy futbolero porque en Puerto Rico no se juega al fútbol básicamente, pero sí le gusta cuando se celebra un Mundial, por ejemplo. Eso sí, no practica y lo ve sentado. Me chiflan algunas de sus expresiones, como cuando me dice: "Sigo motivado, a partir plaza, como se dice, a matar" o cuando comenta: "Yo con mis hijos estaría con ojo de águila, intentando
protegerlos en la distancia". Habla orgulloso de sus hijos a los que, por cierto, les deja vestir como ellos quieren. Sigue la máxima de Fama: “Soy artista y me puedo expresar como me dé la gana”. En junio estará en Madrid presentando Vida, el tema del Mundial 2014.
Podéis leer el artículo de SModa aquí.
+Ricky Martin imagen de MAC.
+El guiño a Ricky Martin en Mujeres desesperadas.
+Ricky Martin en mi ránking de guapos.
Ésta es la entrevista original:
“Venimos a vacilar; la vida
buena, buena vida es”. El pegadizo himno de este Mundial, descubierto
tras un concurso internacional, lo defiende Ricky Martin, que al otro
lado del teléfono, desde Nueva York y en exclusiva para S Moda, se
muestra exultante. Lleva
un mes recorriendo medio mundo y confiesa ser futbolero “para la Copa”.
Y después de no parar, ¿no echa de menos su casa? ¿Sabes? Como llevo
desde los 12 años en esto, al revés, cuando paso tiempo en casa, me
digo: “¿Qué está pasando? Que venga lo próximo”. Me gusta el ajetreo.
Pero también estar en mi casa en Puerto Rico…
La copa de la vida, Livin La Vida Loca y ahora Vida… ¿qué tiene con esta
palabra que parece darle suerte? Cuando la FIFA me llamó propuse hacer
algo diferente: ‘Vamos a dejar que el pueblo escriba la canción’.
Recibimos más de 1.600 canciones de todo el mundo.
Y salió Vida, pero te juro que no la elegí por su título.
Una canción muy vitalista, ¿ésta es su actitud ante la vida? Soy una
persona que va por la vida aprovechando cada minuto. Me centro en las
cosas maravillosas que me han pasado, como poder llevar mi música y mi
idioma a otros países. Me siento pleno porque vivo
mi vida con transparencia. He amado porque me han amado, tengo unos
hijos maravillosos, estoy saludable…
¿Y sus mellizos, son de los que quieren ser futbolistas o cantantes como
usted? Tienen cinco años… uno es más músico, tiene ritmo, en esta casa
siempre hay música, toca la salsa. El otro es más hippie, tranquilo,
desaparece y está entre los arbustos, con tierra
en la boca, más próximo a la naturaleza.
¿Y usted quería ser futbolista de pequeño? Yo quería tener la atención
del público. Me apuntaba a las obras del colegio, era el monaguillo o
tocaba la campanita para que la gente me mirase. El deporte me gusta
verlo sentado, ya me hago yo el cardio sobre el
escenario. Hago un poco de surf, caporeira… voy al gimnasio, aunque,
aquí, entre tú y yo, estoy un poco vago. Es una racha, ya volveremos.
¿Se podría decir que está en su mejor momento? Sí, es un momento de
cambio. He cambiado de representante porque hay que cerrar ciclos,
reactivar la energía. Estoy con un equipo de trabajo joven, agresivo.
Sigo motivado, a partir plaza, como se dice, a matar.
¿Y sigue practicando budismo? Durante mucho tiempo fui católico. Como
digo, una vez que eres católico siempre lo eres, aunque estés abierto a
otros dogmas. Por la noche me siento y digo mi padrenuestro. Pero el
yoga me ha ayudado muchísimo. Busco el silencio
y no pienso en nada. Me da mucha calma. Me voy a India, a Tailandia, me
encierro en templos, en posición de loto y desconecto.
Ya estará acostumbrado, pero el contraste al llegar a la India es
brutal… Todo es relativo, a veces voy a países muy ricos y digo: “Por
dios, qué es esto”. Es cuestión de verte dentro de la foto, eres parte
de un todo y se te quita el complejo de superioridad.
¿Ésa es la clave de la felicidad? Mucha gente me dice: “Ricky eres tan
famoso que no podrás salir a la calle”. ¿Qué? Mi madre me enseñó que
podía hacer todo en esta vida, que hay que centrarse en lo que uno tiene
no en lo que no tiene o en lo que la vida te
ha quitado.
¿Su madre es la persona que más le ha influido? Sí, mi padre, también. Y
mi abuela paterna, era catedrática de la Universidad de Puerto Rico,
una mujer fuerte, que educó a cientos de estudiantes. Yo entraba allí y
veía cómo la querían. Escribió muchos libros,
tenía mucha cultura. Me caló.
¿Su vena artística viene de ella? Puede ser, pero en la familia de mi
madre había artistas. Mi abuelo improvisaba mucha poesía. Yo he venido a
romper el hielo, en mi casa soy el que ha hecho de la música su
carrera.
He leído en Wikipedia que tiene una abuela viviendo en Madrid… Ya sé de
qué hablas. Es una gran amiga, crecí con ella, su madre es española.
Pero no es mi abuela es más como mi madre.
Se lo preguntaba por si se veía viviendo en España… ¡Totalmente! Me
gusta mucho Andalucía, pasaré unos días este verano. Me gustaría que mis
hijos pasaran por la experiencia europea.
Hace 30 años comenzó en Menudo, ¿alguna reflexión? Fue el 10 de julio de
1984… ¡podemos inventar algo y hacer una fiestecita! Fueron cinco años
de mucha disciplina, a los 12 me fui de casa. Ahora, siendo padre, si
mis hijos quieren irse lo aceptaré. Si mis
padres me lo hubiesen prohibido seguramente sería un cascarrabias, un
tipo frustrado. Yo con mis hijos estaría con ojo de águila, intentando
protegerlos en la distancia. Menudo me marcó la vida y lo volvería a
hacer.
“La distancia entre tus sueños y la realidad se llama disciplina”, he
leído en su Twitter… Deepak Chopra, que es muy amigo, me dice que el
poder de la mente hace que se cumpla lo que deseas. Pero yo también le
digo: “Vale Chopra, pero vamos a trabajar un poquito”.
¿Y qué lugar ocupa la moda en su vida? Me gusta más ahora, antes lo veía
como una obligación. Aunque no me gusta ir de compras. Tengo un
estilista. “Soy artista y me puedo expresar como me dé la gana”, decían
en Fama. Me lo pruebo todo y me miro en el espejo,
otra cosa es que luego salga con ello a la calle. Me gusta el estilo
casual. Soy isleño, me descalzo, me pongo unos pantalones sin camisa y
soy feliz.
¿Y sus hijos? Ellos se ponen lo que quieren. Quien soy yo para decirles lo que se tienen que poner.
Y pregunta obligada para terminar: ¿quién va a ganar el Mundial? Tengo
pasaporte español… ¡España! Pero sería maravilloso ver una final de
Brasil contra Argentina en Brasil.
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