Pegado al restaurante, se encuentra el hotel más pequeño del mundo. Lo dicho, pintoresco total.
El restaurante es un laberinto lleno de escaleras, diferentes pisos y salones, y cuyas paredes están llenas de fotografías de famosos que han comido allí (hasta Hitchcock!) Más fotos aquí.
No es que sea barato, pero merece la pena si quieres sentarte un rato después de patear mucho (que fue lo que nos pasó a nosotros).
Pedimos Schnitzel (el filete empanado típico de aquí) con ensalada de patata y pepino (18,50 euros) y spaguetti con salmón (13,50). Y, por supuesto, cerveza Paulaner y Holsten.
Manteles al estilo italiano, con un servicio correcto y buen ambiente.
Para saber más del restaurante: Katzen-Cafe.
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El restaurante tiene la puerta y el toldo rojos. |
Buscando a los músicos de Bremen.
1 comentario:
Pues la comida tiene buena pinta :D
Por cierto, que el hotel más pequeño del mundo creía que estaba en El Hierro (islas Canarias) o al menos eso dicen ellos www.hotelpuntagrande.org
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