En el artículo "Las series, escenario de la nueva revolución sexual femenina" hablo de esas mujeres que vemos en la ficción (cada vez más) que están cómodas con su propia sexualidad, personajes de series como The Fall (que estrenará AXN en España como La caza) con Gillian Anderson; The Bridge (Fox), con Diane Kruger; Homeland (Fox), con Claire Danes; The Good Wife (Fox), con Archie Panjabi, entre otras; las chicas de Orange is the New Black; las de Top of the Lake, etc. Para ello he contado con la opinión de la guionista de Aída, Paula López Cuervo; la presentadora y sexóloga Lorena Berdún; la directora de comunicación de Fox, Belén Frías; la psicóloga y sexóloga Anna Gil Wittke; Susana Alosete del blog Chica de la tele; Rosa Belmonte del blog Enciende y vámonos; la actriz y escritora Pilar Ordóñez y la copresentadora del podcast Vagina Chronicles, Toinette Vizard.
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La revolución sexual televisada
Las maestras del sexo toman el mando
‘La verdad está ahí fuera’. Y el sexo también parecía estarlo en Expediente X. La tensión sexual entre los agentes Mulder y Scully resultó ser más paranormal que los propios casos que investigaban. David Duchovny se desquitó (y bien) en Californication. Gillian Anderson –soltera en la actualidad, con 45 años, dos matrimonios y tres hijos– ha tardado un poco más, pero ha logrado revolucionar al personal femenino con Stella Gibson, la sensual detective sin complejos que protagoniza el thriller The Fall (AXN, aún inédita en España). “Está cómoda con su propia sexualidad. Se viste para ella misma y sabe cuidar de sí misma. Es muy independiente, pero es una mujer en un mundo de hombres”, comentaba la actriz durante la promoción de esta serie de la BBC. “O consigues lo que quieres usando tu feminidad o exiges el respeto que mereces basado en tu experiencia. Ella es más lo segundo”. En el estreno de The Fall, sus blusas blancas de seda a medio abotonar se agotaron en Reino Unido y pronto comenzó a circular un meme (una pregunta común) en algunos foros de internet: “¿Qué haría Stella?”. Porque Stella es de esos aplaudidos personajes femeninos que ligan sin miramientos, que separan lo personal de lo profesional y que no se avergüenzan de sus acciones por mucho que sus colegas hombres se sientan incómodos ante determinados comportamientos ‘feministas’. En una palabra, son las mujeres que las mujeres queremos ver en pantalla. No son ciencia-ficción, son reales. “Los guionistas intentamos crear personajes que todos podemos reconocer de la vida real. ¿Por qué nos tiene que sorprender que una mujer tenga ganas de sexo?”, comenta la guionista de Aída Paula López Cuervo. “A la hora de escribir hay que quitarse prejuicios. Y si en la vida cotidiana hay mujeres más liberales que muchos hombres, ¿por qué no mostrarlo en televisión?”. López Cuervo pone como ejemplo a Penny, la simpática camarera de The Big Bang Theory (TNT) que contrasta con el carácter más reservado de sus vecinos geeks: “Un cliché de chica americana que liga y se acuesta sin tapujos, cuando está soltera, con los chicos más guapos”. Para la presentadora y sexóloga Lorena Berdún, “todas las series reflejan lo que sucede en nuestra sociedad. Es cierto que estamos viviendo una revolución sexual femenina muy potente. Pero no creo que sean excusas para justificar el ‘arrojo’ sexual de las mujeres, sino para hacer más ricos a los personajes”.
Gillian Anderson no es la única actriz en mostrar a una profesional madura, inteligente y sin prejuicios. Diane Kruger interpreta a la detective Sonya Cross en The Bridge, una mujer a la que le es difícil empatizar, incapaz de mentir, que dice lo que piensa sin atenerse a las consecuencias. Esta actitud tan desinhibida, acentuada por el Asperger que padece, la lleva en el terreno sexual a protagonizar escenas que la actriz alemana calificaba de cómicas: “La manera en la que liga en el bar es, en mi opinión, graciosísima”. En esta escena, Sonya Cross se salta las ‘reglas’ de la seducción para ir directamente al grano, al preguntarle a un desconocido si quiere ‘follar’ con ella. Para Belén Frías, directora de comunicación de Fox, cadena que emite en España algunas de las series con personajes femeninos más potentes, como son The Bridge, Homeland y The Good Wife, “Sonya Cross es una mujer con problemas afectivos severos. En ella, liarse con alguien que acaba de conocer forma parte de su desapego. Antes las mujeres podían iniciar la seducción, pero quedaban estereotipadas como fáciles o indignas de respeto. Eso ha terminado”.
Mujeres solitarias en general, con cierto desapego emocional, como la Carrie Mathison de Homeland, la agente de la CIA bipolar con la que Claire Danes ha ganado dos Globos de Oro y dos Emmy, y de la que la propia actriz dice sentirse a años luz: “Es mucho más divertida que yo”. “Cuando vemos cómo utiliza el sexo para aplacar sus propios demonios mentales… Antes, esa actitud hubiera sido propia de un personaje masculino”, reconoce Frías. Algo de lo que se quejaba Olivia Munn, la eficiente y sexy economista de The Newsroom (Canal+) en estas mismas páginas hace unas semanas, ya que algunos críticos de televisión habían tildado a Sloan de ser un ‘personaje masculino con escote’. “No la interpreto como un hombre o una mujer, sólo como un ser humano”, explicaba la actriz. Diferenciar los comportamientos masculinos de los femeninos es un concepto que se antoja ya caduco, como subraya la psicóloga y sexóloga Anna Gil Wittke: “Creo que lo que hay que tener en cuenta no es tanto la pertenencia al género masculino o femenino del comportamiento sino a la persona en sí. No se puede abstraer ningún tipo de comportamiento del ser humano que lo realiza”.
Sloan es el tipo de mujer que nos chifla a las mujeres, directa pero elegante. O valiente pero prudente, como la investigadora Kalinda de The Good Wife, interpretada por Archie Panjabi, que se acuesta indistintamente con hombres y mujeres, aclarando a quien le quiera escuchar: “No soy bisexual, soy flexible”. Este drama con pinceladas de comedia, ambientado en un bufete con una apabullante presencia femenina es, en la mayoría de los casos, la favorita entre las mujeres (y entre muchos hombres, también). Será porque, como dice Susana Alosete, del blog Chica de la tele, “muestra diferentes tipos de mujer. Siempre le pedimos a la televisión que vaya por delante de la sociedad a la hora de normalizar algunas cosas y me parece buena idea que ellas puedan despendolarse tanto como ellos, pero sin caer tampoco en el efecto rebote y convertir a los personajes femeninos en clones de Hank Moody (Californication)”. Algo que comparte con Rosa Belmonte, del blog Enciende y vámonos: “Veo bien que las mujeres sean competentes laboralmente y desatadas sexualmente –o liberadas, como se quiera llamar– sin que parezca una rareza o una patología. Me gusta ver mujeres sexualmente activas (y disfrutonas) y mujeres que no lo son sin que eso les suponga un problema”. Que las protagonistas de las series se desmadren tiene que ver en parte, como añade Belmonte, con que haya más guionistas mujeres. “Ahora tenemos personajes femeninos complejos. El problema es que antes no lo eran por desidia a la hora de escribirlos. Ayuda que haya muchas mujeres escribiendo como Shonda Rhymes (creadora de Anatomía de Grey y Scandal) o Jenji Kohan”.
Tras Weeds, Kohan se ha superado este año con un grupo de presas que no ocultan sus exigencias sexuales en Orange is the New Black (Canal+Series). Y es en este tipo de comedias donde las guionistas pueden presumir de mujeres echadas para adelante, que discuten abiertamente sobre sus deseos más íntimos. Como Mindy Kaling, guionista y protagonista de The Mindy Project (Cosmo), que interpreta a una médico romántica pero con los pies en el suelo, que no se corta en afirmar que su príncipe azul “la tiene que tener como Michael Fassbender”. O la descarada Chloe de Apartamento 23 (Fox), de Nahnatchka Khan, cuyos habituales encuentros con extraños comenta sin reparo alguno. Pilar Ordóñez, actriz y escritora, cuyo último libro, Miss Tupper Sex (ed. Aguilar), funciona como ‘manual para mujeres abiertas’, cree que “una mujer debe ser libre para elegir con quién se quiere acostar sin que nadie tenga que etiquetarla. Y en las series deberían comportarse así, llevando las riendas de su vida sexual y no sometiéndose a las necesidades y tiempos del género masculino”. La actriz pertenece a la Comisión de Calificación de Películas del Ministerio de Cultura que, entre otras cosas, destaca si la película ofrece un “Especial fomento por la igualdad de género”. Según cuenta, no es fácil encontrar películas así. “Pasa lo mismo en las series. Habrá igualdad si en una escena en la que están dos o más mujeres, solas, hablan de cualquier otra cosa que no sean hombres”. Para Ordóñez, que prepara una serie basada en su libro, fomenta la igualdad una propuesta como L: “Son lesbianas, pero podrían no serlo. Cada una tiene su profesión, y es anecdótico cuando hablan de tener hijos”. Porque en definitiva de lo que se trata es de ver en nuestras series favoritas personajes femeninos en los que nos podamos reconocer, que se muestren sin tapujos.
“La mujer abiertamente sexual no debe ser demonizada”, explica Toinette Vizard, copresentadora del podcast Vagina Chronicles, en el que se suelen analizar este tipo de temas. “No tengo problema con que las mujeres se representen sexualmente agresivas con sus deseos sexuales. Debemos exigir la misma diversidad en televisión que han tenido los hombres durante décadas. Y, para ello, necesitamos más guionistas con poder, personajes femeninos e historias que muestren la complejidad de toda mujer”. Para su compañera en el programa, Angela Stoner, más historias como las de Homeland, con “una mujer fuerte, inteligente y sexualmente liberada” pero sin hacerla “más aceptable para el público exhibiendo su trastorno mental”.
A Paula López Cuervo le gustaría que “se hablase de la masturbación femenina, prácticamente inexistente en las series”. Por su parte, Lorena Berdún pide “mujeres creíbles. No como las de Sexo en Nueva York que me parecían "imposibles". Para Susana Alosete, “la televisión tiene que crear un círculo virtuoso del que todos salgan beneficiados”. ¿Un ejemplo? Masters of Sex (Canal+), en la que Lizzy Caplan es la liberal Virginia Johnson, precursora, junto a Williams Masters, del estudio de la sexualidad femenina en los años 50. En el libro de Thomas Maier, en el que se basa esta Mad Men con sexo, Virginia es descrita como alguien que “satisfacía sus deseos sin ninguna complicación de orden emocional”. Las Girls, de Lena Dunham; las feministas de Top of the Lake, de Jane Campion; las brujas de American Horror Story con Jessica Lange a la cabeza; las madres de Mom, protagonizada por Anna Faris… van por ese camino, y las que quedan por llegar. Series con mujeres que están orgullosas de serlo, que ya no son cuestionadas por mostrar de forma natural sus necesidades y deseos sexuales.
10 escenas en las que ellas toman el mando
The Fall 1x2
Stella Gibson (Gillian Anderson) invita a un colega a su hotel. Sin hablar, sin desnudarse, se monta a horcajadas sobre él. Cuando le pide el teléfono, ella se lo da con desgana.
The Bridge 1x2
Sonya Cross (Diane Kruger) consigue lo que busca: un orgasmo con un tipo guapo que conoce en un bar. Le da las gracias cuando él se va.
Homeland 3x1
Carrie Mathison (Claire Danes) sustituye su medicación por tequila y a Brody por un pelirrojo que conoce en un supermercado.
American Horror Story 3x2
Cordelia (Sarah Paulson) tumba a su marido en el suelo, dentro de un círculo de fuego: la brujería es el único remedio que le quedapara tener hijos.
Top of the Lake 1x2
Una mujer entra en un bar con un billete en la mano: paga por un polvo de siete minutos, los justos, dice, para no involucrarse sentimentalmente.
Juego de tronos 1x2
La Khaleesi (Emilia Clarke) obliga a Khal Drogo a mirarla a los ojos. Su mantra: “No hagas el amor como una esclava porque no lo eres”.
Girls 2x5
Hannah (Lena Dunham) seduce a un guapo cliente de la cafetería donde trabaja que creía fuera de sus posibilidades.
The Good Wife 4x3
Kalinda (Archie Panjabi) sostiene un tour de force con otra mujer, a la que somete sexualmente para evitarla profesionalmente.
Orange is the New Black 1x1
Piper (Taylor Schilling) se presenta comentando en voz en off lo feliz que es duchándose, tanto con su ex novia Alex como con su actual prometido.
Masters of Sex 1x1
Virginia Johnson (Lizzy Caplan) exige en la cama igualdad y le pide a su ligue, un médico colega, que le practique sexo oral.
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