16.10.13

Crítica Grand Piano, ¿golpe de estilo o divertimento hitchcockiano?

Elijah Wood fue un niño prodigio y ahora es el mejor de los pianistas. Es imposible que Frodo nos caiga mal. Sus ojazos se comen la pantalla. Una voz en off le amenaza de muerte en Grand Piano. Es John Cusack, lo sabemos desde el póster, con el tráiler. Hay otros personajes secundarios (el chófer de Downton Abbey haciendo de pardillo, quién lo diría), pero el dúo ocupa la mayor parte del filme de Eugenio Mira, un director que como Rodrigo Cortés, el productor, sabe venderle la música a los sordos. Se contagia el entusiasmo al escucharlos hablar sobre el proyecto, como hicieron en una charla posterior a un pase. Son tal para cual, se complementan. Todo está megapensado para que el espectador se quede perplejo por momentos, que no sepa qué es lo que va a pasar en la siguiente escena. La película es frenética, hasta se hace corta, cuando crees que podría continuar, se acaba. La sala recuerda a la del final de Luces rojas (también el póster, también eran dos personajes los que se enfrentaban); la inmovilidad, el móvil (qué paradoja), a Buried, claro, pero estaríamos reduciendo al mínimo la propuesta con estas comparaciones. Lo mejor de Grand Piano es su diálogo musical constante. Cuando oí hablar del proyecto me lo imaginé en forma de corto. Me parecía imposible alargar la trama, más allá de una de esas historias de En los límites de la realidad… Si su actor lo da todo con las manos (y me había quedado yo flipada con el Liberace de Behind the Candelabra), Eugenio Mira demuestra una maestría inusual con la cámara. He de confesar que como fan de Hitchcock hay momentos que me recuerdan al maestro, claro, lo que también me hace dudar de un sello personal. Hay alma en la peli, sí, pero la sombra de Hitch, como la de Rodrigo Cortés es alargada. Mi primera impresión al ver la película, lo reconozco, fue de decepción. No es que pensara en un villano desconocido a lo Sospechosos habituales, pero el tráiler me sigue pareciendo confuso (otros vieron en él la peli Última llamada).
(puede contener spoilers) Cuentan que en el guión original Cusack salía a mitad de la película y no casi al final, pero que lo cambiaron. Pues yo hubiera apostado más por el villano, que al final parece menos interesante de lo que parecía (¡coño, que es John Cusack, haber elegido a otro actor!). De las curiosidades que contó el director me quedo con esos dedos que tocan las últimas notas: el anular por el anillo de la mujer del prota y el dedo corazón 'por mis cojones' (tal cual lo explicó). Un anillo por Frodo. Sigo con el frikismo difícil de pillar. La trama transcurre en Chicago, los White Sox de Chicago, que Cusack lleve calceto blanco, como en su primera peli con Cameron Crowe, Un gran amor (Say anything). Hasta el nombre del teatro es un guiño. 
La peli es "un golpe de estilo" insiste Rodrigo Cortés. Me quedo más con la idea de Eugenio Mira, cuando aún no ha asimilado el triunfo (que lo tendrá en España también). El mayor piropo es que nos digan: "Me lo he pasado genial". Pues eso sí, la verdad, lo consigue Grand Piano.

¿Se habrán inspirado en el corto para Freixenet de Martin Scorsese?


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