Durante ocho temporadas he reído y sufrido a partes iguales con estas Mujeres desesperadas, que vinieron a llenar el vacío que me dejó la despedida de Sexo en Nueva York en 2004. En ambos casos, cuatro mujeres se enfrentaban a su día a día, a sus inseguridades, a sus ambiciones, unas en Nueva York, la Big City, otras, las desperate, en un barrio residencial. Y como con la fashionista Carrie Bradshaw y sus amigas, la ex top model Gabriel Solís y sus vecinas también han sabido confeccionar un mapa de la moda, en el que un vestido podía definir a un personaje, servir de mecanismo para una trama o potenciar el tono de culebrón que su creador, Marc Cherry (como ya hiciera Darren Star), siempre ha alentado. Enid Harris (que venía de Expediente X) dejó el puesto del diseño de vestuario tras sólo tres episodios a Catherine Adair (El chico de tu vida).
IN
Gaby, la frivolidad.
Si Carrie Bradshaw fantaseaba con llenar su armario de las últimas firmas, Gabriel Solís ha añorado de forma intermitente sus años de modelo. Ni Sarah Jessica Parker ni Eva Longoria, por su baja estatura, podrían haber ejercido como top models. Ahí radicaba la broma de todo esto. Gaby se casa por dinero, como una Marilyn Monroe latina. Carlos Solís era su particular Mr. Big. Luego llegó el maldito salto en el tiempo que la transformó en el reverso de sí misma. Pero ni eso ni sus dos hijas (un espejo cruel del cuento más realista) cambió a Gaby, aunque lo pareciera. Quien se ha subido en unos Jimmy Choos ya no quiere bajarse de ellos. Gaby se ha despedido ascendiendo en el mundo de la moda (animada en muchos momentos por sus vecinos gays). No presumiendo de codearse con Heidi Klum, que llegó a ponerla en un aprieto por ser tan egoísta, sino atendiendo a los clientes de un centro comercial, eso sí, VIPs y con una copa de champán en la mano... que Gaby es mucha Gaby. El punto canalla que le faltó siempre a la Rachel de Friends.
El momentazo final: robar el vestido de novia perfecto para Reneé antes que acudir al hospital por el parto de la hija de Susan.
Bree, la elegancia.
Ni risotadas, ni taconazos, ni colores brillantes. Bree Van De Camp jamás hubiera congeniado con una Gabriel Solís de no haber sido vecinas de Wisteria Lane (sí compitió con Katherine, mucho más parecida a ella). Marcia Cross ha interpretado a la perfecta ama de casa, con su vestido tono pastel, sus perlas y su melena pelirroja y lamida. Tan pulcra, pija y reprimida como la Charlotte de Sexo en Nueva York. O como Mary Alice, con cuyo suicidio arrancaba Mujeres desesperadas. Un hijo gay, el alcohol y sus flirteos de barra de bar nos mostraron a una nueva Bree, sólo en apariencia, con una colección imponente de jerseys de cuello de pico y vaqueros. Pero, por dentro, Bree ha sido, igual que Gaby, igual que el resto de las chicas, la misma de siempre.
El momentazo final: la golfa, cursi y beata de Bree, impertérrita acusada subida a un estrado, aspirante a político local.
OUT
Lynette, la comodidad.
Durante los dos últimos años de Las chicas de oro (1985-92), Marc Cherry se familiarizó como guionista con estas cuatro amigas de Miami que no dejaban títere con cabeza desde la mesa camilla de su salón. Lynette Scavo, la madre, la esposa, la ejecutiva, la mujer todoterreno, bien podría ser aquella Dorothy, de apariencia masculina y dependiente de su exmarido. Si Dorothy lidiaba con su madre Sophia, con su pasado, Lynette lo hace también con el suyo. Una mujer ambiciosa, hogareña, una contradicción en sí misma, bastante tiene como para preocuparse por su armario. Lynette tiene los pies en la tierra, metidos en un par de zapatillas sin marca. Sus camisas amplias no sólo acentúan su carácter práctico sino que nos recuerdan que Lynette es mujer de un solo hombre, Tom Scavo: el estilo boyfriend es lo que tiene. El personaje de Felicity Huffman no sigue las tendencias, no sigue a nadie, sólo a sí misma.El momentazo final: para una vez que se arregla al estilo Gabriel Solís, su exmarido piensa que está con otro.
Susan, la presumida.
Dejadme que sea un poco mala. De todas las desperates, Susan es la más odiada. Sus tramas siempre la han alejado de sus vecinas. Fue madre soltera, se casó con un fontanero, ha sido viuda... Mil y una veces ha hecho el ridículo, levantándose una y otra vez tras el tropiezo, como Lynette. También como ella, Teri Hatcher (que abrió una web de moda) se ha paseado por Wisteria Lane con una indumentaria casual, pero acentuando sus inexistentes curvas, casi diría que compitiendo con Eva Longoria. De hecho, es a la única que recuerdo desnuda en varias ocasiones y la única capaz de sacar la basura con un vestido de alta costura. De todas ellas, la Hatcher siempre me ha parecido, como actriz, la que tenía más miedo a envejecer. No ha llegado a los niveles de pendoneo de Edie, pero Susan ha tenido algunos momentos bochornosos en los que ha triunfado su indumentaria (la chacha porno fue lo más).
El momentazo final: Teri Hatcher con un vaquero blanco, hiperdelgada y maquillada, al lado de su oronda hija en el paritorio.
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8 comentarios:
Minucioso análisis! yo que no entiendo nada sobre moda me ha servido para entenderlas más.
Y me he quedado con ganas de hablar de las terceras, de las que hablas tú, sobre todo de Renee una fashionista de los pies a la cabeza.
Lynette al estilo Gaby no me gustó nada, estaba supertravesti, otras veces ha estado mucho más atractiva, pero tanto pote no me pegaba en ella xD
Bree ha dejado un gran legado en el sector disfraces de señora republicana, cada ver que América se quiere disfrazar de eso se difraza de Bree.
Saludos!
Los modelos de Renee dan más juego q los de Susan o Lynette. Aún en el último capítulo me sorprendí pensando en lo horrorosas q son las camisas lisas esas q se pone con camiseta debajo del mismo color en distinto tono
me encanta la moda, me ha gustado mucho como lo has planteado, y es cierto que cada una tenia su estilo muy definido.
yo tenia predilección por gaby, y por lynette,cuando estaba en la agencia de publicidad.
amaba a susan porque era siempre tan informal, con sus vaqueros y sudaderas
y bree, siempre perfecta,era la tipica imagen de mujer de los 50, perfecta madre y esposa.
que gran analisis!
David, me he quedado con la gana de ver a Bree de cacería!
Renee siempre ha vestido salvaje, tipo pantera, más racial.
Gracias La princesa prometida, pero ni por la moda puedo hablar bien de Susan. Ha sido uno de los personajes más odiosos de la TV.
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