El hotel se divide en diferentes zonas, separadas por largos pasillos enmoquetados, de cuyas paredes cuelgan fotografías de la gente del servicio, muy al estilo Downton Abbey.
Construido en 1873 (la estación de tren es de 1868), forma parte de la cadena Marriott, y ha sido restaurado, dándole al hotel un aspecto victoriano y romántico. Tiene siete plantas con 208 habitaciones y 38 suites. Yo estaba en la tercera, al abrir la ventana me tocó uno de los arcos, así que tapaba la vista (daba al interior de una de las habitaciones de conferencias).
Se me estropeó la cámara así que tuve que hacer fotos con el móvil. Ésta es la habitación más sencilla, con cama king y chaise longue. Según la web la Barlow King son 245 libras la noche, con desayuno. A nosotros no nos incluyó el desayuno y al pagar te exigen, además del pago, un adelanto de 300 libras "por si acaso".
El baño constaba de un lavabo (tal vez demasiado bajo de altura), wc y bañera con ducha (esto podía variar, hay habitaciones con sólo ducha). Por cierto, este espejo lo tengo igual en el pasillo de entrada de mi casa.
Los jabones y geles son de la marca Pecksniff's (web).
En el hotel tienen un spa con piscina interior que me hubiera gustado visitar (entra en el precio) pero no tuve tiempo de nada. Tenías tus zapatillas y albornoz en la habitación, sin embargo te cobraban el wifi en cualquier zona del hotel.
En la habitación cuentas con servicio para hacerte café o té (no lo usé), minibar (no lo pude abrir, pero era de los que te cobran si mueves las botellas) y varios enchufes (incluyendo uno sin clavijas) en la zona del ordenador (es mío). La conexión te sale a 6 libras la hora; 15, 24 horas.
Recomendable, aunque no te hospedes aquí, darse una vuelta por sus pasillos, para ver sus magníficas escaleras y sus arcos góticos. Toda la zona del hall es una preciosidad. Eso sí, a la zona de suites no podrás acceder, tienen a un guardaespaldas custodiando la escalera.
Puedes desayunar en el restaurante, pero también ponen croissants y diferente bollería en el mismo hall del hotel. Muy curioso.
En el restaurante tienes dos tipos de desayuno: buffet, colocado en la misma barra del bar, o a la carta. Los cafés cuestan 4,50 libras.
Volamos con British Airways con un retraso de tres horas, así que llegamos por la noche pasadas las nueve: imposible encontrar un restaurante en el que dieran de comer. Y eso que alrededor de la estación hay un montón de bares. Cenamos en el mismo restaurante del hotel, estilo casual, The Booking Office Bar. Las cervezas de la carta eran desconocidas para mí. Le tuve que pedir al camarero lo más parecido a una Heineken. La pinta te la traen en vaso; media pinta en jarrita de metal. Sobre la mesa, varios tipos de salsas para la comida.
La carta es breve, para picar algo, nada más. Tenías hamburguesa con bacon y queso...
Y lo que yo me pedí, un bocadillo de pollo, con ensalada y patatas (15 libras). Los platos te los sirven sobre una base estilo bandeja, con servilleta de tela, eso sí. Hay otro restaurante en el hotel, el bueno, The Gilbert Scott (web), cuyo chef, Marcus Wareing (web), cuenta con una estrella Michelín (su restaurante Berkeley, web).
Por la mañana cogimos el tren en esta estación (la del metro es King's Cross), que está pared con pared con el hotel, y que cuenta con galerías de tiendas subterráneas. Desde 2007 también circulan los trenes de alta velocidad Eurostar.
Debajo del reloj de la estación de tren de Pancras, esta espectacular y gigantesca escultura de bronce de una pareja despidiéndose. Es de Paul Day (web), y mide nueve metros de altura.
++Exposición del nuevo Omega James Bond++++
Otros hoteles en los que he estado en Londres:
+ Cavendish
+ Kempinski.
+ Martin's Lane.
+ Quality Maitrise.
+ Thistle Picadilly.
2 comentarios:
Me gusta el hotel quizás por la combinación de su arquitectura con el mobiliario moderno.m
No sé si será el mejor, pero curioso es un rato...
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