17.8.15

Las claves de Crematorio, con José Sancho (Canal+ Series la repone en la muerte de Rafael Chirbes)

(subida originalmente el 30.1.12) Tras su paso por Canal+ en 2011 y su lanzamiento en dvd, Crematorio, Premio Ondas a la mejor serie española, se emitió en La Sexta en enero de 2012. Este jueves, Canal+Series vuelve a reponer la serie en homenaje a Rafael Chirbes, que falleció el pasado sábado.

Las claves de Crematorio.

Denuncia de actualidad. Puede confundir su título, pero no te lleves a engaño: Crematorio es una metáfora. “El título tiene una carga simbólica. Realmente estamos hablando de la radiografía de los últimos 15 años de un país en el que parece que lo estemos quemando todo”, explica Fernando Bovaira, productor ejecutivo de esta miniserie de ocho episodios en la que se denuncia un tema tan de actualidad como la corrupción urbanística, centrada, en una figura, Rubén Bertomeu, un constructor sin escrúpulos (con el que, sin embargo, es fácil empatizar), interpretado de forma magistral por José Sancho (Pepe Sancho). Comenta el actor: “La serie está ambientada en la maravillosa costa mediterránea y retrata esa España que está a punto de agotar el litoral, que cambia la sombra del naranjo por la del rascacielos. Está vista a través de la autodestrucción de Bertomeu y de su familia“. Para Alicia Borrachero, que interpreta a la hija del protagonista, su antagonista, una mujer sin máscaras que censura el comportamiento de su progenitor, Crematorio “trata sobre las cenizas que se pueden esparcir tanto en el seno de una familia como en una costa, por la ambición y por el poder”. El tema del título, zanjado.

Adaptación compleja. Basada en la premiada novela de Rafael Chirbes, con relaciones familiares enrevesadas, el director Jorge Sánchez-Cabezudo (La noche de los girasoles) decidió centrar la trama en un único personaje. “Cuando leí la novela, todo aquel volumen de reflexiones, aquellos personajes, no vi muy bien por dónde podíamos comenzar una serie. Y de repente acabó surgiendo una idea cercana a la novela: hacer aparecer un personaje por capítulo sobre el que construir los flashbacks y, de esta forma, ver el origen de las relaciones entre los personajes”.

¿Drama, acción, thriller? Crematorio puede presumir de alternar géneros con una facilidad pasmosa. “Además de saga familiar”, comenta Fernando Bovaira, “también tiene un componente de thriller casi negro, de corrupción. Hay un entramado de mafia rusa en conexión con los intereses empresariales de un área determinada. Y luego hay tragedia. Era difícil situar todo eso en una caja, en un género determinado”.  La serie se desligó en cierta manera del libro, aunque como reconoce Bovaira “volvíamos a ella, porque la novela es muy brillante en frases, en diálogos, en reflexiones…”.

Resultado de cine. Rodada prácticamente fuera del estudio, como explica Isabel Viñuales, directora artística: “En Crematorio es importante la luz del Mediterráneo, que es muy especial. Se ha rodado en localizaciones naturales de la costa levantina y de la Comunidad de Madrid en donde nada está construido, lo que para el equipo de arte fue una dificultad añadida”. ¿El resultado? En palabras del director de producción, Koldo Zuazua: “La producción se ha parecido más a la de un largometraje que al de una serie de TV”.

Personajes.
  1. Chisco Amado. Juan Mullor es el marido de Silvia y padre de Miriam. Es un tipo tranquilo, un profesor universitario, ajeno al negocio familiar, que tiene que lidiar con estas dos mujeres temperamentales. 
  2. Juana Acosta. Mónica es la pareja de Rubén del que está muy enamorada a pesar de la diferencia de edad. Busca formar parte de esta familia que no la acoge precisamente con los brazos abiertos. Sale en bolas.
  3. Aura Garrido.  Miriam Bertomeu es la nieta de Rubén. Él le pagaba los estudios en Londres. Con la muerte de Matías regresa para quedarse, desafiando a su madre y provocando desestabilidad familiar. Sale en bolas.
  4. Pep Tosar. Collado era la mano derecha de Rubén en sus oscuros inicios. Se desligó de él, montando su propia empresa. Casado y con hijos, sus problemas comienzan cuando se enamora de una prostituta. 
  5. Manuel Morón. Llorens Torralba era asesor urbanístico del ayuntamiento hasta que Rubén lo convirtió en concejal de Urbanismo. Así logra crear un sistema de comisiones para sus planes urbanísticos.
  6. Alicia Borrachero. Silvia Bertomeu es la hija de Rubén. Está casada con Juan y es dueña de una galería de arte. Vive ajena a los negocios de su padre y se sentía más unida a su tío Matías, un idealista. También sale en bolas, muy HBO.
  7. Vlad Ivanov. Traian es un mafioso ruso. Es socio de Rubén al que utiliza para blanquear dinero. Violento y sin escrúpulos, no está dispuesto a que los escándalos políticos afecten su lucrativo negocio.
  8. Vicente Romero. Sarcós es el agresivo guardaespaldas de Rubén, su sombra. Tiende a tomarse la justicia por su mano, poniendo en peligro a su jefe por sus rencillas personales con Collado.

Entrevista José Sancho.
“Los pecados de juventud son difíciles de borrar”. José Sancho reflexiona vía telefónica (rueda en México) sobre este bombón de personaje: Rubén Bertomeu, el Tony Soprano de la costa Mediterránea (eso sí, al estilo Mad Men). Constructor corrupto (“para que se lo lleven otros, me lo llevo yo“, proclama) controla los proyectos urbanísticos y se codea con la mafia rusa, lo que le convierte en el hombre más rico de Misent. “No es un tipo popular, lo único que persigue es adueñarse de todo lo que tiene a su alcance. Su familia está muy desarraigada y él es el culpable”, explica José Sancho.

Rubén Bertomeu parece estar hecho a tu medida… Como yo, ha nacido en una tierra mediterránea, aunque la serie no está situada en ningún lugar concreto, podría ser así. Está arraigado a su tierra, a la familia. Según él lo ve, el futuro está en cambiar los naranjos por los edificios. Es un tipo duro, pero práctico, cuyos sentimientos se sacan con sacacorchos. Tiene una cincha con la que maneja todo. Pero, un día, esa cincha se rompe y se le desbocan los caballos…
He visto los primeros episodios y he de decirte que sorprende la calidad de la propuesta. Crematorio es una joya. Se sale de las líneas habituales de las series porque la dirige gente del cine. Crematorio es como una película de ocho horas, al menos ésa es mi sensación. Ya me pasó con Curro Jiménez, tuve suerte y ahora está bien que la gente del cine vuelva a la TV. Se buscan los decorados, es un proyecto más generoso. Vi los últimos cuatro episodios con mi mujer y no me aburrí, aunque me tuviese que ver a mí mismo.
El tema, además, es peliagudo, la corrupción urbanística… Series como Cuéntame o Doctor Mateo buscan distraer, son amables, pero no denuncian nada. Crematorio entra de golpe en los graves problemas de corrupción y denuncia el menosprecio hacia la tierra. Cuando interpretaba a don Pablo en Cuéntame se hablaba de corrupción, pero era en un tono más folclórico, sin darle importancia.
Tiene mucho que ver la novela de Rafael Chirbes…  La leí, me pareció muy descriptiva, muy fuerte. Mi personaje, su hija y su madre parecen estar cortados por el mismo patrón. El guión se aísla del libro y aunque es dificilísimo, acierta en el espíritu de la novela.
Hasta los flashbacks, que no siempre son acertados, en Crematorio encajan a la perfección. Vemos a los adultos cuando eran jóvenes y cómo Bertomeu empieza a comprometer a cargos públicos. Son breves, pero imprescindibles. El actor que hace de mí de joven (Carlos García, Amar en tiempos revueltos) me gusta, tiene cierta sobriedad.
Si tuvieras que quedarte con una escena… Cuando Bertomeu explica cómo se come un pajarito, el hortelano, y se pone el pañuelo en la cabeza. No sabía a qué venía. Luego lo entendí: es un plato mediterráneo y en el mundo real al primero al que devoran es a este pajarito. Está muy bien rodado.
¿Qué series sigues? Yo empecé haciendo series, soy un enamorado de la TV, es el mejor medio para comunicar. House me chifla. Doctor Mateo está muy bien hecha, al margen de que sea verdad o mentira. Águila Roja, una especie de Curro Jiménez, salvando las distancias, claro. Y Cuéntame, aunque ha cambiado mucho, ahora es más de cartón piedra.

La música. “Para ti la vida que te lleva.  Para mí la vida que me quema. Tenías tanto que aprender y yo tanto por demostrar. Por un instante, la eternidad”. En la cabecera se escucha Cruzando el paraíso, de Loquillo. Lucio Godoy ha compuesto la banda sonora.

 La novela. Dice el escritor, que publicó la novela en 2007 (Premio Nacional de la Crítica): “En la novela aparece una frase de Marguerite Yourcenar (en el prólogo de Memorias de Adriano): ‘Hay un momento en el que los antiguos dioses han muerto y los nuevos todavía no han llegado’. Crematorio tiene algo de eso. Los viejos dioses han muerto y los nuevos no han llegado. Es un momento estupendo porque somos libres”. Y añade: “No trata sobre el boom inmobiliario, sino sobre el estado de ánimo de nuestra sociedad. Quería contar cuál es la España que deja la generación que tuvo la esperanza de cambiar el país. La novela es un recuento de mi propio fracaso y del fracaso de mi generación”.

[Reportaje publicado en el número de marzo 2011 de Cinemanía]

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