10. Happy Endings. Mejor comedia.
En nuestra continúa búsqueda de la nueva Friends, aquí podría estar
su sustituta. Ni es tan serie chicle como Cómo conocí a vuestra madre
(candidata -fallida- a ocupar el puesto cuando comenzó) ni es tan
frikilonga (aunque a veces lo parezca) como Big Bang. Su propuesta es la
más divertida (New Girl pretendía suplantarla) y la que contiene más
chistes sobre la amistad, sin más. Los clichés no lo parecen.
El único pero: a punto estuvo de ser cancelada.
Podría estarlo de nuevo. Y hacerse a la idea de una clave para
entenderla: el personaje de Elisha Cuthbert no tiene gracia. Y ella,
tampoco.
9. Episodes.
Pequeña joya entre las grandes, pero un auténtico delirio esta
crítica a la industria de la televisión yanqui vista desde los ojos de
una pareja de ingleses. A pesar de que la pareja protagonista no es muy
conocida y de que Matt LeBlanc tampoco es que sea la monda, Episodes
logra que te rías con acento... británico.
El único pero: no sabemos cuánto aguantará la industria USA dejándose meter esta caña.
8. Parks and Recreation.
Ni la Tina Fey de Rockefeller Plaza ni los chicos de Community ni los
frikis de The Office. Nos quedamos con la workholic Amy Poehler y sus
secuaces en esa loca oficina que es la de Parques y Jardines. Debilidad
confesa y absoluta por Ron Swanson y esa historia de amor ¿imposible?
entre Leslie Knope y Ben (Adam Scott mira a cámara como nadie).
El único pero: Rob Lowe.
7. El show de Larry David.
No todo van a ser dramas. Podíamos haber dicho Louie también, pero
Larry David se lo ha currado y mucho esta temporada. Ha ido puliendo su
mala leche para provocarnos más risas con menos pataletas. Un acierto de
los grandes: su compañero de aventuras, el gran Leon Black.
El único pero: ¿cuánto tiempo podrá Larry David
enfadarse con sus vecinos de Los Angeles? Sugerimos que se quede en
Paris y meta caña en otras ciudades.
6. Juego de tronos.
Ha sido la gran serie de fantasía y aventuras del año. La que mayor
promoción y expectativas produjo. Unos con la cuenta atrás para ponerse
al día con los libros. Otros con la elección de los personajes más
emblemáticos (¿de qué Casa eres?). Sobresalen el pequeño gran Peter
Dinklage y, por otros motivos, Jason 'Khal Drogo' Momoa. Obvios.
El único pero: aunque bien pueda ser su virtud: condensar los tochos escritos por George RR Martin en tan pocos episodios.
5. The Killing.
No se nos puede olvidar el remake de la danesa The Killing. Aunque
parezca que ha pasado una vida desde que la vimos. Nos encantó comprobar
que hay vida después de Twin Peaks. Excepcional la ambientación, la
música y la actuación de Mireille Enos (aunque personalmente siento
debilidad por ese poli goofy que es Stephen Holder). Y, por su empatía
con el espectador, la de los padres de la joven asesinada (magnífica
Michelle Forbes).
El único pero: el final de la primera temporada. Tal
vez por eso no aparece en la mayoría de las listas. Pero nos parece muy
injusto. Ya lo arreglarán en la segunda...
4. American Horror Story.
Nos da igual que la Murder House se haya convertido en una verbena
fantasmagórica. La serie de los creadores de Glee y Nip/Tuck es
adictiva, gracias a sus guiños cinéfilos (La semilla del diablo, The Haunting, Amenaza en la sombra...), a sus personajes retorcidos y a los
enigmas que plantea. Sorpresa en los próximos Globos de Oro, aplaudimos
la creación de Rubber Man y, con aplausos, a Constance, la magnífica
rubia hitchcokiana chunga interpretada de forma soberbia por Jessica
Lange.
El único pero: es un placer culpable y como tal tiene muchos pero nos los callamos. No hay que tomársela en serio. ¡A disfrutar!
3. The Good Wife.
Excepcional apuesta de los (supuestamente) manidos bufetes de
abogados. Que no aparezca entre las nominadas en los Globos de Oro nos
parece un insulto. Julianna Margulies logra que su hermética Alicia
Florrick esté siempre al borde del abismo, sin pestañear. Todos los
personajes de The Good Wife, que son muchos, merecerían su propio
spin-off.
El único pero: nos encantaría que personajes
secundarios como el hermano gay de Alicia tuvieran más presencia y que
nunca se hubiera marchado Calamar, a pesar de su nombre...
2. Breaking Bad.
Walter White forma parte de cualquier conversación seriéfila. Su
cuarta temporada ha vuelto a demostrar el nivelazo de guión, de diálogos
y de construcción de personajes que tiene la serie de Vince Gillian. Y
esos detalles tragicómicos... Sorprende que no haya sido incluida como
candidata a mejor drama en los Globos de Oro. Eso sí, está en todas las
listas del año. Al menos Bryan Cranston, triunfador en los Emmy, es por
fin candidato al Globo (con Malcolm no lo consiguió).
El único pero: la quinta temporada será la última.
1. Homeland. Mejor drama
La gran sorpresa del año. Un thriller de espías (a lo Rubicón
pero más elaborado), nuestra favorita en los Globos de Oro. Los
personajes interpretados por Damian Lewis (Life) y, especialmente,
Claire Danes (aunque mi debilidad es Mandy 'Saul' Patinkin), y la
interconexión entre ellos, son como imanes para el espectador. La serie
lo tiene todo: suspense, acción, romance y una pizca de humor negro.
Pero lo mejor de Homeland es su crítica a la política del Gobierno de EE
UU y la idea de un complot mundial.
El único pero: no se emite en España; el último
episodio ha sido criticado en los foros de fans como "tramposo". A
nosotros nos ha parecido que cumple las expectativas y el gran nivel que
esperábamos de la serie.
+Mi lista de las 10 mejores series de 2011, en drama y comedia, vía CINEMANÍA.
+Mi porra para los Globos de Oro. Link.
+El Top de Time y de la New York Magazine. Link.
+Top: Las 10 mejores películas 2011. Link.
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