Esta es la cara de un tío normal, padre de familia, optimista, que se encuentra en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Segundos después de entrar en una tienda buscando un regalo para su hijo, entra otro tío y mata al dependiente. Tú sabes que es inocente, pero... The Good Wife es fantástica. Hace que empatices fácilmente con los dilemas y preocupaciones de todos sus personajes, ya sean protagonistas o secundarios como esta pobre víctima (Tim Peper, imdb), que pasa de testigo a sospechoso de asesinato. Cuando este pobre desgraciado se enfrenta al sibilino Cary, cuando espera con ansiedad en la comisaría o cuando debe andar por un pasillo para una posible identificación, te lo preguntas: ¿y si fuera yo? ¿a quién necesitaría? Necesitarías un buen abogado, una Alicia Florrick que se preocupase de manera altruísta. Pero la crisis está afectando al programa de abogacía gratuito. El bufete pretende prescindir de los pro bonos, mientras Eli exige que Alicia y Kalinda trabajen exclusivamente para él o que pongan una máquina de café mejor.
Los jefazos (Will y Diane) parecen tener su momento místico, de epifanía. Will se ve tentado a cambiar de bufete, yéndose al de la zorrita de Celeste (reaparece Lisa Edelstein), que le invita a una timba de póker. También vemos a John Lutz (imdb) de Rockefeller Plaza en una juerga con stripper incluida. Will huye de allí, del lado oscuro, sabe lo que quiere y entre sus planes de presente está Alicia. Pero, ¿ella le quiere a él? Mientras, Diane (con un peinado de abuela, pobre) visita al único abogado al que puedes admirar, al de Ayuda Legal, el voluntario, el que curra gracias a las subvenciones del estado, con optimismo, interpretado por Romany Malco (Weeds, imdb). Diane, con ojos algo golosones, le dice: "Me gustaría que el mundo fuera diferente". Y decide, con Will, llevárselos a su bufete, al lado del de Eli, que seguro que la monta.
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