No sé quién este niño que hace reír al propio Larry David. No es para menos. El actor borda su personaje de niño gay, con sus ademanes afeminados y sus frases elocuentes. Parece el Kurt de Glee cuando era pequeñajo. Cuando Larry le regala una máquina de coser, el niño, que es el hijo de su última novia, se entusiasma y grita de auténtica felicidad. A la madre no le hace ninguna gracia, poniendo en duda lo que es evidente, que el niño, como dice Larry, es un "pre-gay".
Por si esto fuera poco, la finale de esta octava temporada (como ya vimos en el trailer), que ha transcurrido en Nueva York, ha contado con los cameos de Michael J. Fox, haciendo de su Parkinson un arma para traer de cabeza al siempre quejica Larry David, y del alcalde Michael Bloomberg, que hace de sí mismo, sale en defensa de Fox ("Es un gran neoyorkino y un gran americano") y echa de Nueva York al mismísimo Larry David (que se marcha a París, ¿transcurrirá la novena temporada allí como si de un Woody Allen televisivo se tratara?). Ya vimos al actor de Regreso al futuro (llega a comentar que desde 1985 no hace cine) en The Good Wife, usando su Parkinson para manipular a los jurados. Aquí, Fox es el vecino de Larry David y cualquier metedura de pata o faena a Larry la achaca a su enfermedad. La verdad es que ha sido un episodio muy divertido, con mención de Hitler, la esvástica y algún comentario sobre los judíos. Diez episodios se hacen muy cortos.
Otros momentazos: el guiño a George Lucas (link); cameos de Jonathan Ames, Aida Turturro, Grant Shaud... (link); camuflaje John Varvatos (link).
+Larry David: portada y entrevista en Rolling Stone (link).
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