El sábado nos cambiamos de hotel: del Quality Maitrise (en Kilburn) al The Cavendish (en Picadilly). La mañana la pasamos alucinando con la inundación frente a la tienda Ben Sherman (había llovido tela)......las colas para comer paella en Covent Garden (ésta es la segunda vez que lo veo) y la hamburguesa-tres-pisos (con huevo y aros de cebolla) que nos jalamos en un Taylor Walker, bar muy cuco (y muy cervecero).
Nos pateamos el Urban Outfitter, Uniqlo (donde ví las camisetas proJapón) y el mall John Lewis de Oxford Street, y las callejuelas de sex shops y zona gay del Soho.
En Soho Square (donde están las oficinas de FOX en donde vi Juegos de tronos) sonaba música: un grupo de cristianos había montado una zona de acampada con escenario incluido y sacerdote que comulgaba allí mismo. Tras un breve paseo por el parque de St. James y la zona de Waterloo cenamos en el hindú Mint Leaf (curiosamente, situado frente al Sports Café donde vi el famoso partido España-Alemania).
El domingo nos pateamos Camden, enorme y multicultural. Hacía un calor de mil demonios. Buscaba wifi pero era imposible. Vimos cómo robaban a un tío en silla de ruedas y a la poli intentando calmarle (el tío era un homeless).
Esta fue la noche del concierto de Glee (en Hyde Park también había conciertos para celebrar los 40 años de Hard Rock). Londres era una fiesta. Nos llevaron a todos los periodistas al O2, un Madison Square Garden a lo bestia. La entrada: 57,75 libras (66,99 euros).
El merchandising era una locura (una beisbolera por 150 libras) y las niñas iban disfrazadas, con faldas de las cheerleaders, el chándal, corbatas a rayas y hasta de Lady Gagas.
(a la izquierda, el pack regalo, con cd, taza molona y llavero) Los teloneros (The LXD) bailaban como querían, eran los amos del breakdance, desconyuntándose que no dabas crédito. Luego llegaron los chicos de Glee, tras una breve presentación-chiste de Sue, la jefa de animadoras más rancia. Hora y veinte de actuaciones una detrás de otra, con temas conocidos y coreografías parecidas a las de las series. La falta de novedad la suplían el hecho de verlos en directo. Me quedo con el vozarrón de Mercedes (Amber Riley) y las facultades físicas de Britney (Heather Morris) que bailó en casi todos los números. A la vuelta comí un sandwich en la habitación del hotel, rendida. Aquí podeis ver varios videos de las actuaciones.
+Los mejores momentos del concierto.
El lunes, final de trayecto. Me dio tiempo a ir a Notting Hill, cuando los puestos de Portobello despertaban. Al menos me compré un vestido muy chulo en Appletree y pasamos por la mítica tienda de discos Rogue Trade. Rematamos con una visita a la Royal Academy of Arts y a los soportales carísimos de Burlington que dan a Picadilly.
Este fue el momento en que decidí que como ya no cogía el metro más, devolver la tarjeta Oyster, ya que te devuelven las 5 libras de fondo. Resulta que me habían penalizado por no haber pasado la tarjeta el día en que llegué, cuando me encontré con el metro cerrado. El tío lo entendió al ver la hora y me devolvió al final una pasta en libras. Terminé la ronda de rebajas en Seldfridges (donde ya no quedaba nada, una pena), y tomando un Frapuccino de fresa y nata en Starbucks que me supo a gloria. Londres ya no era el bullicio del fin de semana pero el calor continuaba cuando nos fuimos de camino a Gatwick a coger el avión que nos traería de vuelta a Madrid.
+Miércoles/jueves: Sandra Oh es una borde. Link.
+Viernes: cruzando Abbey Road. Link.
+Sábado: con Alberto e Isabel haciendo el gleek. Link.
+Los mejores momentos del concierto de Glee. Link.
+El hotel Quality Maitrise. Link.
3 comentarios:
Veo que lo pasaste bien, menuda envidia. Qué trabajo más bueno, pagaba por él xD.
Saludos
Nunca pagues x trabajar!
Jooo, esperaba una opinión más intensiva del concierto.
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