
Que a
Katy Perry le molan los colores flúor y el ajustamiento caderil, pase, pero el
pelucón que le han marcado en la campaña de
ghd no tiene nombre, ni en el siglo XVIII, en pleno Renacimiento... Demos las gracias al siempre
kitsch y cantoso
David LaChapelle, que la ha tirado al suelo, cual
Maja desnuda, en una posición absurda (al loro la mano apoyada en el suelo y el brazo sobre la cabeza). Postura supernatural y cómoda al borde de una
piscina. El colorido naranja, azul, morado ya da lo mismo (a saber cómo eran los zapatos). Me encantaría ver la foto original, sin retocar, porque ni de coña las tetas de la Perry se han mantenido en su sitio (
escote raruno).
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