Abogado con zapatos nuevos o pisando fuerte. Alguna metáfora encierra que esta abogada, interpretada por Kathy Bates, comience de cero en un barrio marginal de Cincinatti en un local en el que el inquilino anterior fue desalojado y olvidó un montón de zapatos. Pero no unos zapatos cualesquiera: por allí vemos Jimmy Choo y sobre todo Prada... Y descubrimos que Jenna (Brittany Snow, imdb), la angelical ayudante de esta Clint Eastwood de la justicia (al loro, que lleva pistolón), una nena rubia ideal de la muerte es una fashionista de los pies (sobre todo, de los pies) a la cabeza. Para conseguir la mezcla, se unen a estas dos mujeres, otros dos hombres: Adam (Nathan Corddry, imdb) un abogado espídico y entusiasta, que prefiere que le peguen un tiro a aburrirse en el bufete de amargados en el que trabajaba (un rasgo en común con su nueva jefa), y Malcolm (Aml Ameen, imdb), el primer cliente al que defienden.
Harry's Law (que recuerda a 'la ley de Harry el Sucio', porque la prota llamarse se llama Harriet) es la nueva apuesta de David E. Kelley, creador de series de abogados como Ally McBeal o Boston Legal. Como en la primera, Kathy Bates también sufre un momento revelador. Si Ally veía bebés bailongos, Harriet Korn (el personaje de Bates) está al borde de la muerte en dos ocasiones seguidas nada más comenzar el episodio (narrado de una forma que nada tiene que ver con este tipo de series). Esta segunda oportunidad, o mejor, tercera oportunidad, le cambia el chip y pasa de ser una aburrida y patética abogada de patentes a una abogada criminalista independiente.
Lo mejor de Harry's Law es su protagonista y las puyas que mete al sistema judicial yanqui, como el que no quiere la cosa (¡se habla hasta de legalizar la droga! uy!). De hecho, en la web de NBC se explican varias leyes que existen de verdad, pero parecen de mentira. Pero me sobra el macarreo de feria del barrio (como nos presentan la calle es demencial, se nota el decorado a la legua); de los matones entrando a la tienda y siendo luego unos angelitos; y especialmente ese alegato final de la protagonista, intentando convencer al jurado de que la justicia es injusta (era como estar viendo a María Teresa Campos a dieta). No me enganchan mucho las series de abogados (la excepción es The Good Wife), así que ésta no es de las mías, pero entiendo que pueda gustar a los fans de la actriz y a quienes quieran soñar con una justicia mejor que la real. Y el elemento moda me parece muy forzado, ya que la ayudante, que no ve un duro, vende los zapatos mientras su jefa ejerce de abogada. De hecho el local se llama Harriet's Law and Fine Shoes.
2 comentarios:
A mi el piloto me gustó... a ver cómo sigue... le daremos una oportunidad...
A ver qué tal, hay tantas series... :)
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