- The Wire. En pocas palabras, nunca ha habido, ni habrá jamás, una serie tan buena. Simon y sus colegas fueron capaces de capturar los males de una ciudad metropolitana en declive -Baltimore, en este caso- a través de sus vendedores de drogas, la policía, la oficina de la alcaldía, el sistema escolar y el periódico. Imposible escoger un punto algido de las cinco temporadas, muchos de ellos ofrecen el destino trágico de los chicos de la esquina en la cuarta temporada, pero, ninguno como Avon, Prop Joe y, por supuesto, Omar. Cuando la gente pregunta acerca de The Wire, la respuesta era a menudo, "Sí, yo nunca la he visto, pero he oído que es genial. Necesito conseguir el dvd". Sí, lo sabes. Ahora.
- Deadwood. El término 'genio' no se debe usar alegremente, especialmente en televisión. Sin embargo, la visión de David Milch de los buscadores de oro estableciéndose en el campamento en The Black Hills de Dakota del Sur, en 1890, fue fascinante en cada vuelta. El diálogo de Milch eran como versos shakesperianos y los actores lograron capturar el espíritu de las palabras de manera brillante. Kim Dickens, W. Earl Brown, Timothy Olyphant, Paula Malcomson y, especialmente, Ian McShane como Al Swearengen dieron vida a sus personajes, como si los espectadores pudieran volver en el tiempo y ver cómo se ha formado este paí ... un trago de whisky a la vez.
- Friday Night Lights. Algunas veces, hay joyas en televisión que vienen cuando menos te lo esperas. La NBC podría haber buscado las oportunidades de comercialización cuando Friday Night Lights se emitió por primera vez, pero los pocos fans que la vieron se dieron cuenta de que estaban siendo testigos de la grandeza. Y aún lo son. Gracias a DirecTV y los fans de la NBC, que mantienen el show, el público ha llegado a amar todo lo relacionado con los ciudadanos de Dillon, Texas -sus estudiantes, entrenadores, administradores y, sobre todo, las familias que están en casa. Que Kyle Chandler no haya ganado un Emmy y ni siquiera haya sido nominado es una vergüenza en horario de máxima audiencia.
- The Shield. Si Vic Mackey era un policía bueno o no depende de tu punto de vista. Él hacía todo lo necesario para atrapar los criminales de la calle, y si eso significaba matar a uno de los suyos o a unos cientos por el camino, así era. La serie que puso en el mapa a la cadena FX fue superlativa en su crudeza, en la descripción de las principales calles de Los Ángeles. Michael Chiklis ganó un Emmy por su trabajo en el primer año del show, y a eso hay que añadir el trabajo de los actores estelares poco conocidos, como Jay Karnes, Walton Goggins. The Shield ha subido el listón para futuras series sobre polis.
- El Ala Oeste de la Casa Blanca. Todavía no estoy seguro de si Martin Sheen no habría sido en la ctualidad el presidente. La presentación de Aaron Sorkin del proceso político fue tan divertido que casi le hizo desear haber hecho una carrera en Washington, DC. Ofrece meticulosamente el funcionamiento interno de la Casa Blanca y cómo los de la Administración sacrifican mucho de sí mismos para en beneficio del pueblo estadounidense. El Ala... fue sobre todo servicio público, y cómo hay todavía algunos políticos que realmente les importa.
- Los Soprano. De todos los momentos de Los Sopranos, mis favoritos son en los que participa Carmela -la tour de force, Edie Falco. Mientras que algunos tenían miedo de Tony, y con razón, era Carmela quien tenía el poder en la familia Soprano. Me quedo con una escena en particular, donde ella y Tony están entre la espada y la pared y ella le dice que su matrimonio se acabó. Había muchos personajes enfrente de la tienda de carne de cerdo de Satriale -particularmente Christofuh, Paulie y Silvio- pero era Carmela y la Dra. Melfi quienes decían a los chicos cómo jugar bien, o no.
- Perdidos. Lo isla de los náufragos se había hecho antes, pero nada como esto. Monstruos de humo. Ben. Los Otros. Flashforwards. Hurley nunca pierde peso. Los productores Damon Lindelof y Carlton Cuse han creado una pseudo-realidad donde nada es lo que parece y la manipulación, la traición y las traiciones entre amigos es tan común como una ducha por la mañana. Y no te atrevas a perderte un episodio -lo que se pierde en la temporada 2 podría tener implicaciones importantes en un desarrollo de la trama cuatro años después. No puedo esperar a ver cómo se desarrolla a partir de febrero.
- The Daily Show con Jon Stewart (el único programa de TV).
- El Show de Larry David. Sólo la mente de Larry David podía inventar episodios estrafalarios con tales disparates y cómo todos de alguna manera volvían a conectarse 30 minutos más tarde. Esta última temporada, especialmente, donde se reunió el elenco de Seinfeld le hace a uno darse cuenta de lo afortunados que son los espectadores que tienen algo con Larry que los satisface. Su brillantez reside en la separación entre el Larry real contra el Larry desesperado, y hacer que las audiencias crean que ambos son la misma persona.
- Mad Men. Matt Weiner a veces es lento, pero siempre es apasionante coger lo políticamente incorrecto en la década de los 60 del lugar del trabajo como una lección de historia, pero sin la pizarra y los libros de texto. No ha habido un personaje tan torturado como Don 'Jon Hamm' Draper, que ocultó su turbulento pasado tanto tiempo como pudo, hasta que la esposa, January Jones, finalmente supo la verdad. Geniales todos los del elenco, pero sobre todo Elisabeth Moss, una mujer que quiere ascender en el mundo del trabajo y no esperar la aprobación de un hombre para hacerlo.
15.12.09
Las mejores series de la decada segun Variety (genial artículo traducido)
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