Inauguracion de miedo de Springfield

Inauguración de la tienda de Springfield en Preciados, Madrid. Hasta hace unas semanas había un Cortefiel gigantesco (con Women Secret y Pedro del Hierro), perteneciente a la misma empresa. En una noche en la que también había fiestorros de Samsung y Absolut a los que no nos invitaron, nada mejor pues que pasar Halloween de otra forma (como, por ejemplo, sin disfrazarse, que siempre lo he odiado). Los disfrazados eran todos los curritos de la tienda, desde el dj a los camareros, pasando por algunas estatuas vivientes que intentaban darnos miedito, como la tipa de arriba con la boca enyesada, muy a lo Matthew Barney.

Lo más alucinante es que mientras bebíamos y comíamos de canapié (el sarao fue de 9 a 12 de la noche), podías comprar la ropa con un 25%. A mí me regalaron hará un año una tarjeta para comprar con un 25% de descuento en cualquiera de las marcas de esta franquicia, léase Women Secret, Springfield, Cortefiel, Pedro del Hierro, Antonio Miró y Milano. Así que yo pasé, pero hubo colas. Y hasta una tía, que vimos con nuestros ojitos, robando bragas de Springfield (cagate) metiéndolas dentro de los bolsillos de un vaquero que se acaba de comprar... Las telarañas en los maniquíes le daban a todo un toque siniestro al ambiente aunque había demasiada luz.

El cátering era muy original, tanto que daba un poco de asco comer de las bandejas, como por ejemplo estos spaguettis negros delirantes que parecía que iban en conchas de mejillón. ¿A que la camarera se parece a la hija de Hank Moody, Californication? Jeje.

Y a los postres, chuches de Hairo? (no recuerdo el nombre), esa marca tan adictiva (recuerdo cuando la regalamos con La Revista 40 que era imposible dejarlas de comer) y chocolate con forma de ojos y calabazas.

Había tanta gente en las diferentes plantas (sólo prensa e invitados) que la ropa peligraba. Imagínate burros y burros llenos de ropa y la gente restregándose por ella con la copa en una mano y la comida en la otra.

El siniestro dj. Fíjate en el espeluznante gato negro con cuervo adosado a su espalda.

La hija de Moody pasando sushi, lo mejor de la noche junto al jamón pata negra con picos. Donde esté lo típico de cualquier sarao de este palo que se quite la innovación innecesaria, como unas brochetas que nos pasaron pingrosas hasta decir basta.

Y para el final la foto recuerdo de turno, con Carmen y una especie de mono sangriento de El planeta de los simios, con acento argentino (por detrás, no se le ve, pero llevaba una rasta toda larga). Era el primer monstruo rastafari.