Desayunamos un croissant y un capuccino (el café latte es lo mismo pero sin espuma) en la cascada enfrente del hotel. Se lo compramos a una coreana que tiene un pequeño puesto dentro. El vaso que nos da de papel (y que no veo en ningún otro lado) lo venden pero de cerámica en el Moma, como si fuera algo muy típico de NY.
Nuestra ruta de hoy será callejear por la zona del DownTown. Vamos al metro y sacamos la tarjeta MetroCard que, por 24$, te sirve para siete días y la puedes usar tanto para el metro (que abre las 24 horas) como para los autobuses. Cuando bajamos del metro en la zona del City Hall, al pie del puente de Brooklyn encontramos un montón de puestos callejeros de frutas.
Venta de pequeñas tartaletas, mini American pies.
Y miel, con el panal de abejas incluida.
El contrapunto: un McDonalds abierto las 24 horas.
Llegamos al río hasta el muelle 17 desde donde la panorámica es bestial, en South Street Seeport. Símbolo marinero cerca del puerto.
La ciudad desde el muelle 17.
Desde allí cogemos un autobús gratuito que hace un recorrido al que llaman Dowtown Connection (toda la info aqui), que te lleva por los principales lugares que visitar. Nosotros lo pillamos para que nos lleve hacia el ferry, para ir a la Estatua de la Libertad. Este se coge en Staten Island Ferry, aunque antes de ir, damos un paseo para ver dónde se coge otro de los ferrys, el Circle Line (que cuesta 12$) que te lleva hasta el pie de la estatua y a la Isla de Ellis.
El parque de Battery Park está lleno de mimos disfrazados de la estatua.
Vista alucinante del puente.
Ella, la estatua de la libertad.
Durante el viaje, nos sigue de cerca una lancha con dos tios, uno de ellos con metralleta. Y por el aire, tres helicópteros. El miedo a un ataque terrorista es palpable.
Al fondo ella.
Cuando volvemos (se tarda una hora), andamos hacia el famoso toro de Bowling Greene. Enfrente la entrada al Museo de los Indios Americanos.
El famoso charging bull. A los japoneses les encanta hacerse la foto por la parte de atrás, de las pelotas.
Pillamos el metro a Wall Street, y vamos hacia la Zona Cero. Atravesamos una iglesia, Trinity, que está cuando termina Wall Street. Para ello hay que pasar por un cementerio. Y hay bancos entre las tumbas donde la gente se sienta a comer. Alucinante.
Una tumba en el cementerio de Trinity Church en Wall Street.
La famosa y triste Zona Cero.
Hay una zona dedicada a los fallecidos y a las fotos de los edificios que se pretenden levantar en el lugar donde antes estaban las Torres Gemelas.
Hace mucho calor y paramos en un deli, el conocido Stage Door. Compartimos un sandwich de pastrami y roast beef, nos dan patatas fritas (chips), y dos aguas (10$).
Cita ineludible es el famoso centro comercial Century 21, que tiene grandes marcas a precios de saldo. No compro nada porque es un poco mercadillo todo, y me llama la atención en la zona gigante de los zapatos los haya de la mismísima Jessica Simpson.
Un Wendys. Nostálgico. En España se los cargaron.
Como no hemos comido casi nada, nos vamos hacia la zona de tiendas en condiciones de Broadway. Y hacemos una parada en Europa Cafe (350 en la quinta), donde pruebo la famosa tarta de queso y arándonos yanki, un clásico, por 4.75$.
Vamos de compras a Manhattan Mall (901, sexta), un edificio cerca de Macy's, lleno de tiendas entre las que está Steve & Barry's, el único sitio donde venden Bitten, la marca de Sarah Jessica Parker. Al estilo H&M es muy barata, el problema es que al haber sido hace nada (de hecho continúan en algunos sitios) las rebajas, hay de todo poco. Pero me compro algunos trapitos, como ya he contado aqui.
A las seis y tras pasar por el hotel, vamos al Madison Square Garden a ver un partido de hockey entre los NY Rangers y sus máximos rivales, los New Jersey Devils. Sacamos las entradas por internet (135,45$). Al llegar, hay un montón de chavales que luego jugarán varios minipartidos entre los descansos.
Dentro, en pleno partido.
Aprovechamos para cenar dentro porque entramos a las siete de la tarde y no salimos pasadas las diez. Así que, como todo el mundo que nos rodea (el campo está lleno y eso que es sólo de exhibición) pillamos una cerveza (te regalan un preztel tipo palo que lo meten en el propio mango de la jarra) y un hot dog.
Volvemos al hotel, pero primero vamos en metro a Times Square para verlo de noche. Todo la zona está llena de luminosos anunciando series. En el metro chavales bailan breakdance (en esta céntrica parada siempre hay alguien bailando o tocando música).
Fuera del metro, una panda de chavales va vestida como raperos de los ochenta.
Volvemos a coger el metro hasta la tienda de Apple para recoger el portátil. Aquí el nuevo invento de Steve Jobs, el iPod Touch (como el iPhone pero sin móvil).
Dentro de Apple montan los platos para las sesiones gratuitas de djs que habrá a partir de las 12 de la noche (la tienda abre las 24 horas). Pincha DJ Spank Rock.
Y ya aprovechamos y vamos hasta Serendipity3 (en la 60), la heladería-tienda de moda entre los famosos.
Compro una taza gigante de desayuno de recuerdo. En la bolsa, los tres reyes magos. Luego pasamos a comprar agua a un supermercado alucinante que hay al lado del hotel, el The Food Emporium.
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