Wisteria Lane está revolucionada. Carlos y Gaby se quieren volver a casar. Gaby: "Te quiero Carlos y me gusta cómo me quieres" (ole). Eddie chantajea a Carlos porque éste tiene una cuenta secreta en Suiza (suponemos) y les dice a todos que estan comprometidos.
Lynette sufre en silencio su cáncer y para paliar el dolor, su madre le da marihuana dentro de un pastel. Toda esta escena, ella colocada jugando a un juego de mímica en casa de Susan es desternillante. Y por fin descubrimos que Eva Longoria no es solo una cara bonita en una escena muy triste en la que le confiesa a Lynette que su padre murió de cáncer y por eso le cuesta tanto estar con ella en el hospital. "No puedo fingir las lagrimas porque tengo miedo de perderte".
El pique entre Bree y la nueva vecina por ver quien hace la mejor tarta de merengue de limón es total. "La única cosa especial que tengo es lo que puedo cocinar", gimotea la pobre de Bree. Pronto descubre que la nueva vecina oculta algo acerca de su primer marido: ¿lo mató? De hecho su hija Dylan no recuerda nada del barrio (vivió allí) y la madre que es un zorrón da a entender que el padre abusó de ella (cosa que es mentira).
Susan esta más que encantada con sus tetas que han crecido debido al embarazo. Otra escena memorable es aquella en la que en ropa interior (con las tetas desbordándose de un corsé) Susan aparece en una fiesta buscando a su hija y el del cumpleaños piensa que es la stripper que han contratado sus colegas. Y una mas (es que Teri Hatcher da mucho juego) cuando Susan va al ginecólogo recomendado por Bree que no es real porque ella (recordemos) finge su embarazo.
Así son los nuevos vecinos gays de Mujeres desesperadas. Y Susan, Goofy total (como siempre).
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