Ayer fui al Auditorio del Parque Juan Carlos I (Madrid) donde se disputaba la Copa del Mundo BMX, esas bicis enanas donde todavía no me explico cómo puede un mostrenco de estos correr y dar saltos. Estuvimos en la zona VIP que eran las mismas gradas que el resto, pero donde tenías comida y bebida. Llegamos como a las dos de la tarde y nos fuimos hacia las ocho. Nos pegó tanto el solecito que acabamos con las caras rojas. Luego ya, de noche, hacía frío y se levantó el viento.
Mis papis.
De allí nos fuimos a Alcobendas, a la plaza donde está el polideportivo de Valdelasfuentes, a una entrega de premios conmemorativos del aniversario del polideportivo de la ciudad. Había musicote y barra libre de refrescos y canapés. Acabamos desilusionados, porque en la Plaza de la Artesanía era el Día de Asturias, pero no sabemos por qué (por el tiempo o porque ya se habían comido y bebido todo) para cuando llegamos hacia las 10 ya estaban cerrando los chiringuitos y nos quedamos con las ganas de tomarnos una sidra escanciada y algún marisco.
Lo más curioso del día es que me encontré con un compañero de la Facultad que hacia como doce años que no veía. Ahora es subdirector de algunas publicaciones de El Mundo y estuvimos hablando de cómo anda de mal el curro en todas partes. Me dio en el coco verle cambiado (lógico), casado (con una periodista de Yo Donna) y con hijos. Si no llega a ser por Juana, que había quedado con él, no le hubiera reconocido. Él me recordaba.
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